Sus mil secretos
Capítulo 1501

Capítulo 1501:

Como la industria sanitaria del país aún no estaba muy desarrollada, lo mejor que podía hacer el doctor era sacar a Lisa del peligro inmediato. Sin embargo, esa persona sí que sería capaz de mantener bajo control el estado de la mujer.

¿Quién es esa persona? preguntó Matthew de inmediato. Estaba dispuesto a ir hasta el fin del mundo para salvar la vida de su madre y estaba decidido a encontrar a esa persona costase lo que costase.

Es la doctora Chananea que contrató el Príncipe Aaron».

El hombre que hablaba no era otro que el doctor que había tratado anteriormente al abuelo de Sonia. Al principio, se mostró bastante escéptico respecto a las habilidades de esa persona. Sin embargo, acabó asombrado por sus excepcionales habilidades médicas.

Cuando Matthew oyó aquello, se le arrugó el entrecejo. Ya había oído hablar de aquella doctora de Chanaea. Sin embargo, se dio cuenta de que no era una persona corriente cuando la vio entrar en la sala de banquetes enlazando los brazos con Dylan.

“Cariño, ¿Estaría dispuesta a venir?” preguntó Melissa en voz baja, fijando la mirada en Matthew, que parecía sumido en sus pensamientos.

“Sí. Vendrá», respondió el general antes de sacar el teléfono para llamar a Colton, su mayordomo, y pedirle que preparara un suntuoso regalo para Arielle.

Todos sabían que Arielle se alojaba en la Mansión Paelsford. Por eso, al terminar la llamada con Matthew, Colton preparó rápidamente un regalo antes de dirigirse a la Mansión Paelsford.

Como no todo el mundo podía entrar libremente en la mansión, el hombre fue detenido en la entrada.

Soy el mayordomo del General Matthew. La Anciana Señora Nighy está gravemente enferma. Vengo en busca de la ayuda de la Doctora Moore’’, explicó Colton con ansiedad.

“¿Qué enfermedad tiene?” preguntó Arielle con el ceño fruncido al oír aquello.

El mayordomo estaba un poco molesto con la mujer que había aparecido de repente de la nada. ¿No se da cuenta de que ahora tengo pánico?

“¿A qué esperas? Es la Señorita Moore, la doctora que buscas’’, dijo enseguida el guardia de seguridad, al darse cuenta de que Colton no parecía enterarse de lo que estaba pasando.

Puesto que es el mayordomo del General Matthew, debería intentar establecer una buena relación con él. Quién sabe, quizá algún día necesite su ayuda… pensó para sí el guardia de seguridad.

Colton no esperaba que la Doctora Moore, a quien buscaba, fuera una mujer tan joven y se alegró de no haberse comportado antes de forma demasiado grosera con ella.

‘‘Señorita Moore, no estoy seguro de qué enfermedad padece la Anciana Señora Nighy. Sólo sé que ahora mismo está en el hospital luchando por su vida. El General Matthew sólo me ha dado instrucciones para que busque tu ayuda y te pida que vayas al hospital’’, dijo respetuosamente el mayordomo.

«¿Vas a ir? Vinson miró de reojo a Arielle y preguntó.

Tras un breve momento de contemplación, la mujer asintió.

Había decidido ir al hospital por su padre. Después de todo, necesitaba que Matthew, que tenía el control del ejército de Turlen, estuviera en deuda con ella.

«Por favor, ve delante», dijo Arielle, mirando a Colton. Al oír aquello, el mayordomo comprendió enseguida que la mujer había accedido a tratar a Lisa y subió al coche de inmediato. Estaba tan contento que incluso se había olvidado de darle a Arielle el regalo que le había preparado.

Poco después, Arielle llegó al hospital con Colton.

‘‘General Matthew, la Señorita Moore está aquí’’, dijo el mayordomo antes de volverse hacia Arielle y continuar: ‘‘Señorita Moore, éste es el General Matthew’’.

Matthew ya había conocido a Arielle en el banquete de cumpleaños del Rey y tenía una profunda impresión de ella. Por eso, cuando la vio, se adelantó de inmediato y dijo: «Señorita Moore, mi madre se ha desmayado de repente y ha perdido el conocimiento…».

‘‘De acuerdo’’, reconoció Arielle brevemente y fue a ponerse la bata. Como ya había estado antes en aquel hospital, estaba muy familiarizada con el lugar y los procedimientos.

Tras cambiarse, abrió la puerta de urgencias y entró directamente.

“¿Quién eres? ¿Quién te ha dado permiso para entrar?’’, preguntó una enfermera en tono de reprimenda al ver a la mujer.

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