Presa entre tus brazos
Capítulo 133

Capítulo 133:

Al otro día después de comer, Noah llamó a Sondra a su despacho.

Su madre se sentó junto a ella.

“Hija, queremos proponerte algo, sabes que te amamos al igual que a tu hermana, nuestro amor no es mas grande por una o por la otra”.

Ella lo escuchaba callada.

No tenía idea de que se trataba esa propuesta.

“Queremos que estudies un máster en España, sabes que en Madrid está la casa, te hará mucho bien, además de que avanzaras en tu profesión”.

Emma al ver que Sondra se quedó callada la tomó de las manos.

“Hija sé qué piensas que no te amamos, te amo con toda mi alma, tu padre y yo hablamos por la noche y creemos que el viajar a España es lo mejor para ti”.

Sondra se levantó.

Se sentía muy dolida con lo que sus padres intentaban, era su manera de deshacerse de ella para que no los molestara.

Al menos eso es lo que ella pensaba.

“Así que creen que esa es la mejor manera de deshacerse de mi, para ustedes yo no valgo nada, quieren mantenerme alejada para que no moleste a su nena, quieren que yo me aleje para que ella sea feliz con él hombre que amo, de ninguna manera lo haré, no me conformare con eso, tengo derecho a la mitad de la herencia, la empresa también me pertenece, sé que harán hasta lo imposible por recuperarla”.

“Hija, tu padre fundó esa empresa con dinero que le dio la madre de Nicole, él no tenía nada en ese entonces, por eso es que le pertenece a ella, incluso está casa la compró Rina”.

“No lo permitiré, mataré a Nicole antes que permitir que se quede con toda la fortuna, también me pertenece a mí al igual que Bruno, sé que él me amara cuando ella ya no exista”.

Emma no podía creer la reacción de su hija.

Volteó a ver a Noah que permanecía en silencio, noto que tenía sus dos manos sobre su pecho por su gesto se dio cuenta de que algo no iba bien.

“Noah, ¿Qué pasa? Responde Noah”

Emma corrió a su lado.

Sondra se asustó al ver lo que había provocado.

Era claro que su padre estaba teniendo un infarto.

Se quedó inmóvil solo observando.

Era la primera vez que sentía remordimientos por algo que había provocado.

“¡No te quedes ahí! ¡Llama una ambulancia de inmediato! Noah por los cielos, resiste. ¡No puedes dejarme!”

Le gritó desesperada a Sondra, para después hablarle a Noah tratando de reanimarlo.

La ambulancia llegó minutos después.

Noah estaba inconsciente, y Emma subió con él a la ambulancia.

Horrorizada veía como los paramédicos trataban de reanimarlo.

Mas tarde todos se encontraban en la sala de espera del hospital.

Bruno temía que sí algo pasaba a Noah, Nicole no resistiera, la abrazaba todo el tiempo intentando darle fortaleza.

Sondra llegó en ese momento, y Emma se levantó furiosa al verla.

“Te atreves a venir aquí, tu padre está tras esas puertas debatiéndose entre la vida y la muerte, fuiste demasiado cruel Sondra, él solo trataba de hacerte entender y que corrigieras tu camino, a pesar de todo lo que le hiciste a su hija trató de apoyarte, vete Sondra, cuando regrese a casa espero ya no encontrarte, he pedido que empaquen tus cosas y las dejen en el jardín, desde este momento no se te permitirá entrar de nuevo en la casa”.

“¡Mamá no puedes hacerme esto, no tengo dinero ni tampoco a donde ir!”

Sondra se sentía arrepentida por lo que había hecho.

Amaba a Noah y no se perdonaría si algo le pasaba, todos los que estaban ahí la observaban con desprecio.

“No lo vuelvo a repetir lárgate en este momento”.

Emma estaba muy dolida por lo que había ocasionado por su comportamiento.

Se alejó de ella, los demás hicieron lo mismo, nunca le había dolido tanto sentirse despreciada como le dolía en ese momento.

Sondra se quedó parada observando como todos abrazaban a Nicole.

¿Porqué ella lo tenía todo?

Tenía padres que la amaban y el amor de Bruno, eso no lo consideraba justo.

Salió del hospital con la cabeza agachada.

Sus lágrimas se fundían con la lluvia que había vuelto a caer de nuevo, el ruido que se escuchaba aseguraba que una tormenta eléctrica estaba por comenzar.

Estaba segura que el cielo se compadecía de su situación, pues parecía que lloraba y que sentía la misma furia que ella.

Caminó por algún tiempo, afortunadamente el hospital se encontraba en la misma área que la casa de sus padres, así que después de una hora se encontraba frente al enorme portón de entrada de la propiedad, llamó por el interfono para que le permitieran entrar, minutos después dos personas del servicio abrieron la pequeña puerta lateral y dejaron fuera sus maletas, sin decir una palabra se dieron la vuelta, se quedó un rato ahí parada observando su equipaje.

Después empezó a caminar, tenía que avanzar con una maleta y después regresar por la otra, le llamó a varias de sus amigas, pero como eran igual de frívolas e interesadas que ella, cuando les contaba su situación ponían mil pretextos para no ayudarla.

Sondra se sentía cansada, sin rumbo, su teléfono ya tenía poca batería, cuando menos ya había parado de llover, temblaba por el frío que sentía al tener la ropa empapada, se sentó sobre una de las maletas.

En ese momento recordó a Shelsy.

Era su última opción, así que marcó esperando ella la ayudara.

“Aló”.

“Shelsy, soy Sondra”.

“Sí, dime”.

“Estoy en problemas, mis padres me han corrido de casa, me han retirado su ayuda, todo por culpa de la estúpida de Nicole, necesito que me ayudes, estoy parada a un lado del camino y no tengo dinero ni algún lugar a donde ir”.

“Puedo hospedarte temporalmente, creo que te habrás enterado que mi familia está en la ruina, mis padres perdieron todo, hasta las propiedades, ellos abandonaron la ciudad, se han ido a Pavía, mi abuela les heredó una pequeña casa ahí, yo estoy hospedada en casa de Leandro, ¿Dónde exactamente estás?”

“Sobre el camino que da a casa de mis padres”.

“Espérame ahí, voy hacia allá”.

“Ok, gracias, aquí te espero”.

Shelsy se apuró para ir por ella.

No sabía cuánto tiempo tardaría Leandro en llegar, pero en cuanto le avisara que lo haría, Sondra tenía que irse inmediatamente, Leandro no la soportaba por todo el daño que le había hecho a Nicole.

Minutos más tarde la vio a la orilla del camino, la escena era deplorable, ella que cuidaba tanto su imagen, estaba empapada y con el maquillaje corrido, detuvo el auto junto a ella.

“Hola, sube”

Abrió el maletero para que subiera su equipaje.

“Gracias, en verdad te lo agradezco, estoy cansada y hambrienta”.

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