Sus mil secretos -
Capítulo 1539
Capítulo 1539:
Una oleada de furia la invadió y sus ojos se enrojecieron. Apretando la mandíbula, dio un puñetazo sobre el escritorio con rabia. Hasta se le veían las venas en los brazos.
Arielle sabía que Cindy y Henrick eran los causantes de la muerte de su madre, pero no tenía ni idea de que la autora intelectual no era otra que la Reina Madre, que también era su abuela.
Presionó los puños con todas sus fuerzas mientras la envolvían llamas de ira y odio.
¿Cómo podía ser tan despiadada? No importaba que no quisiera que mis padres estuvieran juntos. Ya había obligado a mi padre a casarse con la actual Reina y habían tenido un hijo juntos. ¿Por qué mató a mi madre? ¿Por qué? Mi madre ni siquiera sabía dónde estaba mi padre. No podía encontrarlo en ninguna parte. ¿Había necesidad de aniquilarla? ¿Hizo algo malo?
La idea de que su madre muriera siendo tan joven hizo que su corazón se rompiera en mil pedazos. El dolor la volvía del revés.
Apretándose el pecho, no dijo nada mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
“Madre, ¡Te vengaré!”
Arielle prometió solemnemente mientras se secaba las lágrimas de la cara. Su voz era gélida y su mirada brillaba con determinación. Cogió su teléfono y envió un mensaje a Vinson.
Vinson se dio cuenta de que su teléfono estaba sonando y aprovechó para ver qué era. Su corazón dio un vuelco cuando se dio cuenta de que era un mensaje de Arielle que decía: [Te echo de menos.]
Inmediatamente la llamó.
‘‘Vinson’’, Arielle respondió a su llamada con voz suave.
Vinson gruñó en señal de reconocimiento. Frunció las cejas y preguntó: «¿Qué ocurre? ¿Ha ocurrido algo?
Arielle sólo había hablado brevemente, pero enseguida supo que le pasaba algo.
“Siempre he pensado que Cindy y Henrick fueron quienes mataron a mi madre. Sin embargo, la autora intelectual fue, de hecho, la Reina Madre, que también es mi abuela’’. Su voz era desolada. “¿No es curioso? Tiene a mi padre bajo control, y aun así obligó a Henrick y a Cindy a matar a mi madre. ¿Cómo puede ser tan despiadada?”
El odio malicioso de su última frase era evidente.
Si la Reina Madre apareciera ante Arielle ahora mismo, sin duda la mataría sin dudarlo para vengar a su madre.
Por otra parte, Vinson no se sorprendió, pues había visto cosas más horribles y despiadadas antes.
“¿Cómo averiguaste que era ella?», preguntó.
“Vigilé su teléfono y su ordenador” -explicó Arielle con frialdad, mientras un destello de hostilidad aparecía en su mirada-. “Nunca perdonaré a la Reina Madre. Eso nunca ocurrirá. Aunque haya dado a luz a mi padre y sea mi abuela, me aseguraré de que pague por lo que ha hecho”.
“No estés triste. Te apoyaré sea cual sea tu decisión. Siempre estaré a tu lado’’, la consoló Vinson. Le dolió el corazón al oír su voz. ¡Cómo desearía poder darle un abrazo ahora mismo!
“Quiero vengarme por mi madre. Si ella no hubiera obligado a Cindy y Henrick a actuar, no creo que hubieran sido capaces de hacerle daño a mi madre’’.
Los ojos de Arielle enrojecieron cuando mencionó a su madre. La muerte de Maureen seguiría siendo una espina clavada en su corazón para siempre.
Aunque Andrea adoraba a Arielle y la colmaba de afecto, no era la madre biológica de Arielle. Arielle no había deseado nada más que el amor, la adoración y la compañía de Maureen cuando estaba creciendo.
Si la Reina Madre no fuera tan despiadada, Maureen seguiría viva y sana.
La mirada de Vinson se ensombreció. ‘‘Sí. Venguémosla. No era necesario que mostraran ningún respeto por la malvada anciana.
En aquel momento, la Reina Madre no tenía ni idea de que se había revelado su secreto más profundo y oscuro, mientras miraba asustada su ordenador.
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