Un año para divorciarme -
Capítulo 62
Capítulo 62:
Emily había estado muy ocupada los últimos visitando a Sara en el hospital y cuidándola para su mala suerte el segundo día luego de Sara caer en coma se encontró con alguien con quien no contaba volver a ver.
Emily entraba al ascensor cuando vio la figura de un hombre que se acercaba de frente, por alguna razón el rostro le resultó conocido a pesar de las gafas oscuras que llevaba, de pronto Emily recordó de donde conocía aquel guapo hombre, no era otro que el del bar, el loco que le había pedido fuera su novia, cuando su celebró por fin asimilo la información Emily apretó repetidas veces el botón de cerrar las puertas, afortunadamente fue lo suficientemente rápido y el hombre no llegó a tiempo.
Cuando las puertas se cerraron Emily pudo volver a respirar tranquila, soltó un suspiro y le rezó a Dios no tener que volver a cruzarse con ese hombre.
Cuando llegó al piso de Sara, Hugo estaba sentado al lado de la cama de su amiga y le decía algo en voz baja mientras acariciaba su cabello, a Emily le encantó ver esta escena y sintió un poco de envidia. Hugo sintió que alguien había llegado y se separó de la cama.
“Lo siento, no quería interrumpir”. se disculpó Emily en voz baja.
“No pasa nada, de todas formas, tengo que salir un segundo, un amigo vino a traerme unos documentos del trabajo”. Hugo tomó la chaqueta de su traje y se la puso, luego salió de la habitación.
Emily se quedó observando a su amiga, hacia solo dos años y medios que se conocían, pero para ella era como si lo hicieran de toda la vida, había vivido juntas todo ese tiempo y compartido numerosas ocasiones importantes para ambas, a Emily se le partía el corazón verla postrada en esa cama, más sabiendo que Sara era una persona tan enérgica, que siempre disfrutaba de estar en movimiento.
Luego de algunos minutos la puerta de la habitación se abrió y entró Hugo seguido por el mismo hombre de aquella noche en el bar.
“Lo siento, olvidé el móvil”. dijo Hugo sin prestarle atención a Emily. Mientras que Martin sonrió al verla.
“Nos volvemos a encontrar querida”. dijo acercándose a ella y Emily retrocedió instintivamente hasta chocar con la cama.
“¿Ustedes se conocen?“ preguntó Hugo. Emily quería decir que no, pero Martin habló primero.
“Como no voy a conocer a la futura madre de mis hijos”.
“En tus sueños”. gruñó Emily mientras Martin no podía quitar de su rostro una sonrisa coqueta.
“Ya está bueno Martin, que ella es amiga de Sara y no quiero más problemas, sabrá Dios lo que me espera cuando despierte. Anda vamos de aquí y déjalas solas” le dijo Hugo mientras salía de la habitación, Martin se quedó unos segundos más, luego se acercó a Emily, tomo un mechón de su cabello y lo olió para después acomodarlo detrás de su oreja y susurraba con voz seductora.
“No te preocupes preciosa, pronto nos volveremos a ver y para entonces serás mía”.
Emily no comprendió sus palabras en ese momento y las tomó como una broma, lejos estaba ella de saber, que más que una broma seria una profecía y que se cumpliría tal cual él acababa de decir.
Martin y Hugo se marcharon y Emily luego de un buen rato recuperó su calma habitual, pero las palabras de Martin seguían resonando en su cabeza y por más que ella quería sentir asco o desprecio por él, desafortunadamente su cuerpo no respondía así, su corazón se aceleraba cuando pensaba en su boca y su sonrisa coqueta, nunca había visto un hombre con facciones tan delicadas, era más hermoso que muchas mujeres, su mirada seductora la tenía cautivada y lo peor era que ella ni siquiera lo sabía.
Dos semanas después de aquel encuentro Sara por fin despertó y Emily ya no estuvo tan ocupada, así que decidió ir a visitar a su familia. La familia de Emily era de clase alta, vivían rodeados de lujos y no sufrían por falta de dinero, ella siempre había sido la niña mimada de sus padres y era muy consentida por sus dos hermanos mayores, pero debido a su terquedad y profundo enamoramiento de Oscar se había distanciado de su familia, y en esos momentos su relación no era muy buena.
Cuando Emily entró por la puerta de la mansión de la familia Esposito su madre salió corriendo a revivirlo. Sus ojos estaban desbordados de cariño, la abrazó con fuerza y su perfume quedó impregnado en Emily.
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