Presa entre tus brazos
Capítulo 26

Capítulo 26:

Leandro no sabía cuál era la verdadera historia de su padre con Rina, sólo sabía que su padre la mantenía internada en un hospital psiquiátrico, le había dicho que era una mujer muy peligrosa, ahora se había enterado de que había escapado y estaba bajo la protección de Gío.

Sergio insistió en ayudar a Leandro para llevar a Nicole con él.

No sabía que era lo que su padre planeaba, pero le convenía su ayuda.

Lo único que quería era tener a Nicole a su lado.

La relación con su padre no era muy buena, desde que se casó con Deborah, se había alejado de él, creía que ella era el demonio con forma de mujer.

Leandro tenía tan solo seis años cuando se casó con su padre, actuaba de manera muy diferente cuando estaban con él.

En cuanto tuvo edad suficiente, Leandro se cambió a su propia casa, trabajaba con su padre, pero no visitaba su casa ni él la suya.

En ocasiones salían a comer o a tomar una copa pero sin Deborah.

En cuanto a cómo habían logrado saber los movimientos de Nicole.

Uno de los guardaespaldas de Rossano, accedido a darles información.

Había amado a Nicole por tantos años, era la mujer más bella que había visto.

Tenía un corazón de oro, había apoyado a muchas casas hogar, pensaba que ella sería la esposa perfecta.

Cuando se enteró de que estaba embarazada, decidió que querría a su hijo como suyo.

Sabía que acudiría a la clínica acompañada por su nana.

Ese día solo su contacto entró con ellas, pero se quedó afuera del consultorio, pagaron a la enfermera para que las durmiera y poder así sacarlas.

Las trasladaron en camilla hasta el área de urgencias y desde ahí las llevaron en ambulancia hasta una casa cercana donde las pasaron a una camioneta para trasladarlas al aeropuerto.

Pasó casi el mes desde que Nicole estaba en casa de Leandro, todos los días le llevaba un enorme ramo de rosas rojas.

Nicole imagino que Sondra le había dicho que son sus favoritas, era un tipo aparentemente tranquilo, está a un rato con ella y luego se iba, le había llevado varias revistas para que eligiera la decoración del cuarto del bebé, estaba empeñado en que fuera un lugar especial que lo hiciera sentir cómodo y protegido.

Estaba preocupada porque el bebé estaba por nacer de un momento a otro, ese día le pidió que bajara a cenar con él.

Sara le insistió en que no lo hiciera, Nicole aceptó, era mejor no llevarle la contraria.

Le envió un vestido de maternidad muy bonito.

Era largo en color marfil, se arregló y bajó a cenar con él.

Al hacerlo se sorprendió.

Había un camino de velas.

Desde la puerta hasta un pequeño kiosko en medio del jardín.

En medio de la hermosa mesa, había un hermoso ramo de rosas rojas.

Al verla llegar, Leandro se levantó y le acercó la silla.

Era tan diferente a Bruno que no perdía la oportunidad de humillarla.

A decir verdad era un tipo bien parecido.

Era alto con un buen físico, sus ojos eran color café claro, una fina barba corta lo hacía ver atractivo.

Además de que era caballeroso y atento.

Nicole se preocupo al notar porque camino iban sus pensamientos, quizá estaba desarrollando algo así como el síndrome de Estocolmo, la se%y voz de Leandro la sacó de sus pensamientos.

“Hola preciosa, pensé que no bajarías”, dijo ilusionado mientras sonreía.

“Pues como ves aquí estoy, cenemos, hace un poco de frío, me siento algo cansada y me gustaría dormir”.

Contesto de mala gana.

“Te ves hermosa”

No podía dejar de observarla.

“Gracias”

Respondió por educación.

Cenaron en completo silencio.

Leandro la veía de tal manera que Nicole se puso muy nerviosa, no sabía qué era lo que le estaba pasando.

“¿Serían acaso las hormonas del embarazo?”

Leandro la había estado esperando por un buen rato.

Al ver que tardaba, creyó que no bajaría, cuando la vio caminando a la luz de las velas, pensó que era Ja mujer más bella que sus ojos habían visto.

Estaba tratando de darle su espacio, de no incomodarla, después de todo un mes era muy poco tiempo para ganarse su confianza.

“Te traje un regalo, es algo que para mí es muy especial, espero que lo aceptes”.

“No puedo aceptar nada que venga de ti, no quiero darte falsas esperanzas”, contestó en tono seco.

“Acéptalo por favor, perteneció a mi madre, ella murió cuando yo nací, mi padre dice que es el único recuerdo que guardo, sería un gran honor que lo aceptaras”

Se le quedó viendo de tal manera que ella no pudo negarse.

“Está bien gracias”

Intentaba darle por su lado, de no contrariarlo, aún creía que era alguna especie de loco.

Él tomó su mano y colocó un hermoso brazalete, era plateado con incrustaciones de diamantes, los más grandes formaban una flor y los más pequeños estaban incrustados por todo el brazalete, debía costar una fortuna.

Nicole no quería aceptarlo, pero ante la insistencia de él lo hizo.

No entendía porque le daba algo que tenía tanto valor para él.

Se quedo observando el brazalete sobre su mano.

Era realmente bello.

Después de un rato en el que Leandro intentaba encontrar un tema de conversación.

Nicole se despidió.

Deseaba descansar.

Él se quedó observándola mientras se alejaba.

Se veía hermosa embarazada, tenía un brillo muy especial en la mirada, esa mujer era todo para él, ella subió a su habitación.

Sara la estaba esperando con un té caliente.

Últimamente no podía dormir si no lo tomaba antes de acostarse, justo cuando tomó la taza para beber.

Sintió un dolor horrible en el v!entre que se entendió hasta su cadera.

El bebé estaba por nacer, el contenido de la taza se derramó sobre su ropa.

Sara corrió a avisarle a Leandro.

No le permitiría ir a la clínica, junto a su habitación habían adecuado un espacio para que naciera el bebé.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar