Por qué no me amas
Capítulo 21

Capítulo 21:

Un pánico inexplicable comenzó a apoderarse de su corazón. Por alguna extraña razón, Esteban comenzó a presentir que esto todavía no se terminaba. Ante ese presentimiento, decidió inhalar profundamente y marcar el número de su asistente para ordenarle: «¡Reserva un vuelo a Vancouver de inmediato!».

Vancouver, una semana más tarde.

Miguel Xiao había estado ocupado con su trabaja desde que regresó de Australia. Ahora que Esteban Gu por fin había dejado de seguirlo, no tenía que ir tan seguido a ver a Brian.

Un día, llegó a casa y estacionó su auto, pero tan pronto como salió del estacionamiento, se topó con un hombre dirigiéndose hacia él.

Al ver que se trataba de Esteban Gu, le preguntó sorprendido: “¿Qué estás haciendo aquí?».

El rostro del empresario lucia tan frio como el hielo y su voz fue baja cuando respondió: «¿Por qué no fuiste hoy a ver a tu querida hija?».

«Iré por la tarde. ¿Qué sucede?».

Fingiendo mantener la calma, Miguel solo quería deshacerse de él cuanto antes ¡Era evidente que Esteban estaba a punto de perder la calma, pues las venas en su frente y en su mano saltaron en un instante!

«Miguel Xiao, tu hija tiene leucemia y se queda en casa todos los días, así que me gustaría saber qué tipo de tratamiento está recibiendo».

Sus palabras estaban cargadas con un montón de emociones complicadas y ocultas, las cuales hicieron que Miguel se detuviera en seco y comenzara a fruncir el ceño confundido. Era obvio que Esteban había encontrado algo.

“¿Qué pasa? ¿No me puedes responder?». El empresario se dio la vuelta y lo miró con sospecha: «¿Acaso tienes un hospital en casa? ¿O tu hija se ha curado milagrosamente?».

Uno de sus hombres había estado siguiendo a Miguel durante toda la semana, y ni una sola vez había ido a verla.

La única explicación posible era…

¡Que esa niña no era su hija!

¡Todo lo que había sucedido en su visita anterior había sido un truco para engañarlo!

La impaciencia se reflejó en el rostro de Miguel y, frunciendo el ceño, le preguntó: “¿Por qué tendría que rendirte cuentas sobre lo que hago o dejo de hacer? No sabia que fuera tan importante para ti como para que me mandes a vigilar todo el tiempo”.

“¿No me vas a responder? ¿Entonces lo admites?”.

«No tengo tiempo parra esto. Tengo cosas que hacer, Señor Gu. Nos vemos».

Con esto, Miguel estaba a punto de irse, pero Esteban lo detuvo con una mirada asesina que estalló en una fracción de segundo. Acto seguido, el empresario estiró la mano para sujetar violentamente el cuello de Miguel y, con la otra mano, le dio puñetazo en la cara antes de que pudiera reaccionar.

El golpe envió al hombre directamente al suelo con un ruido.

Sin embargo, Esteban no estaba satisfecho y, agachándose sobre él, lo jaló para darle otro golpe usando todas sus fuerzas.

¡Miguel estaba escupiendo sangre!

«¡Será mejor que me aclares dónde está esa niña que recogiste de la cárcel hace dos años! De lo contrario, ¡Te mataré a golpes ahora mismo!».

Miguel parecía estar sufriendo un gran dolor a medida que intentaba incorporarse en el piso. Después de unos minutos, el hombre finalmente recuperó algo de fuerza y logró limpiarse la sangre de la boca para decir: «¡Sí! ¡Tienes razón! Cuidé a la niña durante dos años y, una vez que Estela salió de la cárcel, se la devolví».

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