Sus mil secretos
Capítulo 937

Capítulo 937:

A Donovan le resultaba incomprensible cómo un licenciado en Educación por la Universidad de Maxwell como él podía ser tenido en menos estima que un simple estudiante a los ojos de este compañero suyo de docencia.

«¿Por qué no? ¿No sería correcto disculparse por acusar falsamente a otra persona de haber obrado mal, aunque no fuera usted profesor?», fue la adusta respuesta de Arthur.

«Señor Brown…» Donovan miró a Marcus con la esperanza de que éste hablara en su favor.

En lugar del habitual comportamiento amable de Marcus había una mirada de severidad. «Si el Profesor Sleight no hubiera sacado el tema, me habría olvidado limpiamente de él. Hasta la fecha, todavía no has presentado una disculpa a Arielle en la asamblea como habías prometido antes.»

«Yo…»

«Menos mal», dijo Marcus, cortando a Donovan en seco. «Si esta vez estás difamando a Arielle sin pruebas como lo hiciste con las peleas de Arielle fuera de la universidad y por el incidente en la fiesta de primer año, encárgate de pagar todas tus deudas por los tres simultáneamente».

«¡Señor Brown!» Donovan sonaba seriamente agraviado. «¿De verdad quiere que me disculpe en el evento benéfico? Como se espera que asistan muchos padres, esto sería una vergüenza para los miembros de la facultad de la Universidad de Jadeborough. ¿Es la dignidad de un profesor menos importante que la de un estudiante?»

«Como el pago de una deuda, es justo reparar los errores propios. Así ha sido desde la antigüedad», respondió el arrugado Marco. «Además, puede que te hayas equivocado en una cosa. Son los alumnos, y no los profesores, los elementos más vitales de la universidad. Por lo tanto, tú, como profesor, deberías hacerte cargo de tus errores, como debería hacer un buen modelo para los alumnos. No hay dos maneras de hacerlo».

Donovan se mordió el labio. «¡Bien! Si no aparece nada en las imágenes que establezca la culpabilidad de Arielle, entonces me disculparé públicamente con ella. Sin embargo, si efectivamente ha hecho trampa, ¡Deberás expulsarla inmediatamente!»

Marcus asintió con un movimiento de cabeza. «Muy bien. El engaño siempre se ha considerado un asunto serio, especialmente durante un examen tan importante. Si se demuestra su culpabilidad, me encargaré de su expulsión de acuerdo con las normas de la universidad».

Oír la palabra expulsión hizo que Donovan se sintiera algo mejor.

«Entonces está acordado. Espero que esta vez no la deje libre por culpa de Vinson Nightshire, Señor Brown».

Las cejas de Marcus se arrugaron en un surco. «Tenga en cuenta lo que dice. Ni una sola vez he ayudado a Arielle por culpa de Vinson, pues en todo momento ella no se había equivocado. Por el contrario, eras tú quien se equivocaba».

Una expresión de horror cruzó el rostro de Donovan, pero apretó los puños y se reafirmó rápidamente.

«Ahora bien, vamos a revisar las imágenes».

«¡Vamos!» Marcus se adelantó con Arthur siguiéndole de cerca.

Habiendo dado testimonio de los dones de Arielle, este último estaba seguro de que la habilidad que había demostrado hasta el momento no era más que la punta del iceberg.

Por eso, él también quería acompañarla y verla reivindicada para poder afirmar su genialidad.

La curiosidad llevó a los demás conferenciantes a seguirla, ya que también estaban deseosos de conocer el resultado.

Donovan, con su rostro hosco, seguía convencido de la culpabilidad de Arielle y estaba seguro de que hoy sería el día de su expulsión.

Desde el incidente con Queenie, había sentido una indescriptible sensación de vergüenza cada vez que veía a Arielle. Con su salida, ese sentimiento sería algo con lo que ya no tendría que lidiar.

Finalmente, todo esto terminaría.

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