Por qué no me amas
Capítulo 16

Capítulo 16:

«Señor Gu, lo que dije es verdad. Si no me cree, es bienvenido a quedarse en la ciudad por un tiempo y ver si ella aparece por aquí… bueno, se está haciendo tarde y tengo que ir a recoger a mi hija a la casa de su niñera».

Mientras hablaba, el hombre enfatizó deliberadamente la palabra ‘hija’ y, al ver la reacción de Esteban, sintió la emoción de haber logrado su venganza.

«¡Miguel Xiao!». La voz de Esteban fue tan ronca como la de un demonio. «Juro que te mataré si averiguo que me estás mintiendo”.

En respuesta, Miguel se encogió de hombros con indiferencia y se fue.

Ante esto, Esteban se apoyó contra la pared y encendió un cigarro con fastidio. Pronto, el humo blanco lo rodeó y la ceniza cayó repetidamente al suelo.

Entonces, marcó el número de su asistente y le ordenó: «Quiero que envíes a alguien a seguir a Miguel Xiao de inmediato. Quiero conocer su ubicación en todo momento”.

En un abrir y cerrar de ojos, ya había pasado medio mes.

Esteban se quedó temporalmente en Vancouver y trabajaba desde allí. Justo en el momento en que había terminado una videoconferencia, su asistente toco a la puerta con algunas cosas en la mano.

«Adelante». El empresario arqueó las cejas con molestia. Recientemente, estaban lidiando con una licitación en el país que había resultado particularmente complicada.

«Señor Gu, creo que le gustaría echarle un vistazo a esto».

El asistente le entregó solemnemente el documento y, al ver la expresión en el rostro de su jefe, agregó.

«Hay tres empresas compitiendo con nosotros por el programa de licitación de tierras otorgado por el gobierno. Esto es muy importante para el programa de complejos turísticos que usted seguramente obtendrá. Ahora nuestra empresa está en problemas, y la junta directiva espera que regrese de inmediato».

Luego de esto, el asistente tragó saliva y continuó: «Por otra parte, hemos estado siguiendo a Miguel Xiao durante medio mes. Además de verse con sus clientes todos los días, suele dirigirse a la casa de su niñera para acompañar a pequeña hija… tal vez sea cierto que la Señorita Song no se encuentra aquí… Jefe Gu, quizás estamos cometiendo un error”.

Esteban cerró el documento; la situación era mucho más grave de lo que había imaginado. Arqueó las cejas con cansancio y pensó durante un rato antes de pedirle: “Reserva un boleto y regresemos esta misma tarde».

¡Estela Song, te juro que, aunque te hayas escondido en el lugar más recóndito de la tierra, moveré hasta la última piedra para encontrarte!

«¡Miguel, ese hombre parece haberse ido!”.

El hombre regresó del exterior a la villa y fue a la sala emocionado para contarle a Miguel toda la historia de la que había sido testigo el día de hoy.

Miguel estaba sentado en el sofá y sonrió al escuchar la noticia. Sus nervios, que habían estado tensos durante medio mes, finalmente se aliviaron.

«Brian, Sandy, gracias por su esfuerzo durante los últimos 15 días”.

El hombre les dio las gracias con sinceridad y acarició suavemente la cabeza de la niña. «Sin la gran ayuda de mi ahijada nunca habríamos engañado a Esteban Gu”.

Durante este medio mes, si no fuera por el hecho de que sus amigos cooperaron a la perfección para que pudiera fingir venir por su hija todos los días, Esteban no lo habría dejado ir tan fácilmente.

«No hay nada que agradecer. ¿Necesitarás más a ruda en el futuro?”.

El hombre entrecerró los ojos y pensó con calma. El hecho de que Esteban lo hubiera encontrado para que lo ayudara con Estela significaba que estaba decidido a encontrarla. ¡En ese momento, su prioridad era saber dónde se encontraba para poder advertirle!

«Brian, Esteban me tiene en la mira ahora, por lo que me será difícil actuar. Quizás podrías usar tus métodos para ayudarme a encontrar a alguien».

“No será nada difícil lograrlo, tengo muchos amigos que trabajan en el gobierno».

Miguel negó con la cabeza y dijo con seriedad: «Esta vez podría ser más difícil que nunca».

«Está bien, solo dime el nombre de la persona que estás buscando».

«Se llama Estela Song».

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