Presa entre tus brazos
Capítulo 125

Capítulo 125:

“Perdón cuñadita, sé que quizá no me recuerdas, pero créeme soy uno de tus chicos favoritos”

Le dijo sin dejar de sonreír.

Nicole se acercó a la pequeña.

Era hermosa.

Tenía el cabello rubio y unos grandes ojos verdes, tanto Sophie como Dante eran rubios, pero él era el que tenía los ojos verdes, ella color miel.

“Hola preciosa”

La bebé enseguida empezó a sonreír.

“Estábamos saliendo a comer, ¿Gustan acompañarnos?”

“Claro, muero de hambre”, contestó Dante.

“Tú siempre corazón”

Le dijo Sophie, el comentario hizo reír a Nicole y a Bruno.

Se dirigieron caminando hacia un restaurante cercano.

Nicole no sabía porque mientras cargaba a la niña, sentía una opresión en su pecho e inmensas ganas de llorar.

“¿Pasa algo? ¿Estas bien?”

“No lo sé, siento una fuerte opresión en el pecho, la empecé a sentir inmediatamente después que cargué a la bebé”.

Sophie se dio cuenta y se acercó para cargar a su hija.

Todos sabían lo que ocurría.

A nivel inconsciente recordó lo sucedido con su bebé.

Al entrar al restaurante, vieron que ahí estaban Max y Amadeus.

Ellos no sabían todo lo que había ocurrido, trataban de estar fuera del país, Max no había buscado a Nicole ni a Sophie porque no se sentía capaz de verlas a los ojos, para él aún era difícil lo que ocurría con sus sentimientos.

Dante fue el primero en verlos, y se dirigió a saludarlos, los demás lo siguieron.

“Amigos, que gusto verlos”.

“Hola, que bien encontrarnos aquí”

Respondió Amadeus, mientras Max tenía ganas de meterse bajo la mesa y más porque Bruno sabía lo que ocurría entre ellos.

Esperaba que cumpliera su promesa de callar.

“Hola pequeña Libélula”.

“Hola, Max”

Nicole se acercó a abrazarlo.

“Pero siéntense, nosotros apenas pediremos”

Él grupo se sentó junto a ellos.

Nicole no recordaba a Amadeus y él se extrañó que no se dirigió a él en ningún momento.

“¿Cómo has estado Nicole? Desde la premiación ya no nos hemos visto”.

“¿Nos conocemos? Perdón es que no recuerdo”.

“Amiga, ¿Que ha ocurrido?”

Max se dio cuenta de que algo no andaba bien con ella, se recriminó el haberse alejado.

Bruno les contó todo lo sucedido.

Amadeus y Max no podían creerlo.

“No pude ser, ¿Como pudo ese monstruo secuestrar a mi pequeño? algo debe poder hacerse para liberarlo”.

“Sergio nos mantiene vigilados, si intentamos rescatarlo, amenazó con matarlo, y créeme, hemos aprendido que ese hombre no amenaza en vano”

Contestó afligido Bruno.

“Lo peor de todo es que no puedo recordar ni a mi propio hijo”.

“Perdón Nicole debí estar a tu lado, me he dedicado sólo a vivir mi vida de un modo muy egoísta, siendo que tus padres y tú, me aceptaron en su familia”

Max se encontraba verdaderamente afligido, Amadeus tomó su mano bajo la mesa, en señal de apoyo al chico.

En ese momento un mal olor se dejó sentir en la mesa, todos volteaban buscando de donde provenía.

“¿Qué es ese mal olor? Cielos creo que pediremos que nos cambien de mesa”, dijo Max.

“Jajaja”

Dante y Sophie no pudieron evitar reír.

“Lo sentimos chicos, es hora de cambiar el pañal a la pequeña Danna”

Sophie tomó su bolso y se dirigió hacia el baño.

Los demás no pudieron evitar reír, jamás imaginaron que fuera la pequeña la causante de un olor así.

“Lo siento Dante por mi comentario, no pensé que la causante fuera la bebe”.

“Jajaja, no te preocupes, hasta yo a veces quiero huir, sobre todo cuando el cambio de pañal me toca a mí”

Él grupo de amigos comió tranquilamente, prefirieron cambiar el tema, sabían que era terrible por lo que Bruno y Nicole estaban pasando, pero un momento de tranquilidad les hacía bien.

Más tarde se despidieron.

Dante y Sophie se hospedarían con Bruno y Nicole.

Max, por su parte, se regresó para hablar con las chicas.

“Mañana me gustaría hablar con ustedes, si es que tienen un poco de tiempo”.

“Pará ti siempre amigo”.

Max sonrió, aunque por dentro sentía que no podía con los nervios.

Había llegado la hora de enfrentar la realidad y contarles a las chicas lo que estaba pasando entre él y Amadeus.

Suspiro hondamente antes de subirse a la camioneta y retirarse en compañía del ruso.

Las dos parejas llegaron a la mansión.

Bruno decidió ya no regresar a la oficina por ese día.

“Es precioso este lugar, la distribución de la casa es perfecta, y esos enormes ventanales permiten que entre suficiente luz al interior, el jardín es realmente hermoso”

Exclamó Sophie maravillada.

“El jardín lo diseño Nicole”.

“Qué bien amiga”.

“Lo triste es que ni siguiera lo recuerdo”

“Hermano tomemos un whisky en el despacho”.

“Claro hermano”

Dante lo siguió entendió que Bruno necesitaba hablar a solas con él.

“¿Qué pasa?”

“Uffff pasa demasiado”, contestó mientras apuraba el whisky.

“Nicole olvidó todo sobre nuestra relación, no sé cuál será su reacción cuando se entere o empiece a recordar, me odiara de nuevo”, dijo totalmente afligido.

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