Segunda oportunidad
Capítulo 451

Capítulo 451:

«Cariño, nunca me haces caso. ¿No te dije que no corrieras por ahí?».

Cuando oí la voz familiar y olí el aroma familiar, mis ojos se pusieron rojos. Había llevado una máscara todo este tiempo. No tenía ni idea de cómo y cuándo me había encontrado, pero en cuanto le oí llamarme «cariño», sentí un nudo en la garganta.

«¿Estás bien? le pregunté, acariciándole la cara con preocupación.

Me miró a los ojos y respondió: «Estoy bien. Escúchame y sal del barco enseguida. Ahora mismo el crucero es peligroso».

Me lancé a sus brazos y le abracé con fuerza.

«No. Vámonos juntos. Tú también estás en peligro, ¿Recuerdas? Deberíamos permanecer juntos». De repente, oí un disparo.

Derek me levantó y rodó hasta el suelo conmigo. Un jarrón a unos metros detrás de nosotros se hizo añicos. Quedé tendida encima de Derek, jadeando.

Sentía que el corazón casi se me salía del pecho. Hacía apenas unos segundos, sentí que una bala me rozaba el oído. Estaba tan cerca y su sonido era tan desgarrador como la muerte. Si mi suposición era correcta, Doug debía ser quien había hecho ese disparo. Esto significaba que había encontrado a Derek. Y el hecho de que disparara significaba que estaba dispuesto a arriesgarlo todo. Ahora, debe estar caminando hacia nuestro escondite.

De repente, recordé algo. Saqué rápidamente la pistola de mi bolso. Nunca antes había usado una pistola, pero en esta situación tan drástica, sería prudente usarla.

Derek pareció preguntarse por qué tenía una pistola, pero no le dio demasiada importancia. En lugar de eso, me la quitó de las manos, soltó el seguro y pateó el respaldo del sofá. Luego, se deslizó hacia atrás por el suelo debido a la fuerza contraria.

A continuación, levantó la pistola en el aire, disparando al techo. Cuando oí el ruido del disparo y de los cristales rompiéndose, la sala se quedó a oscuras. Con mis propios ojos, vi caer el candelabro de cristal que Derek había disparado antes. El candelabro golpeó la cabeza de Doug.

Fue entonces cuando los policías encubiertos entraron corriendo. En medio de la oscuridad, Derek me estrechó entre sus brazos.

Podía sentir los latidos acelerados de su corazón. Al cabo de un rato, me ayudó a levantarme y salimos de la cabaña. Timmy apareció de la nada, se acercó a nosotros y nos preguntó por la situación.

Me había quitado la máscara, así que me reconoció inmediatamente. Parecía sorprendido de verme. Lo peor fue que los policías no encontraron a Doug en el interior de la cabaña ni en el perímetro que la rodeaba.

Así pues, se dividieron en varias brigadas y registraron la cabaña por dentro y por fuera. De repente, Derek levantó la vista y se tiró al suelo junto conmigo.

Al mismo tiempo, oímos un disparo procedente de arriba, que hizo un agujero en la cubierta. «¡Está en el último piso!», gritó alguien.

En cuanto levanté la vista, vi a alguien corriendo por el último piso. Un grupo de policías se precipitó escaleras arriba, y la atención de todos se centró en el piso superior de la cabina.

«¡Doug Moran, deja de intentar huir! Llevas huyendo una década, ¡Pero nunca escaparás de la ley! Suelta el arma y admite tus delitos», anunció un policía en lo alto de la cabaña utilizando un megáfono.

Pero sabía que Doug no estaba solo. Aunque sus hombres habían sido drogados con somníferos, no estaba segura de cuánto durarían los efectos.

Cogí a Derek de la mano y miré inquieta a mi alrededor. De repente, vi asomar una cabeza por la popa. Tenía su pistola apuntándonos directamente. Para ser precisos, apuntaba a Derek.

*¡Pum!* Sin dudarlo, usé mi cuerpo para bloquear la bala y evitar que alcanzara a Derek.

«¡Eek!» Sentí un dolor agudo que se hinchaba en mi pecho.

«¡Eveline!» Derek me abrazó, llorando desesperado.

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