Sus mil secretos
Capítulo 1388

Capítulo 1388:

Los alumnos como él suelen ser los más difíciles de enseñar. Sé que dudan de mis habilidades.

«Es increíble que los tres hayan jugado durante la clase, ignorando descaradamente los sentimientos de la profesora. Salgan, los tres. Síganme al despacho».

En cuanto oyeron que Arielle los llevaba al despacho del profesor, los tres intercambiaron una mirada. Un hormigueo de terror empezó a recorrerles la columna vertebral.

Sabían que ir al despacho del profesor no acabaría siendo una simple reprimenda. En el peor de los casos, sus padres les congelarían la tarjeta bancaria.

«Lo sentimos, Señorita Moore. Por favor, perdónanos».

Arielle arqueó una ceja. «¿Pedirme perdón? Claro, pero tienen que prometerme algo».

Tres pares de ojos se posaron inmediatamente en ella, preguntándose qué pensaba hacer.

El tipo alto había arrastrado a los otros dos a unirse a él, interrumpiendo la clase. Así que Arielle lo utilizó como ejemplo para imponer la ley.

Se acercó al tipo alto y le retorció el brazo.

Lanzó un fuerte aullido que resonó en las paredes del aula.

Arielle le había dislocado el hombro delante de toda la clase.

Desde una perspectiva ajena, podría parecer cruel, pero había utilizado un truco para hacerlo, no le causó demasiado dolor porque sólo quería darle una lección.

Arielle señaló entonces al tipo más bajo que tenía al lado y le preguntó: «Explícame el término ‘luxación’».

Eran los conocimientos básicos de ortopedia. Incluso los estudiantes no médicos podían responder.

Sin embargo, su acción anterior había asustado al tipo bajito.

«Una luxación es una separación entre dos huesos donde se unen en una articulación, lo que interrumpe el movimiento normal». Arielle asintió.

«¡Excelente! Ya que has estudiado bien, ayuda a este tipo a volver a meter el brazo en el hombro».

«¿Eh?»

Toda la sala de estudiantes se quedó atónita ante aquella petición.

El bajito no tuvo más remedio que obedecer.

Al coger el brazo del tipo alto, éste se encogió inmediatamente.

«No lo hagas. Probablemente moriré de dolor si eres tú quien lo hace. Tus habilidades son terribles».

El tipo bajo sólo era bueno en teoría y carecía de práctica.

Al ver el disgusto en la cara de su amigo, el bajito se miró hacia Arielle.

Aún tenía una sonrisa dibujada en la cara, pero a los ojos de los alumnos su sonrisa era como la de una parca.

Pensaban que Arielle era amable, de ahí su atrevimiento a faltarle al respeto. Resultó ser un lobo con piel de cordero.

«No me miren. Si no sigues mis instrucciones, iremos a la oficina».

El bajito la obedeció resignado.

Otro aullido de dolor resonó en el pasillo, pero el brazo del tipo alto seguía sin estar en su sitio.

Finalmente, el tipo alto clavó los ojos en Arielle.

«Lo siento, Señorita Moore. Por favor, no le pidas que me ayude. Me moriré de dolor».

Supongo que le duele de verdad. Veo lágrimas en las comisuras de sus ojos.

Al ver que admitía su error, Arielle asintió.

«Entonces quiero que me prometas delante de todos que no romperás ninguna regla más en mi clase. Además, tienes que mantener tus resultados en A en todos mis exámenes».

El chico alto se quedó perplejo ante la petición de Arielle.

Los alumnos soltaron unas risitas.

Todos sabían que era un descarado.

Anthony Crosworth ingresó en la Facultad de Medicina porque procedía de una familia adinerada. Su padre era el patrocinador de la facultad, así que, naturalmente, entró en la mejor especialidad de la facultad.

Arielle pedía lo imposible.

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