Reina inesperada -
Capítulo 10
Capítulo 10:
POV Antonio
“Lo has asustado”
Ella se recuesta, su toalla subiendo hasta sus caderas.
“No, en absoluto. Debe haber oído a Gilly entrar. Está buscando un juguete nuevo”
Arruga la nariz y no puedo evitar mirar sus muslos.
Esa mancha oscura entre sus piernas es casi visible, y maldición, quiero echar otro vistazo a su dulce v$gina.
Me relamo los labios y ella se echa hacia atrás y se pone en pie.
“¿Dónde está mi habitación?”
Se dirige a la puerta y la abre, mientras Diablo se aleja hacia las escaleras de atrás.
De pie, me acerco a ella y cierro la puerta.
“Esta es nuestra habitación”
Señaló una de las puertas del armario.
“El tuyo”
Luego señaló la otra.
“El mio”
Por último, señalo la cama.
“Nuestra”
Sus ojos se abren de par en par.
“Pero dijiste que no forzarías…”
“No te forzaré mi p$ne dentro de ti hasta que me lo pidas amablemente, Angelica. Pero eres mi esposa. Dormirás aquí conmigo, bajo mi protección”
“¿Por qué, no confías en tus hombres?”, dijo ella en tono desafiante.
“Con mi vida. Pero eso no significa que quiera que te miren más de lo necesario. Soy un hombre celoso, Angelica, cuando se trata de ti. Te quiero toda para mí”
Ella traga con fuerza.
Parece nerviosa.
“Supongo que deberías conseguir todo lo que puedas de mí antes de que te maten”
“¿Me quieres muerto tan pronto?”
Tomó su mano y la llevó a mis labios, mordiendo ligeramente uno de sus nudillos.
“¿Antes de que te coma el v$gina hasta que grites?”
Su respiración se entrecorta.
“Yo… quiero…”
Retira la mano y sacude la cabeza.
“Quiero algo de ropa”
“Has tenido un día muy largo, Angelica”
Me dirijo a mi armario y tomó una de mis camisetas para ella.
“Ponte esto y bragas, si es absolutamente necesario, y luego métete en la cama. Tengo algunos asuntos que atender después de los acontecimientos de la noche”
Mi espalda se endereza y me bajo la camisa por la cabeza.
“¿Quieres decir que vas a hablar con mi padre?”, ,e pregunta, con una voz que suena a enojo.
“Creo que ha dejado claras sus intenciones. No es necesario hablar con él. Pero nadie ataca a nuestra familia sin pagar el precio. Voy a hacerle daño, Angelica”
Hago crujir mis nudillos y me pongo los pantalones.
“Voy a elegir a algunos de sus hombres y a enviarle sus cabezas”
Hace una mueca, pero luego lo cubre enseñando su rostro.
“¿Sorprendida?”, pregunto.
“No. Todavía no puedo creer que lo haya hecho”
Deja que una pizca de dolor entre en su voz.
“Mi propio padre…”
“Cualquiera que intente hacerte daño recibirá el mismo trato”
Le acarició la nuca y la atraigo hacia mí.
“Sin excepciones. Nadie te hará daño, Angelica”
Miro fijamente su boca, la forma en que sus labios se separan y su respiración se hace más superficial.
“¿Quieres que te bese, Angelica?”
Ella se moja los labios.
Tomó eso como un sí y la besó con fuerza, mi lengua barriendo contra la suya mientras se agita en mis brazos.
Luego la agarro y la atraigo hacia mí mientras profundizó el beso, saboreando y tomando mientras me rodea el cuello con sus brazos.
Maldición, dejarla es más difícil de lo que podía imaginar. Pero hay que hacerlo.
Nuestros enemigos tienen que pagar por lo que han hecho.
Cuando rompo el beso, me mira con ojos vidriosos.
“Quédate aquí, Angelica. Volveré pronto”
La conduzco a la cama y la siento justo cuando llaman a la puerta.
“Es Barker con la comida. Barker es nuestro cocinero y mayordomo. Lleva mucho tiempo conmigo”
Ella asiente.
“Bien”
Me dirijo a la puerta y Barker me mira con curiosidad.
“Ella está bien. Puedes conocerla mañana. Por ahora, gracias por la comida”
Me hace un gesto con la cabeza.
“Por supuesto, seño”
Hago rodar el carro de la comida hasta la habitación y lo pongo delante de ella.
“Come. Sé que tienes hambre”
Alcanza un croissant de chocolate.
“Come. Si necesitas algo más, dímelo. Estaré abajo”
Me dirijo a la puerta mientras ella le da un mordisco al croissant.
Hace un sonido ‘mmm’ que va directo a mi p$ne y casi me hace girar.
Pero no lo hago.
No descansaré hasta responder a la amenaza de su vida.
Con interés.
POV Angelica:
Jadeo y me incorporo, con el corazón palpitante.
Los sonidos de los disparos me persiguen.
Mis ojos recorren el oscuro dormitorio.
La única luz que entra proviene de la puerta del baño, que sigue abierta.
¿Qué esta pasando?
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