Presa entre tus brazos -
Capítulo 22
Capítulo 22:
Las dos se encontraban demasiado nerviosas.
Afortunadamente, para Nicole, la salida para empleados quedaba al fondo del pasillo, no tenían que pasar por donde estaba el chofer.
“Por favor, no digas nada al hombre que me acompaña, creerá que estoy en el baño, eso me dará tiempo suficiente para escapar.
“No se preocupe, no diré nada, le dejo, le deseo mucha suerte”
La chica le sonrió antes de darse la vuelta.
“Gracias”
Nicole observó la puerta.
Era la puerta hacia su libertad.
En cuanto salió, comenzó acorrer, su corazón latía a mil.
Sabía que Bruno no la perdonaría jamás.
Si la atrapaba no sabía que sería capaz de hacer, Rina ya había llegado, la esperaba fuera del centro comercial.
Nicole enseguida la localizo, estaba recargada sobre un auto negro, a su lado estaba un hombre alto, imaginó que se trataba de Gío, su supuesto padre.
Se acercó de prisa.
Iba completamente agitada.
Rina se acercó a ella para ver como estaba.
“¿Estás bien?”
Se preocupo aún más al ver el estado en que se encontraba.
“Sí, por favor vámonos”
Deseaba alejarse de ahí cuanto antes.
“Sube al auto, él es Gío, tu padre”
Nicole volteó a verlo, todo aquello se sentía tan extraño.
“Ya nos presentarás después, ahora lo importante es alejarnos de aquí, ya nos contará que es lo que está sucediendo”.
Cuando se subió al auto, al ver que se alejaban del lugar, por primera vez en mucho tiempo pudo respirar tranquila.
Se sentía libre.
Sabía que sus padres se preocuparían cuando se enterarán, pero eran muy apegados a las normas, no la apoyarían.
Ellos la obligarían a regresar con Bruno, no sabía que le deparaba el destino, solo sabía que tenía que luchar para salir adelante, para criar a su hijo lejos de Bruno.
Su hijo que nunca sabría quién era su padre.
Este pensamiento hizo que las lágrimas amenazaron con salir, hizo un gran esfuerzo por detenerlas.
El chofer notó la tardanza de Nicole, pregunto a la empleada que donde estaba.
“No lo sé, señor, la señora se quedó en el baño”, contestó intentando mantenerse tranquila, había pensado en llamar a la policía, pero se detuvo al pensar que podrían hacerle daño.
El chofer se dirigió hacia allá.
Tocó repetidamente la puerta, al ver que Nicole no contestaba decidió entrar.
El baño estaba vacío.
El chofer maldijo fuertemente.
La encargada de la tienda hizo como que estaba ocupada, el chofer reviso el lugar, entonces se dio cuenta de la puerta que se encontraba al final del pasillo.
La abrió y pudo ver que daba al exterior, corrió para ver si lograba localizarla, recorrió todo el lugar, al ver que no estaba decidió llamar a su jefe.
“Aló, ¿Qué es lo que pasa?”
“Ha escapado”.
“¿Qué? No entiendo”
“La señora Nicole, ha escapado”.
“Eres un completo inepto ¿Cómo que escapo? ¿La llevaste a casa?”
“La señora me pidió acompañarla a la plaza comercial, me dijo que compraría un regalo para usted, que no le avisara porque arruinaría la sorpresa, me engaño, pensé que estaba dentro del baño del lugar”.
“Ya ajustaré cuentas contigo después ¿Buscaste en todo el sitio?”
“Lo hice, señor, la señora no está”
La voz del hombre temblaba.
Sabía que Bruno se encargaría de que nadie más lo contratara.
Bruno colgó completamente furioso.
Golpeo fuertemente su puño contra el escritorio.
El chofer tenía indicaciones de no parar hasta llegar a casa.
¿Cómo se atrevía a no cumplir esa simple orden?
“¿Cómo pudo una jovencita engañarlo de esa manera?”
Llamó a Jack que se encontraba de licencia por el nacimiento de su hijo,
“Tienes que encontrarla Jack; la quiero de vuelta, la quiero siempre junto a mí ¡Carajo!”.
Después llamó a Sondra.
Necesitaba que le avisara por si buscaba a sus padres.
Estaba casi seguro que lo iba a hacer.
La pelirroja disfrutó de aquella noticia.
Era la mejor que había recibido en mucho tiempo.
Le informó a sus padres. a su manera, les hizo creer que Nicole había escapado con otro hombre, un antiguo ex novio.
Ellos estaban tan furiosos que no querían saber nada de ella.
No la perdonarían jamás.
Noah recordó cuando fue abandonado por su madre, pobre Bruno sabía lo que estaría sintiendo.
…
Gío se dirigió hacia su hangar privado.
Tenía que sacar a su hija del país de inmediato.
En Australia podría protegerla de ese hombre, sabía que pronto armaría todo un operativo, Bruno tenía mucho poder y no dudaría en usarlo.
Cuando cerraron el aeropuerto el avión ya había despegado.
La ventaja que tenían era que Bruno no tenía la certeza de que Nicole escaparía en un vuelo privado.
Ese día despegaron varios aviones, así que era imposible que los hubiera ubicado.
En el avión, Nicole aún se sentía nerviosa.
Rina se acercó para darle un té.
“El chofer habrá tardado en darse cuenta de que no estaba en el baño, a esta hora Bruno ya debe estar enterado”
Pensar en que quizá la buscaría la alteraba.
“No pienses en eso ahora, necesitas descansar, cierra tus ojos y respira profundamente”
Rina se dio cuenta de que algo muy malo pasaba.
Nicole se tomó todo el té, se sintió relajada por lo que durmió durante casi todo el viaje.
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