Por qué no me amas -
Capítulo 38
Capítulo 38:
Por un momento, Wendy sintió que esa mujer era muy similar a Estela Song, pues ambas tenían la misma terquedad y arrogancia naturales. La idea de que la mujer hubiera regresado del pasado cruzo por su mente, pero esto la asustó y rápidamente negó con la cabeza. ¿Cómo podría ser eso posible? ¡Estela llevaba uno o dos años desaparecida!
En completo estado de shock, se quedó congelada hasta que la voz cansada del hombre sonó a sus espaldas, arrastrándola de regreso a la realidad.
«Wendy, creo que será mejor que cancelemos nuestro compromiso».
“¿Qué dices? ¿Sabes lo que estás diciendo?”.
“Si, lo sé muy bien”.
Al ver la mirada decidida en su rostro, la mujer de repente entro en pánico sin razón.
¡No! ¡No! ¡No estoy de acuerdo! No quiero cancelarlo. Esteban, no puedes hacerme esto. Me propusiste matrimonio en el hospital… yo no hice nada malo ¡No puedes romper el compromiso solo porque te arrepientes!».
Sus lágrimas rodaron como perlas mientras se aferraba al hombre, decidida a no dejarlo ir.
Esteban cerró los ojos, profundamente irritado, diciendo: «No te sigas rebajando».
«¿Por qué? ¿Por qué quieres cancelar el compromiso? ¿Qué hice mal? ¡Fuiste tú quien me engaño!”.
“¡Wendy Bai!”. Grito él y sus ojos adquirieron tono brillante por la ira. Luego, continuo con una voz profunda: “¿No quiere cancelar el compromiso? Bien, entonces págame el riñón que me debes”.
Estas palabras hicieron que el rostro de la mujer se pusiera pálido en un instante y abriera los ojos como platos por la sorpresa. ¿Cuándo se enteró de todo?
La reacción de Wendy no lo sorprendió en absoluto y, sintiéndose agotado, continuó: «Debes saber que lo que más odio en esta vida son la traición y el engaño. Sera mejor que aceptes cancela el compromiso. Compre la empresa de tu padre la semana pasada, así que, si sabes lo que le conviene a tu familia, más te vale cooperar”.
Al escuchar esta amenaza, el rostro de la mujer se oscureció y el odio apareció lentamente n sus ojos. Sabía que era inútil seguir rogándole, pero también necesitaba descargar su ira. De pronto, el rostro de Linda apareció en su mente.
“La razón por la que dejaste que esa mujer se quedara contigo en por Estela Song ¿No es asi?”.
Al ver el cambio de expresión en su rostro, Wendy se rio y dijo: «¿Por qué no lo entiendes? ¡Estela ya está muerta! ¡Está muerta! ¿Si sabes lo que es eso? Sin importar lo mucho que se parezcan, esa mujer no es más que una sustituta ¡Nunca será Estela Song!”.
“¡Callate!”.
Esteban sintió un agudo dolor en el pecho, como una espada atravesándolo. Las palabras de Wendy fueron la gota que derramó el vaso.
Durante este período de indulgencia con Linda, él sabía mejor que nadie que ella solo le gustaba porque se parecía a Estela, y que no era más que un sustituto para consolarlo.
«¡Fuera! ¡Sal de aquí ahora mismo! ¡No te quiero ver!”.
Al ver los ojos del hombre, ella tembló de miedo y salió corriendo de la casa llorando.
Esa noche, Esteban se emborracho de nuevo y al dormir soñó con la mujer que habitaba sus recuerdos. Ella se mantenía erguida y, a pesar de su corta estatura, era fuerte como una madre.
A su lado había una niña que le sujetaba la mano. De pronto, él las vio caminar y alejarse cada vez mas hasta que desaparecieron al final del camino, pero no pudo hacer nada al respecto.
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