Sus mil secretos -
Capítulo 1046
Capítulo 1046:
«¡Es-Espera!»
Bjorn Seyward salió corriendo de la habitación.
Agnes se quedó helada. Era la primera vez que Bjorn salía voluntariamente de su dormitorio después de volver a casa del hospital.
Sus ojos se desviaron lentamente hacia la espalda de Arielle. Fue entonces cuando se dio cuenta de que Arielle intentaba encender la vela de la esperanza en el corazón de Bjorn.
Si Bjorn no cooperaba con Arielle, no habría forma de que ella pudiera colocarle el brazo biónico.
Así pues, Agnes guardó silencio, decidiendo dejarlo todo en manos de Arielle.
«¡Espera! ¡Espera un segundo!» Bjorn alargó la mano para tirar de la manga de Arielle.
Sin embargo, otra mano salió disparada y bloqueó la mano de Bjorn.
Atónito, Bjorn levantó lentamente la cabeza para mirar al dueño de la mano antes de que sus ojos parpadearan entre Arielle y Vinson.
«Tú…»
«Permíteme una presentación. Ésta es mi mujer” dijo Vinson mientras rodeaba con un brazo los hombros de Arielle como si estuviera afirmando su dominio-.
No me extraña que no me deje ni tocarla.
De ahí que Bjorn retirara rápidamente la mano y murmurara suavemente una disculpa. Luego, miró a Arielle y pronunció: «Quiero aprovechar esta oportunidad. Quiero volverme normal».
Incluso en sueños, anhelaba recuperar su brazo.
Arielle se volvió lentamente hacia Bjorn y replicó: «Ya eres normal».
Bjorn se puso rígido. Con curiosidad, preguntó: «¿Qué quieres decir?».
Arielle le dedicó una pequeña sonrisa. «Sin duda te trataré el brazo, pero lo que es difícil de tratar es el corazón. Puesto que has salido corriendo de tu habitación para venir a buscarme, significa que no te has rendido del todo. Si es así, podemos empezar a trabajar en tu brazo».
Los ojos de Bjorn se abrieron lentamente.
La calma y la determinación se reflejaban en el bello rostro de la mujer. Parecía como si estuviera hablando del tiempo en vez de tratar su brazo.
Durante todo este tiempo, su familia se había abstenido de mencionar su brazo, y siempre le miraban con aire solemne. Nunca nadie había hablado de su brazo con tanta tranquilidad en el rostro.
El tono de Arielle le hizo sentirse respetado, y encendió de nuevo en él la vela de la esperanza.
Apretando los dientes, Bjorn preguntó entonces: “¿Cómo debo colaborar contigo? Mi brazo derecho… ya ha desaparecido. ¿Tienes alguna forma de hacerlo crecer de nuevo?».
Arielle negó con la cabeza. «No soy un dios. No podré hacerte crecer de nuevo el brazo, pero puedo darte uno».
Sus palabras desconcertaron a Bjorn, pero Arielle hizo caso omiso y señaló en dirección al salón. «Vamos allí».
Bjorn vaciló, pero enseguida apretó el puño izquierdo y se dirigió hacia el salón.
Cuando Agnes lo vio, las lágrimas volvieron a rodar por sus mejillas.
Mirando a Agnes, Arielle dijo entonces: «A la gente como él lo que más le disgusta es la simpatía. Aún le faltará confianza después de ponerse el brazo biónico, así que, por favor, a partir de ahora trátale como tratarías a una persona normal. Habla con él como si aquel accidente de coche nunca hubiera ocurrido. No te contengas si comete algún error. Siéntete libre de gritarle y pegarle, pero no le hagas sentir que ya no es el mismo de antes».
Mientras Agnes hacía todo lo posible por controlar las lágrimas que le corrían, asintió con fervor y dijo sinceramente: «Gracias. Muchas gracias, Señorita Moore».
Arielle negó con la cabeza. «No es nada. Esto es sólo parte de un intercambio equivalente. Hablaremos de lo que vas a ofrecer tras la activación satisfactoria del brazo biónico».
Sin embargo, Agnes exclamó: «¡Con tal de que puedas devolver a mi hijo a su estado normal, puedes quedarte con toda la Familia Seyward!».
Los labios de Arielle se curvaron, pero no dijo nada mientras se dirigía al salón con Vinson.
Lo que ella quería no era a la Familia Seyward, sino sólo a Bjorn Seyward.
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