Un año para divorciarme -
Capítulo 97
Capítulo 97:
Emily intentó pararse, pero él la detuvo agarrándose por la mano, comenzaron a forcejear, hasta que se escuchó una voz detrás de ellos.
“Te aconsejo sueltes de inmediato a mi esposa, si no quieres perder la mano” habló Martin mientras se acercaba con las manos en los bolsillos y una mirada asesina. Oscar respondió de inmediato mientras la soltaba.
“No sucede nada Señor Bianchi, Emily y yo solo hablábamos”.
“No tienes nada que hablar con ella y cuando te vayas a dirigir a mi esposa lo haces como Señora Bianchi o simplemente Señora”
Oscar no respondió y solo apretó los puños
“Vamos cariño, el auto nos espera afuera”.
Emily obedecía y caminó hacia él y cuando llegó le puso sus brazos alrededor del cuello y lo besó.
“Gracias por salvarme mi caballero de brillante armadura”.
La pareja se tomó de las manos y salieron del Hotel sin mirar atrás, Martin le abrió la puerta del auto como siempre y fueron en silencio hasta su hogar, cuando a travesaron la puerta Emily se dirigió a él temerosa de que malinterpretara la situación, no tenían una relación romántica pero ella le debía fidelidad.
“Yo no me di cuenta cuando llegó, simplemente apareció y empezó a hablar quise irme”
Martin la interrumpió antes que siguiera hablando.
“Lo sé, no tienes que explicarte, todo está bien”.
Pero Emily miró sus ojos, su expresión, lo conocía lo suficiente para saber que mentía.
“No todo está bien, algo te pasa”.
“Estoy bien, ve a tu habitación y descansa”.
respondió con voz cansada mientras se dirigía a su habitación. Emily no se rindió y lo siguió lo tomó por el brazo al tiempo que hablaba.
“Espera Mar, que te pasa”.
Martin se soltó de su agarré y la empujó contra la pared. Los dos se quedaron en silencio mirándose a los ojos, Martin observó como sus pechos subían y bajaban con cada respiración, el descubierto de su escote, su largo cuello tan cercano de su boca, sus labios seductores que le llamaban a gritos, no pudo soportarlo y se inclinó adelante intentando besarla.
Emily no supo porqué, pero en un acto de reflejo o inercia viro la cara. Martin soltó una risa amarga y luego la liberó.
“En serio me preguntas que me pasa, de verdad no te das cuenta” dijo él mientras miraba a su entrepierna, Emily siguió su mirada y observó el evidente bulto en sus pantalones.
“Cada vez me resulta más difícil controlarme contigo, hago mi mayor esfuerzo te doy tu espacio te doy tiempo, llevo dos años esperando por ti, esperando me des una oportunidad y ni siquiera lo has intentando y hoy aparece ese idiota y por primera vez me besas, solo por él, solo para molestarle, es evidente que todavía le quieres a pesar de todo lo que pasó.
Y si, lo sé Em, yo estaba ahí el día que lo sorprendiste con la otra, nunca te dije nada porque no quería hacerte sentir incómoda, pero yo lo vi todo, y ese idiota no te merece, no merece ninguna de tus lágrimas y puede que yo tampoco, pero al menos yo me esfuerzo para merecerte.
Me esfuerzo para ser el hombre y el esposo que necesitas, pero tú ni siquiera te fijas en mí, y yo ya no puedo más Em, me estoy asfixiado con tantos sentimientos, con verte todos los días, todas las mañanas y morderme los labios para no saltarte encima y besarte.
Nunca lo hice porque sabría que me ibas a mirar así, como me estas mirando ahora, con esos ojos hermosos abiertos y asustados, no quería esto Em y lo siento, pero no puedo más” hizo una pausa y luego agregó
“Creo que lo mejor es el divorcio”.
Martin se alejó sin darle la oportunidad de decir nada, caminó hasta la puerta de la casa y salió, pero antes volvió a mirarla, antes de irse debía decirlo todo, así que mirándola a los ojos antes de marcharse dijo las últimas palabras.
“Te amo Em”.
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