Sus mil secretos
Capítulo 1552

Capítulo 1552:

Aaron sacó inmediatamente el teléfono para llamar a Arielle.

No puedo creerlo. Es imposible que esté muerta. No me creo que esté muerta. Ella… el teléfono siguió sonando, pero nadie lo cogió.

Vinson vio el nombre en el teléfono y llamó a Arielle.

Al verlo, Arielle reprimió su repentino reflujo ácido y soportó el malestar. Levantó la cabeza y se encontró con los ojos de Vinson, que tenían una mirada preocupada.

«¿Te encuentras mal, Sannie?», preguntó preocupado.

Los labios de Arielle se movieron ligeramente. Quería reírse, pero no podía. Cuando vio el nombre de Aaron, pensó en lo que había hecho la Reina Madre y se sintió fatal.

«Estoy bien». Bajó la cabeza. “Por ahora no puedo aceptar su llamada. No quiero que mucha gente descubra mi secreto’’.

Él la abrazó y le preguntó: «¿Qué piensas hacer?».

Reflexionando un rato sobre la pregunta, finalmente respondió: ‘‘No lo sé. Pero… está claro que él no puede saberlo’’.

‘‘Arielle… Arielle…’’ murmuró Aaron mientras el teléfono seguía sonando.

Después de colgar, volvió a tumbarse en la cama y se quedó mirando al techo. Un momento después, se le cerraron los ojos.

Espero que todo esto sea un sueño.

No se levantó hasta que se puso el sol y abrió la puerta. Se quedó solo fuera de la mansión mientras una ráfaga de viento frío le rozaba.

De espaldas al muro de flores de la mansión, la bengala que llevaba en la mano emitía una luz estrellada, entremezclada con una nube de humo. Se agitó y desapareció en un instante.

Pronto, un coche se acercó a toda velocidad y se detuvo chirriando detrás de él. Entonces, la puerta del coche se abrió antes de que un hombre saliera con una expresión respetuosa en lugar de su habitual frialdad.

“Alteza’’. Se acercó a Aaron y le saludó en voz baja.

“¿Es cierto lo que le ha ocurrido a Arielle?” preguntó Aaron con voz ronca.

“Sí”. El hombre bajó la cabeza mientras el pánico se reflejaba en su expresión. El Rey ya había dado la orden. ¿Cómo se había enterado Su Alteza Real?

“Quiero saber quién lo hizo. Tienes tres días’’.

El hombre se quedó estupefacto y frunció el ceño. ‘‘Tres días es…’’ Aaron se dio la vuelta.

El rincón oscuro en el que se encontraba estaba bastante mal iluminado, pero aun así, su rostro pálido se veía claramente.

“Como mucho, cinco días’’.

La manzana de Adán del hombre se balanceó mientras tragaba saliva. Quiso decir algo, pero se contuvo. Como ya había recibido un plazo similar, no tuvo más remedio que aceptar. Entendido.

Aaron cerró los ojos cuando el hombre se marchó.

Entonces, una fría sonrisa apareció en su rostro.

No me importa quién sea. ¡La persona que la mató pagará el precio definitivo!

Mientras tanto, Sonia había vuelto a casa. Al pensar en la actitud de su madre, se quedó de pie en la entrada, sintiéndose vacilante.

“¿Qué haces ahí parada? Si quieres entrar, entra’’. Kelly había oído que alguien se acercaba a la puerta y, tras echar un vistazo por la mirilla, vio a su hija de pie fuera. No pudo evitar abrir la puerta cuando su hija se quedó allí de pie.

Sonia seguía aturdida cuando la p$netrante voz de su madre llegó a sus oídos.

Kelly levantó una ceja. “¿Qué estás mirando? ¿No te gusta lo que digo?’’

‘‘No… Yo…’’ La mirada feroz de Kelly estaba incomodando a Sonia.

‘‘Los niños de hoy en día… ¡Son cada vez más revoltosos! ¿Por qué te quedas delante de la casa en vez de entrar?” Kelly ni siquiera se molestó en escuchar la explicación de su hija y disparó preguntas como una ametralladora.

Justo cuando Sonia estaba a punto de hablar, sonó su teléfono. Al ver el nombre en la pantalla, pulsó con cuidado el botón de respuesta y corrió escaleras arriba. Luego cerró la puerta y dijo: «¿Diga?».

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