Por siempre tuya
Capítulo 87 (FIN)

Capítulo 87: (FIN)

“Te amo, gracias por no haberte dado por vencido, por luchar por nuestro amor” le respondí, sintiendo la gratitud en mi corazón al recordar todo lo que habíamos pasado juntos.

“Cómo podría no hacerlo. Al verte, me di cuenta de que tuve mucha suerte. Aun no te dabas cuenta de lo imbécil y estúpido que puedo ser a veces, así que tenía que aprovechar la oportunidad, ¿no crees?” dijo, esbozando una sonrisa traviesa.

“Eres un idiota” bromeé.

“No fue por eso. Fue porque vi que eras millonario y podía obtener lo que quisiera” agregué, riendo ante su expresión de sorpresa.

“Ah, ¿Solo me quieres por mi dinero?” preguntó, fingiendo ofensa.

“Claro que no, te amo por tu cuerpo” respondí, provocando risas en ambos.

“Eso sí te lo creo” me abrazó con fuerza, y juntos compartimos un momento de risas y complicidad.

“Me encanta esta postal de ustedes” comentó mi Tía Krista, uniéndose a nuestra conversación.

“Si tan solo tu madre pudiera verte. Te ves hermosa embarazada, Aly, y mi nieto, Dios mío, es hermoso. No dudo que la pequeña princesita también lo será” agregó con ternura.

“Estoy ansiosa por saber a quién se va a parecer. Xander es idéntico a Hansen, pero si esta bebé se va a parecer a ti, lo siento por esos muchachos que estarán locos por ella y lo siento por su padre también” bromeó, riendo ante la idea de la futura llegada de nuestra hija.

“Eso no me causa nada de risa, madre” respondió Hansen, algo ceñudo.

“Por Dios, tienes que admitirlo, que es gracioso. El verte celoso cuando aún no nace es maravilloso. Me he reído tanto de ti hoy, que me duele el v!entre de la emoción” comenté, riendo ante su reacción.

Hansen se acercó a mi v!entre y comenzó a hablarle a nuestro hijo.

“Ves, hermosa, tu madre se ríe de mí, pero no te preocupes, papi te va a proteger de esos lobos malos que se te van a acercar”.

“Es más, creo que haré una nueva ley que prohíba acercarse a las hijas del alfa” agregó con un tono juguetón, antes de levantarse y salir de la habitación.

“Amor, no puedes hacer eso, estás loco” le dije.

“¿Por qué no? ¡Soy el alfa y puedo hacer lo que quiera!” afirmó Hansen.

“Sebastián, ¡te tengo una propuesta! ¿Cómo te caería una nueva ley en tu manada que podríamos compartir?” dijo Hansen acercándose a Sebastián.

“No te preocupes, Aly, está bromeando” intervino Sebastián.

“No, madre, no es en serio” dijo Hansen con seriedad.

“Ojalá tu madre pudiera verte ahora” comentó Tía Krista.

“Tía, platícame de mi mamá. Casi no sé de ella y me gustaría saber de las anécdotas que recuerdes” le dije sonriendo.

“Tu mamá era una mujer hermosa y amable. Cuando tu padre no la desesperaba, tu tío Dante y Allen eran inseparables y a veces nos volvían locas, pero sabíamos cómo manejarlos. Tú aprenderás a hacerlo pronto, sino es que ya lo sabes con mi hijo” compartió Tía Krista.

“Pero un Alfa es poderoso, pero una Luna lo es más, porque puede controlar y curar a una manada. Siempre he dicho que la posición de Luna es la más importante” continuó.

“Debes apoyar al Alfa, estar a su lado, ayudarle, criar a los futuros líderes en tus hijos y, además de eso, ser la madre y protectora de tu manada. Si yo hubiera sabido eso el primer día que me uní a tu tío, hubiera salido corriendo” confesó.

“No es fácil, pero cada día vas aprendiendo sobre la marcha y sales adelante. Es por eso que te admiro tanto, porque tú has sabido salir adelante después de tanto dolor y has tenido la fuerza que a todos nos hace falta. Tú eres la que ha unido a esta manada” dijo Tía Krista, mirándome, y me dio un beso en la frente.

“Ahora te dejo, iré a jugar con Xander. Espero que no me mate de un infarto por correr tanto” dijo Tía Krista y se fue.

Mientras estaba sentada en el jardín, observando a Elena correr con Xander y Máximo, sentí un dolor y una pequeña patadita en mi v!entre.

Estaba teniendo una visión, y al terminar, las lágrimas fluyeron por mi rostro y puse mis manos en mi v!entre.

Cuando Máximo me vio, se acercó lentamente.

“Tía Alania, ¿Pasa algo?” me preguntó.

“Nada, Máximo. Ven, acércate” le dije sonriendo.

Él se sentó junto a mí. Máximo se había convertido en otro hijo para mí. Ha desarrollado algunos poderes, y su madre y yo lo estamos entrenando para que pueda controlarlos.

El pequeño Máximo extendió su mano y tocó mi v!entre, que al instante se iluminó en una luz blanca muy brillante.

Mis ojos casi se salían de mi rostro.

Estaba sorprendida.

¿Serían los poderes de Máximo o de mi bebé?

Estaba confundida.

Pero todo cobró sentido cuando vi la manita de mi bebé reflejarse en mi v!entre, tocando la de Máximo. Sentí unos toques eléctricos por todo mi cuerpo y entendí el significado de este momento tan especial.

Estaba teniendo el privilegio de presenciar su primer encuentro, incluso antes de que mi bebé naciera.

Las lágrimas volvieron a caer por mi rostro, y sonreí de alegría, sabiendo cuál sería mi futuro y el precio que ahora estaba dispuesta a dar sin pensarlo dos veces.

Miré a Máximo y acaricié su rostro.

Él giró su cabeza, y sus hermosos ojos azul cielo me miraron con una felicidad que no podía contener. Su sonrisa me cautivó.

Era tierna, inocente, era él en todo su esplendor.

“Máximo, llegará un día en que ella será muy importante para ti. Tendrás que comprometerte a estar siempre a su lado, a protegerla, amarla y cuidarla sobre todas las cosas” le dije sonriéndole.

“Lo harás, Máximo, mi pequeño príncipe” añadí con una sonrisa, mientras veía cómo sus pequeñas manos se tocaban a través de mi v!entre.

Máximo movía su mano, y mi pequeña princesita la seguía.

“Ella será mi vida entera, mi princesa” dijo Máximo, y noté que sus ojos brillaban de un color rojo intenso, las llamas reflejadas en sus pupilas.

Fue entonces cuando lo vi a él, y la tranquilidad me cubrió. Mi hija estaría protegida.

Ahora podía ser completamente feliz y disfrutar de la vida que, desde el principio, estuvo llena de dolor y batallas.

Pero cuando la diosa extendió sus manos y me dio su bendición, fue con todo lo que esto implicaba: el dolor de perder a mi madre al nacer, crecer fuerte y segura para después caer en la tristeza y el dolor de perder a mi amor.

Me levanté más fuerte que nunca de las cenizas y renací como el ave fénix. Ahora le doy gracias por todo lo que pasé en mi vida.

Viendo a mi esposo y a mis hijos, sé que todo valió la pena.

Fui la elegida, la nombrada loba de habilidades extraordinarias, designada por la diosa para ser líder, una guía para mi manada.

Siempre supe que estaba destinada para grandes cosas, pero bendecida ya lo era al ser quien soy: Alania Winter, Alfa hembra de Red Winter Clan y princesa del Coven White Magic.

Y la segunda parte de mi vida y mi linaje apenas inicia.

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FIN

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