Sus mil secretos -
Capítulo 1324
Capítulo 1324:
«¿Adónde se dirigen?» Susanne llegó anoche a casa bastante tarde y no hacía mucho que se había levantado.
Sintió curiosidad al ver a la joven pareja trotando escaleras abajo con el equipaje en la mano. ¿Se iban de vacaciones?
Cuando pensó en ello, sus ojos se iluminaron de expectación.
¡Qué maravilla! ¡Pronto seré abuela!
Susanne estaba encantada con la idea de que Arielle y Vinson tuvieran hijos.
«Mamá, me voy a Lightspring a hacer un rodaje. Vinson está preocupado por mí, así que ha decidido acompañarme», explicó Arielle el motivo de su marcha mientras vigilaba sus pasos.
Al llegar a donde estaba Susanne, la miró a los ojos y le dijo suavemente: «Mamá, muchas gracias por ayudarnos con los asuntos de la empresa mientras estamos fuera.»
«Ni lo menciones. Saben qué, diviértanse y pásenlo bien cuando acaben el rodaje. No hace falta que vuelvan corriendo, ya que estoy aquí». Dicho esto, Susanne se despidió de ellos.
«¡Adiós, mamá!» Arielle subió al coche con Vinson y se dirigieron al aeropuerto.
«Tú irás primero, y yo me mantendré a distancia de ti». Cuando llegaron al aeropuerto, Arielle se puso una mascarilla y se alejó de Vinson unos pasos tan apresurados que uno supondría que era un virus andante.
Vinson la miró con indignación antes de dirigirse a la puerta de embarque manteniendo una distancia de unos dos metros de ella.
Mientras los pilotos seguían haciendo las últimas comprobaciones antes de despegar, Vinson envió un mensaje de texto a Arielle: [Qué desalmada eres, Sannie. No puedo creer que seas tan consecuente de mantener la distancia entre nosotros.]
Cuando Arielle vio el mensaje, empezó a imaginarse a Vinson haciendo un puchero con la boca mientras lo escribía y soltó una risita para sus adentros. Jaja, ¿Soy yo, o se está quejando?
Ante ese pensamiento, casi se echa a reír.
Arielle le envió un mensaje: [Pobre marido mío. Debe de haber sido muy duro para ti. Te invitaré a algo bueno cuando lleguemos a casa, ¿Vale? Su mente ya estaba cocinando recetas mientras le contestaba. Últimamente no había cocinado mucho, porque estaba muy ocupada con el trabajo.]
Vinson enarcó las cejas y sonrió con picardía. Por supuesto, quería que ella lo tratara algo más que bien. Anoche le preocupaba que ella pudiera estar cansada esta mañana, así que no fue a por todas en la cama.
Vinson respondió: [Vale, tiene que ser algo de otro mundo].
En el fondo, juró obligarla a complacerlo se%ualmente día y noche tras su regreso de Lightspring.
Arielle le respondió: ¡Lo prometo! Guardó el teléfono en el bolso inmediatamente después de responder, cuando el avión estaba a punto de despegar.
El vuelo a Lightspring duró unas cinco horas, y Arielle pasó todo el trayecto sumida en pensamientos atormentadores sobre si el secuestrador había tratado amablemente a sus padres.
Mientras tanto, los Wilhem estaban cautivos en Lightspring.
«¿Por qué has tenido que hacer venir a Sannie?», preguntaron.
A la pareja de mediana edad no se le permitía llevar ningún dispositivo electrónico encima y se le ordenó que permaneciera en la casa.
«Tengo mis razones para ello». El hombre que estaba delante de ellas sabía muy bien lo importantes que eran para Arielle y las desató después de llamarla.
Cuando Andrea miró al hombre y luego a su marido, se puso ansiosa. Le preocupaba que el primero pudiera causar daño a Arielle.
Del mismo modo, Hubert estaba fuera de sí. No tenía forma de ponerse en contacto con Arielle, ya que les habían confiscado todos los dispositivos y estaban atrapados en un espacio reducido.
«No te preocupes. No te haré daño», dijo el hombre. Le hacía cosquillas ver cómo Arielle y sus padres adoptivos se preocupaban tanto el uno por el otro.
«Papá, ¿San va a tener problemas?», susurró a Hubert un chico de 1,65 m de estatura.
Éste sacudió la cabeza para indicar su incertidumbre. Sin embargo, tenía la sensación de que ella estaría a salvo después de juntar todo lo que había ocurrido en los últimos días. Después de todo, su secuestrador sólo los mantuvo cautivos y no les hizo daño.
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