Sus mil secretos
Capítulo 681

Capítulo 681:

Aunque era extranjero, el Doctor Meio hablaba chanaeano con fluidez. No se podría haber adivinado su nacionalidad con sólo escuchar su impecable acento.

El Doctor Meio parecía ser capaz de leer su mente como un libro. Explicó: «Llegué a Chanaea con mis padres cuando tenía diez años, así que puedo hablar bien el chanaeano. Por favor, tome asiento, Señorita Moore».

Así de fácil, Arielle sintió que era bastante inteligente.

Cuando se sentó frente al doctor, éste le pasó unas hojas de papel.

«Este es un cuestionario de psicología que he creado. Creo que es mejor que la encuesta genérica que se utiliza a nivel internacional. Adelante, rellénalo mientras charlamos un poco».

«De acuerdo». Arielle asintió.

Tardó aproximadamente una hora en completar la detallada encuesta.

«Por favor, espere un momento», pronunció el Doctor Meio. Pocos minutos después, regresó con un análisis en sus manos y una mirada confusa en su rostro.

«Señorita Moore, tanto por nuestras conversaciones como por el informe del cuestionario, no hay ningún problema con su salud mental. De hecho, está usted muy bien psicológicamente. Los resultados muestran que usted es comparativamente más segura, fuerte y decidida que la mayoría. ¿Puedo saber el motivo de su consulta?».

Arielle dudó, pero decidió compartir con el médico todos los encuentros extraños que había vivido recientemente.

Cuanto más describía, más peculiar la miraba él.

Frunciendo el ceño, se detuvo y preguntó ansiosa: «¿Qué ocurre, Doctor Meio? ¿Es mi estado extremadamente grave?».

El Doctor Meio se frotó la nariz, sin saber cómo responderle.

Se quedó pensando un rato. «Señorita Moore, ¿Ha tenido alguna vez una relación?»

Arielle negó: «No».

El Doctor Meio volvió a guardar silencio. Posteriormente, prosiguió: «Señorita Moore, ¿Ve alguna telenovela, películas románticas o lee alguna novela romántica?».

«No, no lo hago», respondió ella. «Eso es para que la gente mate el tiempo. El tiempo libre es tan sagrado que lo atesoro viendo noticias financieras».

Perplejo, el Doctor Meio encontró su respuesta simplemente increíble.

«Una chica de tu edad disfruta viendo las noticias financieras… vaya, Señorita Moore, no me lo puedo creer. No me extraña que su primera reacción haya sido consultar a un psicólogo al sentir lo que sintió.»

«¿Qué quiere decir con eso?» Arielle se quedó boquiabierta. Con una sonrisa de oreja a oreja, el Doctor Meio se levantó y le dio la mano.

«¡Felicidades, Señorita Moore, está usted enamorada!», declaró.

Mientras tanto, Trisha tomaba un té en la sala de espera.

Justo cuando estaba a punto de hacer la cuarta carrera hacia el baño, Arielle finalmente apareció.

«¡Sanie!» Trisha corrió hacia ella y le preguntó: «¿Qué ha dicho el Doctor Meio?».

Con una expresión complicada en su rostro, Arielle sacudió la cabeza como si su alma la hubiera abandonado. Luego, dijo con voz ronca: «Volvamos primero al campus. Es casi la hora de la clase».

«¿Qué pasa?» Al ver lo abatida que estaba Arielle, Trisha estaba muy preocupada.

Casualmente, el Doctor Meio se acercó a ellas y escuchó las preguntas de Trisha. Se rió. «No te preocupes, Trish. Tu amiga está absolutamente bien».

«Pero…»

La mirada abatida de Arielle dice lo contrario. ¿Cómo se considera que todo está bien?

Durante el viaje de vuelta, Arielle estuvo excepcionalmente callada. Miraba fijamente por la ventana y el paisaje en movimiento inverso.

Trisha desarrolló un sentimiento extraño hacia el comportamiento inusual de Arielle, y le molestó mucho.

Vaciló varias veces, conteniendo el impulso de averiguar qué había pasado exactamente. Tenía miedo de que sus preguntas pudieran desencadenar algo desgraciado. Al final, Trisha prefirió no decir nada.

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