Capítulo 137: Papa e Hija Reclamando el Crédito

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Sin embargo, Justin no le dio la oportunidad de hablar. Dijo fríamente: «Hablaré con el jardín. La Señorita Turner estará bajo la protección de los Hunts a partir de ahora».

Colgó justo después de decir eso.

Justin miró a Cherry con ternura y le dijo: «Ya está, he hecho la llamada. No te preocupes, Pete».

Él se había quedado bastante sorprendido cuando ella dijo eso.

Sin embargo, había reaccionado rápidamente y sabía que era una gran oportunidad para él.

Después de todo, uno nunca debe ofender a la mejor amiga de su mujer.

Así, había hecho la llamada. Para él, no era más que una cuestión de levantar el dedo.

Cherry asintió con la cabeza y chistó: «¡Okie-Dokie!».

Sin embargo, Justin seguía mirándola fijamente.

Cherry parpadeó y preguntó: «¿Qué pasa, papá?».

¿Acaso la pequeña Cherry no era linda hoy?

Justo cuando ella se lo preguntaba, Justin dijo: «Deberías llamar a tu mamá e informarle de esto».

¿Cómo podía quedarse callado después de hacer una buena obra?

Cherry ladeó la cabeza y preguntó: «¿Por qué?».

Sin pestañear, Justin respondió: «Porque tu mamá no tendrá que preocuparse más si haces eso, ¿verdad?».

Después de pensar un rato, Cherry estuvo de acuerdo y dijo: «¡Okie-Dokie!».

Justin se sentó y observó cómo su adorable bebé sacaba el celular. Sus pequeños dedos se deslizaron por la pantalla y lo encendieron. Luego, marcó el número de Nora.

La voz perezosa de la joven sonó desde el otro extremo de la llamada en el momento en que se conectó.

«¿Qué pasa, Cherry?»

Cherry se encontró echando un poco de menos a mamá cuando escuchó la voz familiar. La añoranza apareció en sus grandes ojos mientras decía: «¡Mamá, el jardín ha despedido a la Madrina!».

«¿Qué ha pasado?»

La voz de la mujer se volvió aguda al instante. Entonces, Cherry escucho ruidos de crujidos desde el otro extremo de la llamada; probablemente estaba… ¿Saliendo de la cama?

Sin embargo, Cherry continuó y dijo: «Pero no tienes que preocuparte, mami~ Ya lo he arreglado por ti~».

Justin, «?»

Cherry dijo triunfante: «Convencí a papá para que llamara a los Smith después de enterarme de la noticia, así que la Madrina debería estar bien pronto~ ¡¿No soy súper increíble, mami?!».

La mujer del otro lado se relajó y probablemente se recostó en la cama. Dijo: «Ajá, Cherry es la mejor. Le diré a tu Madrina que te dé las gracias cuando vuelva. Mwah~»

Entonces, ella bostezó de nuevo y dijo: «Mm, me voy a la cama».

Y entonces, colgó.

Justin, «????»

Obviamente fue él quien resolvió el asunto, así que ¿Por qué todo el credito fue de Cherry al final?

Su expresión se ensombreció de inmediato.

Sin embargo, Cherry se acerco hacia él justo después. Sonrió y dijo: «¡Ya está, he hecho la llamada, papá! ¿No es Cherry… Pit súper impresionante?»

Aunque le rechinaban los dientes, Justin forzó una pequeña sonrisa y respondió: «… Sí, lo es».

Satisfecha, Cherry salió corriendo a jugar en el estudio.

Justin dejo escapar un suspiro silencioso al contemplar aquella diminuta figura.

Si fuera Pete, su gran mano ya habría hecho contacto íntimo con su pequeño trasero. Pero si era Cherry… No importaba. Las niñas eran criaturas delicadas. Después de todo, era su hija. Lo único que podía hacer era mimarla, supuso.

Ahora que ya no podía contar con su hija, Justin sólo podía hacer algo por sí mismo.

Tomo su celular y llamó a Nora.

La otra parte contestó rápidamente. La voz al otro lado sonaba muy molesta mientras preguntaba: «¿Qué pasa ahora?».

Justin hizo una pequeña pausa y preguntó: «¿No va a invitarme a cenar después de haberla ayudado hoy, Señorita Smith?».

«… Oh, ya veo».

Justin, «…»

«Mándame un mensaje sobre dónde y cuándo», dijo Nora.

Justin respiró aliviado. Eligió un restaurante y le envió la dirección.

Luego, se levantó y se preparó para salir. Cuando pasó por el estudio, vio a Cherry jugando allí. Si fuera Pete, nunca lo llevaría con él y lo haría ser la tercera rueda.

Pero si se trataba de Cherry… Supuso que era mejor llevarla. Si no, ¿Qué pasaría si se ponía a llorar en casa?

Justin sonrió y le hizo una seña. «Salgamos a cenar, Pete».

«¡Okie-Dokie!»

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En la Corporación Smith.

En la oficina, Joel apretó los puños con fuerza después de que Justin colgara. La mirada de sus ojos, mientras miraba al frente, era volátil e ilegible.

Incluso su expresión, siempre amistosa, se había vuelto un poco cortante. Un brillo inusual apareció en sus profundos ojos. Pulsó el botón que llamaba a su asistente personal. Treinta segundos después, su asistente llamó a la puerta y entró. «¿Hay algo para lo que me necesite, Señor Smith?»

La voz de Joel era terriblemente fría cuando ordenó: «¡Averigua qué ha pasado en la Jardín de Infantes Sol de Oro Internacional».

El asistente se quedó atónito por un momento.

Joel era conocido por ser un lobo con piel de cordero. Siempre había tenido modales suaves y trataba a todo el mundo amistosamente. Durante todos estos años como su asistente personal, Joel había sido relativamente indulgente con él incluso cuando cometía algún error ocasional.

Era la primera vez que veía una mirada tan fría y despiadada en el rostro de Joel.

El asistente se apresuró a asentir con la cabeza y respondió respetuosamente: «Sí, señor».

Cuando el asistente se fue, Joel se quedó pensando un rato y, sin embargo, se levantó y salió de su despacho. Cuando el asistente se percató de su presencia, dijo sorprendido: «¿Señor Smith?».

Joel le indicó: «Cancela todas mis reuniones de hoy. Llámame cuando sepas lo que ha pasado».

«Sí, señor».

Joel bajó en el ascensor exclusivo para directores ejecutivos hasta el aparcamiento subterráneo y salió solo.

Para ser sincero, no sabía a dónde quería ir, pero simplemente se sentía muy irritado. Condujo sin rumbo por Nueva York. Antes de darse cuenta, había llegado a la universidad en la que solía estudiar.

Paró el coche. Estaba a punto de entrar cuando vio enseguida una figura familiar.

La joven, que parecía un poco triste, estaba sentada en un banco bajo el árbol. Su figura, delgada y frágil, se mezclaba poco a poco con la de hace unos años.

Todo el ruido a su alrededor pareció desaparecer y el tiempo se rebobinó tranquilamente hasta hace unos años…

En el instituto, se habían prometido que asistirían juntos a la Universidad de Nueva York. Sin embargo, cuando estaban en el último año, ella empezó a dedicarse a la danza antes de los exámenes de ingreso. Quería ser profesional, así que renunció a matricularse en la Universidad de Nueva York y en su lugar hizo planes para irse al extranjero. Él se entristeció mucho cuando ella se lo dijo, pero no quería retenerla, así que aceptó.

Desde entonces, los dos se hablaron poco. Después de los exámenes de ingreso a la universidad, los dos no se comunicaron durante todo el verano.

Cuando por fin empezaron las clases, todo lo que Joel podía sentir era abatimiento mientras caminaba con su equipaje sin ella. Parecía que el mundo sólo se volvía brillante y colorido cuando ella estaba cerca.

Pero mientras caminaba, de repente escucho que alguien le llamaba por su nombre.

Levantó la vista y la vio de pie en el mostrador de recepción de la Universidad de Nueva York para los estudiantes de primer año con una maleta. Con una gran sonrisa en el rostro, había gritado: «¡Joel Smith! ¡Me quedo aquí por ti! No te atrevas a intimidarme en el futuro, ¿Me oyes?».

Incluso después de tantos años, él todavía podía recordar claramente que ella había llevado un vestido azul pálido ese día. Sus pantorrillas eran claras y su figura alta y esbelta.

Cuando sonreía, era como si todo a su alrededor se iluminara.

En medio de los pensamientos de Joel, el sonido de un celular interrumpió de repente sus pensamientos.

¿Se había enterado ya su ayudante de lo ocurrido en el jardín?

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