Por qué no me amas
Capítulo 27

Capítulo 27:

«Limpia allí cuanto antes «. El hombre estaba tan concentrado en teclear que ni siquiera alzó la cabeza cuando lanzó esa orden. Se veía más indiferente que antes y su calma hizo que el asistente frunciera el ceño. Entre más normal se veía, peor solía ser la situación.

«Además, pienso concentrarme enteramente en la empresa durante el próximo año. Infórmale a Wendy Bai sobre esto, no tienes que darle muchas explicaciones a la familia».

“Entendido, señor».

«Puedes irte ahora».

Más tarde, el asistente comprendió gradualmente lo que significaba la tranquilidad de su jefe; era una especie de desesperación, como un lago estancado sin olas. Aun cuando quisiera rendirse, ya estaba descalificado desde el principio. En los años siguientes, no tuvo más remedio que dejarse hundir por el amor y la desesperación, resignándose a que jamás seria libre.

Medio año después. En Australia.

En el hospital, la luz roja del quirófano finalmente se puso verde. Minutos más tarde, un doctor se quitó la máscara y salió, diciendo alegremente: «¡La operación ha sido todo un éxito!».

El anuncio hizo que las lágrimas corrieran por las mejillas de Estela. La operación de Daisy se había llevado a cabo con éxito gracias a la sangre del cordón umbilical de su hermano menor.

Cuando pensó que su hija por fin se había salvado, se dio cuenta de que todos los dolores que había sufrido en el último año habían valido la pena.

Junto al mar, la mujer quemaba un poco de incienso, dejando que su largo cabello ondeara con la brisa.

«Papá, Daisy está bien».

Hoy era el aniversario de la muerte de su padre, pero ella no pues pudo ir a visitar su tumba, pues tenía que vivir escondida en países extranjeros y manteniendo un bajo perfil.

Sin embargo, a partir de hoy ya no tenía por qué mantenerse en la oscuridad.

“Es hora de volver en busca de venganza. Papá, estoy segura de que tu me ayudaras ¿No es cierto?”.

Sobre la roca junto al mar.

La mujer llevaba un vestido de gasa morado y su delicado maquillaje resaltaba sus hermosos rasgos faciales. El viento hacia volar su falda, haciéndola lucir como un espíritu en medio de la noche oscura.

En el momento en que la puerta de sus recuerdos se abrió, las escenas que habían quedado grabadas en la profundidad de su alma comenzaron a resurgir en su mente.

Era una chica inocente y despreocupada cuya feliz y hermosa vida amorosa hacía que hacía que la gente la envidiara… él la hizo sentir divinamente plena, pero de pronto, decidió arrojarla brutalmente al infierno. Su corazón fue destrozado una y otra vez, antes de ser pisoteado hasta convertirse en cenizas. Hasta el día de hoy recordaba claramente el rostro helado y despiadado de Esteban Gu.

Estela apretó los puños con fuerza, clavándose las uñas profundamente en la piel. El odio y el arrepentimiento en su corazón comenzaron a ahogarla gradualmente.

«Esteban Gu, mi padre le hizo daño a tu madre. Luego tú lo mataste, así que los resentimientos de la última generación son muy claros».

De pronto, sus ojos se entrecerraron de una forma bella, pero peligrosa y sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa cruel.

“Ha llegado el momento”.

Por la noche, en el apartamento.

Estela sacó una botella llena de un líquido que era lo último en biotecnología, el cual le había pedido Migue que comprara en el mercado negro.

Luego, abrió su ropa y miró las dos cicatrices en su abdomen.

Esteban, tú causaste esto. Es hora de devolverte la misma tortura, poco a poco…

Entonces, procedió a untarse sobre su vientre plano, el líquido que eliminaba cicatrices.

Después de unas horas, las cicatrices se desvanecieron por completo y su piel quedó tan suave como la de un bebé.

Sonriendo con satisfacción, la mujer terminó de deshacerse de cualquier marca que tuviera su cuerpo. Ya había muerto una vez, por lo que ahora no le tenía miedo a nada.

¡Esta vez, había llegado su hora de cobrar todo lo que le habían hecho, con todo e intereses!

Medio año después.

«¡Rápido! ¡La licitación está a punto de comenzar! ¿Está listo el material?».

Frente a la sala de conferencias, todo el personal de la empresa lucía nervioso, como si estuvieran preparados para una gran batalla.

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