Por siempre tuya -
Capítulo 39
Capítulo 39:
Porque sería dejarlo ir y eso no puedo ni quiero hacerlo.
Mis días son alrededor del jardín cuidándolo, regando las flores viendo como crecen y como sus vidas siguen su curso, mientras yo me quedo en el mismo lugar, sin querer avanzar en el limbo.
Elena me dijo que mi hermano Iván vino a verla hace una semana, ella le conto todo lo que paso mi boda, nuestra vida juntos, mi felicidad, la aparición de Julius y la amenaza de Melina y que finalmente Maxon… lo que paso con el después de la batalla.
Todos en el Coven, han tratado de hacerme cambiar de opinión, de que siga adelante, lo cual no me interesa, ellos no pueden entender lo que Maxon y yo teníamos, era algo mágico algo único y perderlo de esa manera, siendo arrebatado de tus manos es algo que no se supera nunca.
Iván a estado preguntando por mí, desea verme, pero me he negado rotundamente lo que menos necesito es pensar en esa vida que deje atrás y de la cual no deseo ser parte.
“Porque no me sorprende verte aquí, creo que la novedad seria que no lo estuvieras” dijo la sacerdotisa Silvana.
“Alguien tiene que cuidar este jardín ahora que él no está, le encantaba ver las luciérnagas en la noche y las hadas necesitan las flores, además no tengo nada mejor que hacer” dije seria sin darle importancia a su comentario.
“Alania tiene meses que no te veo sonreír, ni siquiera te veo practicar la magia y no me has visitado en el salón de pociones experimentales, cuando dejamos pasar tiempo a veces la magia no responde como quisiéramos”
Silvana me miro y la mire con una sonrisa sarcástica, levante mi mano y de ella salieron llamas azules.
“El viejo truco de que necesito practicar, no soy una niña se cómo manejar la magia, por lo menos lo que Maxon me enseño” dije sin verla al rostro.
“Estoy tratando de ser amable, pero creo que contigo eso no funciona, así que te diré lo que realmente te iba a decir sin rodeos”
“Eres una idiota, si tu pareja murió y no solo tú lo perdiste sino todos, sé que te dolió más a ti, pero tienes que superarlo, no lo vas a olvidar, sino que aprenderás a vivir sin él y recordarlo siempre, pero este no es el momento se sentarse y llorar como estúpida” dijo furiosa.
“Como te atreves a hablarme de esa manera” le dije mientras me levantaba y le lanzaba una bola de fuego azul, pero ella la rechazo sin esfuerzo alguno.
“Es en serio, crees que eso me va a lastimar, pensé que eras de otro nivel, pero ya veo que no solo perdiste la cabeza sino tus habilidades y estoy perdiendo mi tiempo contigo” dijo Silvana, pero cuando me dio la espalda vi mi oportunidad y la tomé.
Mi cuerpo levito y las llamas rodearon mi cuerpo con mayor fuerza, le lance fuego y ella volteo y lo bloqueo, pero era demasiado fuerte y se podía ver como sus pies se movían dejando un camino de tierra, por mi fuerza.
“Eso es todo lo que tienes, que patética” dijo sonriéndome.
Sentí como la furia creció en mí, levanté mis brazos y las llamas azules se convirtieron en rojas de color intenso y no podía creer lo que estaba pasando, eran del mismo color que las llamas de Maxon.
Miré mis manos y comencé a hiperventilar, tratando de calmarme y poco a poco las llamas se fueron extinguiendo.
Silvana corrió a mi lado, mientras estaba cayendo al suelo de rodillas, sorprendida por lo que había pasado frente a mí.
“¿Que paso? de donde salieron estas llamas rojas, no entiendo, solo Maxon tenía este poder Silvana” le dije reflejando la duda en mi rostro.
“No lo sabes, pensé que te habías dado cuenta” dijo la sacerdotisa.
“¿De qué hablas?” dije sorprendida.
“Cuando nos pediste que saliéramos del salón, el día que Maxon murió, no podíamos dejarte sola, el rey me pidió que me quedara en espíritu para protegerte y aseguramos que estarías bien”
“Fue cuando te vi a ti y a Maxon, en fin, cuando ayudaste a Maxon liberando su alma y esta se convirtió en niebla y se dirigió a ti, me sorprendió mucho, pude ver que en la niebla iban las llamas rojas y estas rodearon tu cuerpo y se extinguieron”
“Como fue eso posible, no vi absolutamente nada” dije seriamente.
“Maxon te transfirió su poder de fuego para protegerte” dijo Silvana.
“Incluso en su lecho de muerte, siguió pensando en protegerme siempre fue muy protector” dije con una sonrisa en mis labios, que ni siquiera me di cuenta de que estaba ahí.
Silvana se acercó a mí y me abrazo, acariciando mi cabeza en su pecho.
“Él te amo mucho Alania y no sabes cuánto le dolió dejarte, pero se fue tranquilo pensando que te dejo protegida y que tú le prometiste seguir adelante”
“Y debes cumplir esa promesa, además no es solo eso”
“¿Que pasa?”
“Tuve una visión y te vi en tu antigua manada entrenando para una batalla, tienes que estar en el lugar correcto y querida niña este ya no es tu hogar, tienes que regresar con los tuyos, nosotros siempre estaremos para ti cuando nos necesites, pero debes regresar”
“No estoy segura de querer hacerlo, no estoy lista todavía” dije seriamente.
“Muy pronto lo estarás, así que debes estar preparada”
Silvana me dejo pensando, será que es cierto y debo regresar, pero no quiero alejarme de todo lo que me recuerda a él, si me voy tengo miedo de que lo olvidare.
“Alania tu hermano está aquí” dijo el rey mientras se acercaba hacia mí.
“No quiero verlo” le dije sin mirarlo.
“El jardín esta hermoso, parece como si Maxon aun estuviera aquí” dijo sonriéndome.
“Aun esta, lo siento en cada parte de mi a mi alrededor en todo lo que veo, el sigue aquí” le dije sonriéndole.
“Y el siempre estará aquí con nosotros, pero estoy seguro de que no le gustaría que no hablaras con tu hermano, tú sabes cómo pensaba él y no hubiera aprobado lo que estás haciendo, solo te pido que hables con el y que escuches lo que tiene que decirte, hazlo por mí”
“Como negarme cuando es usted, está bien puede decirle que pase lo veré aquí en el jardín”
“Ya lo he hecho, te conozco como la palma de mi mano” dijo el rey.
“Eso es alevosía y ventaja, no me lo esperaba del rey”
“Es algo de lo mucho que mi hijo me enseño”
“Su alteza” dijo Iván mientras le daba la mano al rey para saludarlo con respeto.
“Me alegra conocerte, así que tú eres el hermano mayor de nuestra princesa, me alegra que estés aquí, los dejo solos estas en tu casa “dijo el rey mientras se retiraba.
Me levante y mire a Iván dio unos pasos y nos abrazamos, mientras acariciaba mi cabello me dijo,
“No sabes cuánto espere este momento, el saber que estabas a salvo y bien, debiste avisarnos que estabas con Elena” dijo Iván.
“Lo siento, pero si lo hacía estaría poniéndolos en peligro y no quería hacer eso, además estaba bien” dije mientras agachaba la mirada.
“Lo siento, Elena me conto todo, no puedo ni imaginarme lo que has pasado”
“No ha sido fácil”
“No soy la misma Alania, que dejo la manada hace un año, Elena te conto sobre mama” le dije mirándole.
“Si, no puedo creer que tuvieras el gen de bruja todo este tiempo y no nos diéramos cuenta, eso explica tus habilidades y que seas tan diferente a un hombre lobo” dijo Iván.
“Yo tampoco me di cuenta hasta que…” respire profundo.
“Hasta que Maxon me ayudo a desbloquear mis poderes” dije sonriendo.
“Alania tienes que regresar, Hansen aun te está esperando” dijo mi hermano.
“Hansen, jamás dije que regresaría y no pienso hacerlo”
“Por favor solo piénsalo, no saber lo que él ha sufrido por ti”
Miré a Iván confundida.
“¿Sufriendo?” dije.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar