Por qué no me amas
Capítulo 33

Capítulo 33:

Estela seguía desnuda mientras él observaba su vientre pálido y plano.

Era muy suave, sin evidencia de ninguna cicatriz. Esto comprobaba que efectivamente no se trataba de Estela. Con los ojos llenos de decepción, él frunció el ceño preso de una frustración indescriptible. Después de un rato, se había vestido por completo.

“Linda”.

«¿Dime?».

Esteban recuperó su calma habitual, pero había una pequeña diferencia en la forma en que la miraba. Solo dijo: «Sé que quieres mostrar toda tu fuerza en Trophy».

Sonriendo con encanto, ella se mordió el labio para responder: “No entiendo que quieres decir”.

“Eres una mujer inteligente. Deberías entender”.

Sin explicar nada, fijó la mirada en la mujer frente a él y, en el momento en que sus ojos se cruzaron, los sentimientos no expresados los invadieron.

En los días siguientes, resultó que Esteban tenía razón.

Mirando a la mujer que se retorcía sobre sus piernas, sus ojos se volvieron más oscuros. Ella abrazó su cuello para comenzar a besarlo. A esto le siguió un apasionado acto se%ual.

Cada vez que volvía a verse con Linda, ella lo provocaba y lo seducía.

Sorprendentemente, él no solía rechazarla e incluso disfrutaba de este tipo de juegos.

Cada vez que tenían se%o, ella inevitablemente traía algunas peticiones. El empresario nunca leyó el contenido de los documentos; apena ella los sacaba, él firmaba todo.

Día tras día, su complicada y sutil relación se fue volviendo cada vez mas confusa. Debido a la posición de Esteban en el Grupo Gu, la gente de la empresa jamás se atrevería a hablar sobre esto. Sin embargo, para Linda era distingo en Trophy, pues los rumores comenzaron a esparcirse.

Al parecer, todo el mundo sabía que ella y el CEO del Grupo Gu se habían convertido en amigos con beneficios. Cada vez que Estela escuchaba hablar de estos rumores, solo respondía con una sonrisa.

Para ella, fue mucho más allá de sus expectativas que pudiera desarrollar una relación tan íntima con Esteban en tan poco tiempo. No le importaba lo que los demás pudieran pensar de ella; estaba decidida a cumplir con su cometido y nadie podía detenerla.

“Señor Gu, ¿No iremos al hotel hoy?».

Después de subir al auto del hombre, Estela le lanzo un guiño encantador antes de abrocharse el cinturón de seguridad.

Esteban piso el acelerado y dijo con una expresión complicada en el rostro: “Te llevare a un lugar especial”.

Ella se encogió de hombros con indiferencia; no le imputaba el lugar cuando se trataba de se%o.

Media hora más tarde, cuando el auto se detuvo en la puerta de una villa, de repente no quiso bajarse. Al ver la casa familiar frente a ella, todo tipo de sentimientos la invadieron. Congelada, pasó mucho tiempo sin moverse.

«¿Por qué no te bajas?».

El hombre de repente se inclinó y se acercó mucho a su rostro. Cuando le desabrochó el cinturón de seguridad, ella incluso pudo escuchar su respiración con claridad.

«Por supuesto, ya voy. Solo te estoy esperando, ve tú primero». Ella le sonrió con sus ojos encantadores, tan apasionados como de costumbre.

La expresión de Esteban se volvió más complicada y, apartando la mirada de su rostro, caminó hacia la villa. Una vez que llegó a la puerta, abrió para entrar, seguido por la mujer. Habían pasado varios años desde que vino la última vez.

Todo parecía igual que antes, pero el amor y el odio del pasado parecían haberse desvanecido.

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