Capítulo 118:

La llamada era inusual. En la pantalla no aparecía ningún número entrante, sólo asteriscos.

El número había sido ocultado intencionadamente para evitar rastrear su identidad. Al contestar, Vincent fue recibido por una voz fría y mecánica.

«Hola, Adams, soy TS».

La expresión de Vincent se ensombreció al mirar a Katelyn, que parecía completamente desconcertada.

Con el teléfono en la mano, habló con gravedad. «Parece que sabes que te he estado investigando». La voz del teléfono emitió una risita, distorsionada y metálica, que aumentaba su carácter espeluznante.

Aunque no era un altavoz, Katelyn y Jaxen podían oír fragmentos de la conversación debido a su proximidad. Katelyn apretó sutilmente la mano dentro de la manga.

La persona que llamaba era Briar.

Katelyn se había preparado para las posibles sospechas de Vincent. Ella había pre-acordado con Briar para ayudar si es necesario.

Su teléfono estaba configurado para enviar una señal a Briar pulsando el botón de encendido tres veces, un movimiento sutil que había hecho antes mientras la interrogaban.

Esto ayudó a desviar la atención de Vincent.

La voz continuó: «Soy consciente de los problemas de su empresa y no me culparán por las acciones de otros. Me ocuparé del cortafuegos, pero señor Adams, mantenga a su equipo bajo control. No me gusta que escudriñen mi vida privada, y espero que podamos resolver este asunto amistosamente».

Vincent percibió una amenaza velada en esas palabras. Dada la renombrada habilidad de TS para piratear, el hacker sin duda tenía los medios para afectar significativamente al Grupo Adams.

Vincent respondió con frialdad: «¿Puedo confiar en ti cuando tu red ya ha sido comprometida dos veces?».

La voz mecánica prometió: «En una semana, revisaré su cortafuegos y aseguraré su red».

Vincent mantuvo la compostura mientras miraba a Katelyn, vigilando cada uno de sus sutiles movimientos.

«Le daré una oportunidad. Si el asunto no se resuelve, lo consideraré un desafío directo».

«Entendido», fue la cortante respuesta antes de que la llamada terminara abruptamente.

Vincent miró la pantalla del teléfono, ahora en penumbra, y una sombra de preocupación pasó por su rostro.

Tanto el identificador de llamadas como la voz habían sido minuciosamente camuflados para evitar su identificación.

La inesperada llamada de la ST para tratar el asunto inquietó a Vincent, que se esforzó por entender por qué.

Le pasó el teléfono a Jaxen y le preguntó: «La llamada duró más de treinta segundos. ¿Puedes rastrear la ubicación exacta de la persona que llamó?».

Jaxen examinó el teléfono detenidamente, con expresión sombría.

«Es TS. Con sus habilidades de hacker, está más allá del alcance de diez personas como yo juntas. Además, es un número virtual. Podría pasar por diez lugares diferentes en un minuto. Si rastreáramos a TS, no habría permanecido sin clasificar tanto tiempo».

Vincent se quedó mirando la pantalla del teléfono, llena de asteriscos, y de pronto levantó la vista hacia Katelyn.

«Recuerdo que ayer mencionaste que un amigo tuyo conoce a TS».

El rostro de Katelyn se tensó un instante. Su comentario anterior, destinado a absolverla, parecía haberla atrapado.

Intentando descartar la insinuación, sonrió débilmente y dijo: «Mi amigo lo mencionó, pero no puedo verificar si es él».

Vincent hizo una pausa y luego afirmó con firmeza: «Quiero conocerlo».

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