Capítulo 92:

El día de la cita finalmente llegó y Hugo se pasó la noche preparándose para encontrarse con Sara, pero las horas pasaron y ella nunca apareció, por su parte él no disfruto nada de la velada, la chica que le acompañaba solo sabía hablar de ropa de marca, de lujos, vacaciones, tomar fotos con su teléfono y chatear. Nunca había pasado una noche tan aburrido, cuando por fin terminaron de cenar la acompañó a su auto y se sintió feliz de que hubiera acabado.

Cuando regreso a su propio coche Alejandro lo esperaba, Hugo sintió un poco de culpa por haber desconfiado de él, después de todo Alejandro llevaba muchos años a su lado y nunca le había dado razones para desconfiar de él. Hugo se sintió tan mal que no fue capaz de mirar a su secretario a la cara y terminó por decirle que él iba a manejar, que podía retirarse ya.

Alejandro no lo pensó mucho y de inmediato se marchó antes que cambiará de opinión, cuando llegó a casa llamó a Nadia y le dijo que todo había marchado bien, conversaron un rato, pero antes de colgar le preguntó.

“¿Por qué la Señora Sara no intentó impedir las últimas citas? No debería arriesgarse”. Nadia rió.

“La señora sabe lo que hace, las chicas de las citas, son las últimas de la lista, las que no tienen nada compatible con el Señor Hugo, así que ella no tiene de que preocuparse, además si se cancelaban todas las citas resultaría muy sospechoso y te pondría en peligro a ti, la señora no quiere ponerte en una situación complicada, así que ideó un plan para no poner en riesgo tu empleo».

Luego de colgar la llamada Alejandro se quedó pensando en lo que le había dicho Nadia, él sabía que Sara era buena persona, pero nunca había esperado que fuera tan inteligente y considerada, pensó en su jefe y en su inteligencia, si esos dos llegaban a tener hijos serían genios, Alejandro sabía que su jefe continuaba enamorado de Sara, pero era demasiado orgulloso para reconocerlo, Alejandro había vivido en carne propia los cambios de humor de Hugo y sabía a ciencia cierta que el tiempo que estuvo con Sara era cuando era más feliz y estaba más tranquilo.

Esa noche Alejandro tomó la decisión de seguir ayudando a Sara, no sólo por tener menos trabajo o su vida fuera más sencilla, si no por Sara y Hugo, por verlos feliz y juntos, por salvar su matrimonio.

Una semana después Hugo ya se había rendido con las citas a ciegas, no veía sentido a seguir con la farsa de querer esposa cuando en realidad solo lo había hecho para molestar a Sara, no la había vuelto a encontrar por casualidad y se empezaba a preguntar si el repentino interés que ella había manifestado por él ya se había acabado, ese pensamiento le dejó un mal sabor amargo en su garganta, no sabía porque, pero a una parte de él le gustaba la idea de ella lo estuviera persiguiendo.

Así que, como quién no quiere las cosas, luego de una reunión con Alejandro le preguntó como el iba el proyecto que tenían con la Empresa Zafiro. Alejandro supo leer entre líneas así que se limitó a dar detalles exclusivamente del proyecto, sin dejar saber nada de Sara. Hugo escuchó a su secretario fingiendo interés en el trabajo con la esperanza de alguna mención de su adorado tormento, pero no hubo nada, la decepción era evidente en su rostro, hasta que al final Alejandro agregó:

“Dentro de dos semanas será la inauguración del nuevo modelo de celular en el que trabajamos con la Empresa Zafiro, bueno, en el que invertimos, porque en realidad ya ellos tenían hecho todo el trabajo, incluso las pruebas betas, solo les faltaba capital para lanzar el modelo al mercado internacional. En fin, primero se hará una rueda de prensa aquí en la empresa y luego la celebración tendrá lugar en el Hotel Imperial”.

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