Capítulo 223:

Lise pulsó despreocupadamente el botón de respuesta y oyó una voz en la línea, que intentaba persuadirla.

«Lise, por favor, acepta este pedido. El cliente procede de una gran corporación y ha insistido mucho en plantear la oferta. Están desesperados por trabajar contigo y están dispuestos a pagar lo que haga falta».

Lise apretó instintivamente el teléfono y sus ojos brillaron de vacilación.

«Rechaza el encargo. Estoy demasiado ocupada y agotada para atenderlo ahora».

La mujer al otro lado de la llamada dejó escapar un suspiro de impotencia. «Lleva un año buscándote. Ya no sé cómo rechazarle. Han pasado tres años desde que te jubilaste y aún así ha encontrado la forma de llegar hasta mí».

Neil, que estaba junto a Lise, pudo oír claramente la conversación a pesar de que estaba en el altavoz.

Tres años después de su jubilación, llegó un pedido bien pagado, y todo empezó a cobrar sentido. La alegría surgió en el corazón de Neil.

Efectivamente, Lise era Iris.

A pesar de que la mujer de la llamada continuó argumentando su punto de vista, Lise no se dejó convencer. «Realmente no puedo hacerlo. Hay asuntos más urgentes que debo atender».

«De acuerdo», dijo la mujer al oír la determinación en la voz de Lise.

Después de colgar, Lise miró a Neil, que estaba visiblemente emocionado.

Sorprendida, gritó con cautela: «¿Neil?».

«Lise, ¿sigues intentando engañarme? Ya sé que eres Iris. Pero, ¿por qué has mantenido tu verdadera identidad en secreto todo este tiempo?».

Neil se esforzó por comprender.

Lise sabía muy bien a cuánta presión había estado sometida su empresa, y le había visto luchar con la confusión de la identidad de Katelyn durante tanto tiempo. ¿Por qué nunca se le había ocurrido hablar y aclarar las cosas?

Un destello de culpa y arrepentimiento pasó por los ojos de Lise mientras tomaba asiento y empezaba a explicarse.

«Neil, no quería ocultártelo. No encontraba las palabras adecuadas. Llevo tres años fuera de juego y sé que tu empresa ha estado bajo presión. Me preocupaba que mis diseños no estuvieran a la altura y te decepcionaran». Mientras hablaba, Lise hizo una breve pausa, sus ojos reflejaban su malestar.

Esta era la explicación que había preparado desde el principio, y debería ser lo bastante convincente para Neil.

«Quería que encontraras un diseñador más capaz. Sin embargo, a medida que se acercaba el lanzamiento y la empresa seguía teniendo problemas, elaboré algunos diseños para ti. Si contaban con tu aprobación, mi plan era seguir perfeccionándolos».

Lise decía que sus acciones iban en beneficio de Neil y de la empresa. ¿Cómo podía Neil no ver sus buenas intenciones?

Una oleada de calidez inundó su corazón, pero otra pregunta persistía.

«Cuando estaba investigando a Katelyn, sospechando que era Iris, ¿por qué no te presentaste para aclarar las cosas?».

Lise suspiró profundamente, con la voz teñida de impotencia. «Nunca pensé que Katelyn se atrevería a hacerse pasar por Iris. Pero sentí compasión por ella. Si asumir mi identidad le proporcionaba cierto consuelo y aumentaba su confianza, ¿por qué iba a revelarla?».

Neil asintió pensativo, con los ojos clavados en Lise.

«Lise, eres realmente compasiva. Pero ¿puedes hacerme una promesa? Pase lo que pase, no vuelvas a tener secretos conmigo. No quiero secretos entre nosotros».

Lise bajó la cabeza y asintió. «No pretendía engañarte. Sólo tenía miedo de decepcionarte».

La mirada de Neil se suavizó, llena de afecto. «¿Cómo podría decepcionarte? Eres una potencia en la industria del diseño, incluso tus bocetos iniciales superan a muchos diseñadores consagrados. Deberías creer más en tu talento».

«Vale, ahora lo entiendo».

Lise asintió dócilmente, apoyando la cabeza en el hombro de Neil. Su tono era suave y apacible. «No me importa mucho la fama o la riqueza. Mientras pueda mantenerte, es todo lo que necesito».

Neil besó tiernamente su frente, su amor evidente. «Soy tan afortunado de tenerte aquí».

En ese momento, Neil se sintió increíblemente bendecido. Acarició suavemente el hombro de Lise, mientras sus pensamientos se arremolinaban con planes.

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