Por siempre tuya -
Capítulo 22
Capítulo 22:
“Espera tengo 5 minutos disponibles, dime te escucho”
“5 minutos, ¿Estas bromeando verdad?” le dije.
No podía creerlo.
No era mejor que mi estúpido hermano y yo que vine con mi corazón en la mano para dárselo en charola de plata, que idiota.
“Aly”
“Olvidalo no es nada importante” dije y me fui enojada ignorándole.
Que estaba pensando, soy una estúpida tratando de confesarle que lo amo y el dándome 5 minutos, como si pudiera en ese tiempo pudiera explicarle todo.
Decidí regresar a la casa y me encontré en el camino a Sebastián.
“Hola Aly, te pasa algo”
“No, todo está excelente mejor que nunca” le dije sonriendo de manera sarcástica.
“Auch eso me dolió” dijo colocando su mano sobre su corazón.
“Perdóname Sebastián no debí hablarte de esa manera”
“Está bien no te preocupes, ¿Te pasa algo, puedo ayudarte?” me dijo sonriendo.
“La verdad necesito confesarle esto a alguien, sino me voy a volver loca pero no puedes contárselo a nadie Sebastián, prométemelo” le dije esperando su respuesta.
“Claro lo que sea por ti Aly” dijo preocupado.
“Hansenesmimate haaaaaaaa eso se sintió magnífico” dije sonriéndole.
“Gracias, Sebastián”.
“¿Qué?”
“Nada” dije inmediatamente.
“Hansen es tu mate, ¿Cómo lo descubriste?, bueno todos sabemos cómo darnos cuenta, pero ¿Por qué no se lo has dicho a Hansen?” dijo Sebastián confundido.
“Vaya eso explica todo, los arranques que tiene y sus celos por ti, debiste decírmelo antes, me hubiera ahorrado todas esas peleas con él, sabiendo que no tengo ninguna oportunidad de tenerte”
“Él no lo sabe” le dije tratando no sonreír.
“Como que no lo sabe, no es algo que puedes ocultar por arte de magia” dijo Sebastián.
“En realidad si” le dije mientras le enseñaba mi brazalete.
“¿Qué es eso?”
“¿Aly que hiciste?”
“El día que regresé me encontré con Hansen en el lago, el no logro verme, pero mi loba lo sintió y fue cuando supe que él era mi mate, estaba asustada y en ese entonces no quería estar sometida a nada ni nadie”
“Entonces hable con una amiga que es bruja y me dio este brazalete que camuflaje para mi aroma, pero no es permanente, el efecto se terminara cuando me enamore de mi mate”
“Aly, cuando Hansen se entere no quiero estar en tus zapatos” dijo dando dos pasos hacia tras y llevando su mano para acariciar su cabello.
“Crees que no lo sé, cometí un error debí decírselo desde un principio, pero estaba asustada, quería que el me amara por mí, no por esta estúpida unión que creo la diosa de la luna”
“Y ahora no sé qué hacer Sebastián, hace unos momentos estaba por confesárselo, pero dándome cuenta ahora, tengo miedo de perderlo al decirle la verdad, tienes razón me va a odiar y me va a rechazar” dije admitiendo con temor en mis palabras.
“No pienses así Aly, estoy seguro de que él va a entender, fuera de que es tu mate, él está enamorado de ti y eso se ve, solo debes decírselo antes de que él lo descubra”
“Gracias por escucharme Sebastián, eres un gran amigo” le dije abrazándole.
El día de la reunión llego y todos estaban nerviosos pero listos, Lexie se arregló en mi cuarto conmigo, me ayudo a elegir un vestido rojo largo que acentuaba mi figura, con mis rizos sueltos y un poco de maquillaje natural, no me gustaba usar demasiado.
Cuando estuvimos listas, ambas descendimos por la escalera, Iván estaba esperando a Lexie y por su mirada pude ver lo enamorado que esta de ella.
“Wow babe estas hermosa” dijo Iván mientras extendía su mano para ayudarla a descender.
“Tú no te ves nada mal amor mío” le contesto Lexie con una enorme sonrisa.
“Pero más hermosa te veraz, cuando más tarde retire ese vestido y te haga mía toda la noche” dijo Iván en el oído de Lexie, pero siendo lobos hasta el más pequeño susurro era detectable entre nosotros.
“Ewwwwww no necesitaba saber eso, consíganse un cuarto” dije frente a ellos.
“Precisamente eso hare más tarde Alania, no tienes que decírmelo”
“Adiós tortolos” les dije mientras caminaba rumbo al salón principal, cuando llegue quede impresionada al ver los arreglos, los candiles de cristal en lo alto del salón, las mesas con manteles color plata, rojo y negro, los colores de nuestra manada.
No pude evitar cuando mi boca hizo una ‘O’ al mirar a Hansen caminar hacia mí se veía guapísimo, con su cabello negro oscuro a los hombros y sus ojos grises que me cautivaron en todo momento.
Estaba vestido en un traje negro y se veía guapísimo no pude dejar de verlo.
“Eres una visión para mis ojos, estas verdaderamente hermosa esta noche Alania” dijo Hansen mientras tomaba mi mano y la besaba.
Mi cuerpo vibro al sentir su aliento y sus labios tocar mi piel.
“Tú no te ves nada mal Alfa” le dije sonriéndole.
“Me agrada que te guste lo que ves, como siempre” me sonroje al recordar la última vez que escuche esas palabras de su boca y él se dio cuenta.
Luego se acercó a mí y me dijo suavemente al oído:
“Yo también lo recuerdo”
Lo miré a los ojos y no pude evitar mi sonrisa tímida al saber que el recordaba esos momentos de intimidad entre nosotros.
“Me concedes este baile” dijo inclinándose en reverencia ante mí.
Esta por aceptar cuando su padre se acercó a él y lo tomo del brazo.
“Hansen, tienes que conocer a Alfa Isaac acaba de llegar, es importante” dijo su padre
“Lo siento pequeña” dijo Tío Dante mirándole en forma de súplica, por tener que llevarse a Hansen de mi lado.
“Está bien tío, entiendo es la idea de esta reunión, vayan” les dije sonriendo.
“Te prometo que no tardo hermosa” dijo Hansen y vi cómo se alejaba entre la multitud.
Me quede sola mirando hacia mi alrededor, cuando vi a Sebastián.
“Hey me sorprende que Don Alfa te haya dejado sola en ese vestido, wow Aly te ves espectacular” dijo Mirándome.
“Gracias que caballeroso como siempre” le dije sonriendo.
“Vamos a bailar es un desperdicio escuchar esta música y no bailar, anda vamos”
Acepte su invitación y nos dirigimos a la pista de baile.
Estaba impaciente por alejarme de estos alfas, lo que menos quería es estar alejado de mi hermosa Aly, mientras platicábamos sobre algunas estrategias sobre los lobos exiliados, perdí de vista a Aly por un segundo.
Mi lobo Marcel no estaba contento y quería que la encontráramos, yo estaba más que de acuerdo en eso.
“Discúlpenme tengo otro asunto que atender, espero se sigan divirtiendo, Alfa Isaac, Padre” les dije y me aleje de ellos, buscando a mi amada en el salón.
Pero la encontré en brazos de Sebastián, estaban bailando, pero a Marcel y a mí no nos gustó la manera en que sus manos la tocaban, a la que es mi mujer y la que elegí como mi mate.
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