Por ti
Capítulo 31

Capítulo 31:

“¡Entra!”

Dijo ella, en un tono demasiado alto.

Mientras esperaba a Elena, Raisa notó un pequeño dibujo en la pared junto a la puerta. Parecía un garabato infantil, pero tenía un encanto innegable. Se preguntó quién habría sido el artista detrás de ese pequeño tesoro oculto.

La puerta se abrió, revelando a Elena.

“¿Puedo entrar en la habitación?”

Preguntó ella con timidez.

Elena llevaba consigo un libro en la mano. Raisa notó que era una novela clásica que había leído hace años. Se sintió curiosa por saber si Elena era una ávida lectora, pero decidió no hacer preguntas intrusivas en ese momento.

“Por supuesto”

Dijo Raisa con una sonrisa, aunque era evidente que ella estaba medio nerviosa.

Elena entró en la habitación de Raisa, cerrando la puerta detrás de ella.

Se sentó en el espacio vacío de la cama al lado de la mujer.

“Entonces, ¿Estás disfrutando este lugar?”

Preguntó Elena, tratando de iniciar una conversación.

El ambiente en la habitación era tranquilo y acogedor.

Raisa notó una vela aromática en una mesa cercana, que llenaba el aire con un suave aroma a vainilla.

Se preguntó si Elena también tenía un gusto por las velas perfumadas, o si la vela había sido un regalo de alguien cercano.

“Bueno, soy muy agradecida con la ayuda de tu hermano”

Dijo ella, con una sonrisa triste, suponiendo que Elena debería saber toda la historia.

Raisa recordó el día en que Ronald la rescató y la llevó a la casa de Elena. Era un día lluvioso y frío, y Raisa estaba temblando mientras se resguardaba en el coche de Ronald.

Agradeció en silencio por la amabilidad de Elena al permitirle quedarse en su hogar y por la cálida bienvenida que había recibido desde entonces.

“No, Ray, yo debería decir eso”

Dijo Elena.

Raisa notó un pequeño gato de peluche en la estantería cerca de la cama.

Parecía desgastado por el tiempo y el amor, lo que sugería que había sido un compañero constante en la vida de Elena.

Se preguntó si Elena había tenido el peluche desde su infancia o si lo había adquirido recientemente como un recordatorio reconfortante de su niñez.

“¿A qué te refieres?”

“Mi hermano ha sido abierto y más feliz desde que entraste en su vida. Hacía tiempo no lo veía así. Me gustas, Raisa, y sé que a mi hermano también. Alexa incluso me presentó a Adrie como su hermana”.

Ella sonrió, y Raisa suspiro.

Raisa sintió una mezcla de emoción y nerviosismo mientras escuchaba las palabras de Elena.

Era agradable saber que ella y Ronald habían tenido un impacto positivo en la vida del otro.

Observó cómo la luz de la tarde se filtraba suavemente a través de las cortinas de la ventana, creando una atmósfera serena en la habitación.

“Discúlpame por eso. No sé de dónde sacó esa idea”

Susurró Raisa.

“No seas tonta, Ray, me gusta la idea”

Dijo ella con el rostro sonrojado.

“Alexa me ha dicho varias veces que ella quería una hermana pequeña. Creo que su sueño se hizo realidad con Adrie alrededor”.

Raisa se encogió de hombros, sin saber qué decir.

“¿Entonces, dime… que hay acerca de ti?”

Dijo Raisa a Elena, claramente tratando de cambiar el tema.

Elena sonrió, revelando unas pequeñas pecas en su mejilla izquierda.

Raisa pensó que las pecas le daban un aire juguetón y encantador.

Se preguntó si Elena había pasado mucho tiempo bajo el sol o si las pecas eran simplemente parte de su encantadora apariencia natural.

“Bueno, tengo 24 años, me gradué de la facultad de derecho y actualmente estoy trabajando en una prestigiosa firma de abogados”.

“¡Asombroso!”

Dijo Raisa en voz alta, y Elena asintió.

“Sí, pero a veces puede ser agotador. Como hoy, escapé del trabajo y le pedí a alguien que me cubriera”.

Raisa se rio.

“Que a esta persona realmente le gusta hacer su trabajo mientras estás aquí hablando conmigo”.

“Quizás a él le guste”

Ella se encogió de hombros.

“¿Él?”

Raisa cuestionó, con una ceja levantada.

.

.

.