Sus mil secretos -
Capítulo 1528
Capítulo 1528:
Las noticias de la muerte de Arielle viajaron rápidamente. Los alumnos de la universidad no daban crédito cuando lo oyeron.
¿Cómo podía ser? ¿No estaba a punto de volver a Chanaea? ¿Por qué ha fallecido de repente?
“Sonia, ¿Sabes por qué ha fallecido la Señorita Moore?” preguntó Bella.
Sonia seguía conmocionada por la muerte de Arielle y se preguntaba: «¿Cómo puede ser verdad? Incluso me pidió que nos viéramos un mes después. Estábamos a punto de volver a vernos, así que cómo pudo… No, esto no puede ser cierto. ¿Cómo puede estar muerta Arielle?”
Inmediatamente, Sonia llamó a su padre.
“Padre, ¿Has oído las noticias sobre la muerte de la Doctora Moore?” preguntó Sonia en voz baja mientras se mordía el labio. Al mismo tiempo, rezaba para que Arielle estuviera bien. Por desgracia, la respuesta de su padre fue decepcionante.
“Sonia», empezó Lawrence en voz baja. “La Doctora Moore ha fallecido. Acabo de volver del hospital’’.
Al oír las palabras de su padre, los ojos de Sonia enrojecieron y las lágrimas rodaron por sus mejillas.
“Bella, la Señorita Moore está…” Sonia se interrumpió.
Bella sabía que Sonia y Arielle habían estado en contacto frecuente desde que Arielle operó al abuelo de Sonia. Sabía que las dos mujeres se llevaban muy bien, pero nunca sintió celos de su amistad, pues Sonia nunca se había distanciado de Bella, ni siquiera después de acercarse a Arielle.
Tras rumiar el asunto, Bella la abrazó suavemente para consolarla en silencio.
En los brazos de Bella, Sonia empezó a llorar.
Era la primera vez que Bella veía a Sonia perder el control de sus emociones. Le dolía el corazón, pero no sabía cómo consolar a su amiga aparte de acariciarle suavemente la espalda.
“¿Qué has dicho?” balbuceó Dylan mientras miraba a Sybil. “Repítelo. Dilo otra vez».
Sybil miró fijamente a Dylan con los ojos enrojecidos, sin saber de qué otra forma darle la noticia al Rey.
“Majestad, acabo de recibir una llamada del Señor Nightshire sobre la princesa. Ella…” Sybil se atragantó. ‘‘La Princesa perdió repentinamente los latidos del corazón… el doctor intentó reanimarla durante más de media hora, pero… pero no pudieron salvarla…’’
En cuanto esas palabras salieron de la boca de Sybil, Dylan se desplomó en el sofá.
“No, ¡No puede ser!” rugió Dylan mientras punzadas de dolor le desgarraban el corazón.
“Envíame al hospital. Tengo que verla con mis propios ojos’’.
¿Cómo ha podido mi hija abandonarme así? Me niego a creer que mi querida hija se haya ido así.
Naturalmente, tenía que ver a su hija por última vez, por muy desgarrador que fuera para él.
De ahí que Sybil pidiera rápidamente a sus hombres que prepararan el coche y llevaran a Dylan al hospital militar. Una vez que llegaron, todos -salvo los que seguían ocupados en sus tareas- aparecieron al oír que el Rey había llegado.
«¡Su Majestad!
Todos se inclinaron ante Dylan, y éste hizo un gesto con la mano para despedirlos, pues sólo quería ver a su preciosa hija.
Arielle no era una civil, por lo que su cuerpo permaneció en la sala en la que había estado anteriormente.
El doctor condujo a Dylan a la sala de Arielle. Cuando Dylan vio que Vinson le miraba con los ojos inyectados en sangre, el último rastro de esperanza en el corazón de Dylan se disipó.
Se acercó tembloroso a la cama de Arielle y miró a su hija, que estaba cubierta con una sábana blanca. Luego alargó la mano para apartarla. Quería ver a su hija una vez más, una última vez.
Sin embargo, le temblaban las manos y no consiguió apartar la sábana ni siquiera después de varios intentos.
En ese momento, Vinson alargó la mano para tirar de la sábana un poco más abajo. Al segundo siguiente, apareció el rostro de Arielle.
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