Por siempre tuya -
Capítulo 43
Capítulo 43:
Como extraño ese sentimiento el sentirme protegida y amaba, por un instante ambos nos quedamos callados, mirando hacia todos lados menos hacia nosotros.
El ambiente se tornó incomodo, no sabíamos de qué hablar me resultaba gracioso, porque antes eso no pasaba, siempre sonreíamos y hablamos de cosas estúpidas sin sentido, él tenía un don en hacerme reír por las cosas más sencillas y tontas, extrañaba eso de él.
“Alania sé que tenemos que hablar de muchas cosas que han pasado en tu vida y entre nosotros; y sé que esto llevara tiempo, solo quiero que sepas que estoy aquí no pienso irme de tu vida y seré paciente, cuando quieras hablar conmigo estaré listo amor” me dijo sonriendo y me dio un beso en la frente.
El calor de sus labios en mi piel, su cariño y su amabilidad, es un hombre maravilloso lo sé, pero me siento tan confundida, pensé que al verlo, quizá no me sentiría de esta manera.
Amo a Maxon y el siempre estará en mi corazón, pero se ha ido y es algo que no puedo cambiar por más que lo desee.
“Diosa de la luna, que hago de verdad que no sé qué hacer, no quiero lastimarlo, pero tampoco quiero darle malas esperanzas, siento algo por él, el verlo de nuevo a despertado algo en mí que no sé cómo llamarlo, me siento más cálida más tranquila”
Él está trayendo a mi alma una tranquilidad que me hacía falta.
‘Sabrá lo que paso con Maxon, ¿Qué me case y tenía a mi pareja?’
El pensamiento pasó por mi mente.
“Iván me dijo que Hansen sentía todos mis sentimientos. No puedo dejar de pensar en lo que debe haber sufrido sabiendo que me estaba entregando a otro, que mi primera vez no fue con él”
“¡Dios! ¿Podrá perdonarme alguna vez? Él no es el mismo ahora, es más tierno, más cariñoso. El antiguo Hansen me hubiera lanzado a la calle al momento de verme. ¿Será que cambió, que ahora es otro?”
…
Una hora antes…
Cuando Alania cayó al suelo en mis brazos, sentí que el aire me faltaba. El verme y que yo la abrazara fue demasiado para ella. La llevé a su cuarto y el doctor entró a revisarla.
“¿Cómo está? ¿Hay que llevarla al hospital?” le pregunté al doctor, ansioso por saber su respuesta.
“Ella está bien. El estrés y la emoción fueron demasiado para ella, pero estará bien. Aconsejo un poco de reposo y debe ser suficiente, Alfa. Cualquier cosa, por favor, avísenme” dijo el doctor y se fue.
“Gracias, Anthony” le dije y él se retiró.
Me acerqué a verla; estaba recostada en la cama, serena, hermosa como siempre. Al verla, no pude evitar recordar los momentos de pasión que habíamos pasado en este lugar.
“Ella está de regreso, Hansen. Nuestra hembra está aquí con nosotros, a salvo y segura. Nos encargaremos de que no vuelva a dejarnos de nuevo” dijo Marcel en mi mente.
Mi lobo tenía razón; ahora que ella estaba aquí, podíamos empezar de nuevo, volver a ser el alfa fuerte y decidido. Sé que ella ha pasado por muchas cosas y no puedo odiarla por seguir a su corazón. La amo más que a mi vida y estaré aquí para ella, el tiempo que necesite lo tendrá. Volveré a conquistarla; sigue siendo mi mate, la mujer de mi vida. No me importa su pasado y lo que fue.
“Sino lo que es ahora y el presente. No volveré a dejarla ir y la haré feliz, como ella se merece” pensé mientras me acercaba a ella para oler de nuevo su aroma, que tanto extrañé todo este tiempo. Escuché como Marcel aulló en mi mente de placer al saber que su mate ya estaba con nosotros.
…
Tiempo actual…
Después de un día de sorpresas, finalmente descansé. Me levanté muy temprano y salí a correr. Tenía que intentar vivir de nuevo, ir al bosque como cuando era niña. No sé por cuánto tiempo corrí, pero lo necesitaba. Me transformé en Kayla y solo volé con el viento.
Dejé que mis patas sintieran la tierra bajo nosotros, el aire, el pasto, los árboles. Todo se veía como estar en casa de nuevo. Necesitaba esto, reencontrarme conmigo misma, con Aly la niña que creció fuerte y sabía que haría cosas increíbles cuando creciera.
Me detuve en el lago Chenek a contemplar el agua. Estaba en casa de nuevo. Cerré los ojos y respiré el aire puro de la mañana. Mis pulmones se llenaron de esperanza y fortaleza.
“Estamos en casa Aly, estamos a salvo y con nuestra familia, estaremos bien” dijo Kayla en mi mente y no sé por qué, pero en el fondo sabía que tenía razón.
Miré a mi alrededor y recordé que empezarían los entrenamientos. Qué mejor que recordar quién soy. Sin perder tiempo, corrí de regreso a mi cuarto y me alisé.
“Les demostraré a todos que Aly ya no existe, sino que ahora Alania es una loba y bruja poderosa en todos los sentidos. Estaba lista para demostrarles de lo que era capaz”
Estaba caminando hacia el campo de entrenamiento, cuando escuché a mi hermano dar su discurso, como extrañé a ese Beta gruñón.
“El día de hoy tendremos un entrenamiento de fortaleza. Han estado entrenando estos días para lograr aumentar su velocidad y fuerza. Veamos lo que han logrado y quienes han mejorado en el proceso. Estarán en grupos de dos parejas” dijo Iván gritando con fuerza a los guerreros.
“Beta” dijo Dominik dirigiéndose a mi hermano.
“¿Qué pasa, Dominik?” le contestó.
“¿Quién será mi compañero? Si nadie quiere pelear conmigo, creo que me tienen miedo” dijo Dominik sonriendo, levantando su pecho con orgullo al saber que nadie quería pelear con él. Su fuerza era potente y su velocidad no tenía rival en nuestra manada, hasta que llegué yo.
“Cuando yo estaba aquí no tenías ese problema. Con gusto puedo ayudarte con eso, Dominik” dije sonriendo mientras me acercaba a él.
Todos voltearon a verme y pude ver algunas sonrisas y rostros de asombro al verme de nuevo, incluso Dominik, el guerrero presumido con su aire de Johnny Bravo, estaba feliz de verme.
“Alania, estás de regreso” dijo sonriéndome y me levantó del suelo colocando sus brazos en mi cintura.
Pero se escuchó un gruñido y Dominik me bajó al suelo de nuevo. Miramos hacia la dirección de donde venía ese sonido, solo para ver a un Hansen visiblemente celoso al ver que otro macho me tenía en sus brazos.
Dominik inmediatamente me soltó y dijo:
“Lo siento, Alfa, es la emoción de ver que ella está de regreso” dijo Dominik sonriendo.
“¿Seguirás disculpándote o vas a demostrarme si eres capaz de vencerme ahora?” le dije sonriendo de manera sarcástica.
Dominik me miró sonriendo:
“Tú lo pediste, Alania”.
Comenzamos a pelear, el entrenamiento y las prácticas que había realizado en el Coven estaban mostrando una Alania diferente y todos estaban impactados.
Mi velocidad era impresionante; sin pensarlo, puse mis manos en el suelo dando un giro y mis pies golpearon a Dominik en la cabeza. Inmediatamente salió volando con la fuerza del impacto, se levantó y corrió hacia mí decidido.
Comenzó a darme golpes con sus puños, pero mis movimientos eran demasiado rápidos y logré evadir cada uno de ellos. Pude escuchar sonidos de asombro en los guerreros, que ya se habían detenido para verme.
Estaba tan concentrada en la pelea que ignoré a Hansen completamente, pero podía ver su rostro de asombro al verme. Conecté dos golpes a Dominik y el impacto lo arrojó al suelo con fuerza. Él se levantó y se transformó en su lobo.
Sonreí por su osadía de pensar que en su forma de lobo, lograría vencerme. Inmediatamente comenzó su envestida hacia mí.
Me agaché y con mis brazos lo levanté apoyándome en su pecho y lo lancé con fuerza. Volvió a recobrar el equilibrio y cuando estaba a punto de alcanzarme, decidí mostrarles de lo que era capaz ahora con mi magia.
En un movimiento fugaz extendí mis manos a los lados y me levité en el aire. Mi cuerpo se cubrió de llamas azules y mis ojos brillaban de un azul metálico.
Todos estaban impresionados al verme. Con un ligero movimiento levanté a Dominik y lo lancé con mi magia. Debido a mi fuerza, cayó perdiendo el conocimiento y su pierna se fracturó. Podía ver cómo el hueso salía de su rodilla de una manera terrible.
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