No te pertenece
Capítulo 867

Capítulo 867:

Punto de vista de Helen:

¿Quién tendría las agallas de falsificar documentos gubernamentales sólo para hacerme caer en una trampa?

De repente, me vino a la mente la amenaza de la madre de George.

Me dijo que, si no me divorciaba de George, tendría que pagar el precio.

No creía que fuera lo bastante capaz de conseguirlo.

Pero si de algo estaba segura era de no subestimar la astucia de una mujer enfadada.

Si algo salía mal en el proyecto, no sólo se destruiría mi carrera, sino también la reputación del bufete.

“Me voy a Yeadon Real Estate”

Dije en un tono serio.

Aún tenía un atisbo de esperanza.

También quería ir en persona a la Oficina de Ordenación del Territorio para comprobar qué pasaba.

Sin esperar su respuesta, me dirigí a mi escritorio, agarré la llave del coche y me di la vuelta para marcharme.

Pero justo cuando estaba a punto de salir por la puerta, Anya habló.

“Cuando llegues a Princeton, ya habrá anochecido. No podrás hacer nada”.

Aunque el tono de su voz era frío, podía oír su preocupación.

Al mirarla, sentí que se me llenaban los ojos de lágrimas.

“Señorita Pierce, me haré responsable de esto”

Respondí.

Tenía que ir allí, por muy tarde que fuera.

Después de todo, no sólo era responsable de mí misma, sino también de mis clientes, del bufete, de Anya y Phil.

A pesar de la disuasión de Anya, me fui a Princeton.

De camino, recordé el proyecto una y otra vez.

Cada paso del proceso, desde el principio hasta la revisión final, seguía estrictamente el protocolo.

Era imposible cometer un error tan de novato.

No tenía ni idea de lo que me había perdido.

A mitad de camino, recibí una llamada de George.

“¿Qué quieres para cenar? Estoy en el supermercado”.

Se me llenaron los ojos de lágrimas al oír su suave voz.

Aferré con fuerza el volante y me obligué a calmarme antes de contestar.

“Lo siento, pero esta noche no iré a casa. Anya me ha pedido que me vaya de viaje de negocios. Ya estoy de camino”.

“¿Viaje de negocios? ¿Adónde vas?”

“A la ciudad vecina. Volveré mañana”

ME mordí el labio e intenté, con todas mis fuerzas, controlarme por miedo a que George notara que se me quebraba la voz.

“Ya veo. Bueno, ten cuidado por el camino. Llámame en cuanto llegues”.

“Lo haré”

Cuando terminó la llamada, sentí como si un cuchillo me hubiera atravesado el corazón.

Además, el mundo parecía haberse oscurecido.

Si daba otro paso adelante, vería un abismo sin fin frente a mí.

Justo cuando pensaba que las cosas no podían ir peor, Cece me llamó en cuanto colgué la llamada con George.

“Helen, ¿Ha ido algo mal con el proyecto de Leeson Holdings? He oído que su programa de adquisiciones se ha suspendido y que Devin nos ha pedido que detengamos el anuncio”.

Mi mente se quedó en blanco de repente.

Este proyecto fue el primer proyecto de Cece en Nueva York.

Había invertido todo su dinero en él.

Si el proyecto se suspendía o, peor aún, se cancelaba, se iría a la quiebra.

Pisé el freno y el coche se detuvo en seco.

No podía respirar.

Sentía que me ahogaba, pero no estaba bajo el agua.

También tenía la vista borrosa por las lágrimas.

“Helen, ¿Estás bien?”

Preguntó Cece con preocupación.

No sabía cómo responderle, así que me inventé una mentira.

“De momento todo va bien. También estamos investigando el asunto. No te preocupes. Te informaré en cuanto reciba noticias”.

Todavía no se habían confirmado muchas cosas, así que no podía revelar los detalles del proyecto, sobre todo a Cece.

“Entiendo…”.

Cece soltó un suspiro de alivio y continuó:

“Por cierto, estoy pensando en contratar a una cuidadora para tu madre. He estado muy ocupada estos últimos días y me temo que tendré que seguir trabajando muchas horas. Me preocupa que se quede sola en casa”.

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