Sus mil secretos
Capítulo 1525

Capítulo 1525:

Vinson, que al principio se negó a que le curaran las heridas, cambió de opinión al oír las palabras del doctor. Inmediatamente, solicitó proactivamente una intervención quirúrgica para extraer la bala.

Antes de ser ingresado, llamó a Dylan y le pidió que enviara más gente para vigilar a Arielle. De lo contrario, no podría estar tranquilo.

Tras recibir las noticias de que Arielle había sido trasladada a la sala de la UCI y de que Vinson iba a ser operado, Dylan dio inmediatamente una orden a sus hombres de la base militar.

Un ejército no tardó en llegar al hospital para proteger a Arielle. Al verlo, Vinson dejo escapar un suspiro de alivio y siguió al doctor al quirófano.

El doctor le examinó detenidamente y descubrió que la bala se le había clavado directamente en el hueso. Aspiró con fuerza, muy impresionado por el nivel de tolerancia de Vinson.

¿Cómo conseguía mantener una cara de póquer y soportar el dolor como si nada hubiera pasado durante tanto tiempo?

Tras inyectarle la anestesia con un movimiento suave, el doctor procedió a realizar la operación.

El proceso no fue tan largo como el que sufrió Arielle. Se completó en sólo dos horas.

A partir de entonces, Vinson rechazó la idea de descansar en la sala asignada por el doctor. Insistió en que la enfermera le preparara una cama fuera de la UCI, pues quería estar más cerca de Arielle.

Se mostró resuelto e inquebrantable, y la enfermera no tuvo más remedio que hacer lo que le había pedido. Con eso, la enfermera preparó una cama plegable fuera de la sala de la UCI y también le dio un nuevo juego de almohada y manta.

Mientras Vinson se tumbaba con los ojos muy abiertos, no dejaba de pensar en Arielle y no podía conciliar el sueño.

Dos días después, trasladaron a Arielle de la sala de la UCI a una habitación normal. En vista de su positiva recuperación, el ansioso corazón de Vinson se tranquilizó por fin. Llamó rápidamente y compartió la gran noticia con Dylan, que había estado controlando a Arielle varias veces al día.

Dylan se sintió aliviado al instante.

Había estado mentalmente agotado en los dos últimos días.

Con su hija en la unidad de cuidados intensivos y su hijo aún por encontrar, el cabello de Dylan había encanecido a un ritmo visible a simple vista.

“Sannie sigue en coma. Debes cuidarte bien para poder atender mejor sus necesidades’’, aconsejó Dylan.

Era muy consciente de lo mucho que se quería la pareja. Por eso le preocupaba que Vinson se centrara demasiado en Arielle y descuidara su propio bienestar.

Vinson conocía sus buenas intenciones, así que agradeció el consejo de Dylan con una lacónica respuesta.

Justo cuando estaba a punto de colgar, recordó algo. «Papá, ¿Has estado investigando el intento de asesinato de Arielle?”

Después de que Dylan recordara toda la información que había obtenido en los últimos días, su mirada se ensombreció.

“No se ha encontrado gran cosa. Muchos de mis hombres están investigando, pero en vano. Parece que todas las pruebas han sido borradas, lo que hace ultra difícil encontrar alguna pista’’.

Vinson guardó silencio mientras un destello vicioso brillaba en sus ojos. Si supiera quién lo hizo, se lo haría pagar cien veces.

“Aaron sigue desaparecido. Visitaré a Sannie cuando se despierte’’. La voz de Dylan sonaba claramente distinta, como si hubiera envejecido una década.

El corazón de Vinson se hundió ante sus palabras. Han pasado dos días desde el accidente. Sin embargo, el cuerpo de Aaron sigue sin aparecer por ninguna parte. ¿Aún hay esperanza para él?

‘‘Déjame a Sannie a mí. Aaron es ahora la prioridad’’. Tras una breve pausa, Vinson añadió: ‘‘Por favor, cuídate mucho. No querrás que Sannie se preocupe por ti cuando despierte’’.

Mientras tanto, en palacio, la Reina Madre llamó por teléfono al enterarse de que Arielle había sido trasladada a la sala ordinaria.

‘‘Después de todos estos años, es la primera vez que te busco. Sólo tengo una petición, y lo único que tienes que hacer es ayudarme a conseguir una sola cosa’’. La voz de la Reina Madre desprendía dulzura. Tras oír hablar a la otra parte por teléfono, la expresión de la Reina Madre cambió.

Pronunció: ‘‘Arielle no vivirá para ver otro día’’.

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