No te pertenece
Capítulo 179

Capítulo 179: 

Punto de vista de Scarlett:

Se me pasó la borrachera al instante y lancé una fría mirada al hombre que tenía delante.

Charles se encontró con mi frígida mirada, aparentemente confundido.

«El coche del Señor Moore se ha estropeado cerca», dijo Janet.

«Llévame primero al apartamento», dije. Sinceramente, prefería no hablar con Charles, así que me limité a cerrar los ojos y a echarme una siesta tras dar una orden a mis guardaespaldas.

Había tanto silencio dentro del coche que había olvidado que Charles estaba allí.

Momentos después, sentí que alguien me tomaba de la mano. La mano de Charles estaba más caliente que de costumbre.

«¿Tienes fiebre?» le pregunté, frunciendo el ceño.

Sin embargo, Charles ignoró mi pregunta. Se limitó a fijar sus ojos en mi mano y a acariciar gentilmente mis dedos.

Solo entonces me di cuenta de lo que estaba haciendo en realidad. Quise retirar mi mano e intentar esconderla, pero él ya se había dado cuenta.

«¿Dónde está tu anillo?», preguntó, sonando tranquilo; pero para mí su tono era aterrador.

Instintivamente, me cubrí los dedos, pero accidentalmente agarré su mano en su lugar.

Nos miramos a los ojos al mismo tiempo. Mientras él estaba distraído, retiré rápidamente la mano y me apoyé en la puerta del coche.

«Se me perdió»

«Ya veo. ¿Dónde lo has perdido?» Me di cuenta de que Charles ardía de rabia.

¿Por qué está tan enfadado por el anillo?

¿Acaso es importante ahora que estamos divorciados?

«Si supiera dónde lo perdí, ya habría vuelto a buscarlo», dije con una voz cargada de sarcasmo.

«Encuéntralo», me ordenó.

«Charles, no olvides que fui yo quien compró los anillos. Ahora que estamos divorciados, los anillos han perdido su significado. Tú también deberías devolverme tu anillo», le respondí. La forma en que le daba la cara mostraba lo indiferente que era hacia él.

«¡Para el coche!» En el momento en que Charles expresó eso, el conductor frenó en seco.

Janet y Tracy, que juraron protegerme en todo momento, ni siquiera me dieron un vistazo. Abrieron la puerta y se bajaron del coche, dejándome a mí la tarea de lidiar con la rabia de Charles.

«¡Scarlett, nuestros anillos representan una promesa de por vida! ¿Cómo pudiste perder los tuyos de forma tan descuidada?» Por alguna razón, sus ojos mostraban su vulnerabilidad en la forma en que me estaba mirando ahora.

«¿Una promesa de por vida, dices? Eso es gracioso viniendo de ti. Tú ni siquiera dudaste cuando te quitaste el anillo». No quise mostrarle ni una pizca de piedad, así que lo miré fijamente.

«Eso es porque no confías en mí. Scarlett, escúchame. Hoy no estoy aquí para discutir contigo. Ahora mismo, todos estamos en peligro. Mi único deseo es que tú y James estén sanos y salvos” dijo Charles con una sonrisa amarga.

Fruncí los labios y le di un vistazo en silencio.

«Pase lo que pase, no te metas en los asuntos del Grupo Lively. Quédate lejos de su familia. Ya me estoy ocupando de todo. Solo tienes que confiar en mí».

Dicho esto, Charles me agarró de la muñeca y me atrajo hacia su abrazo. «Scarlett, cueste lo que cueste, encuentra ese anillo y recupéralo. Si no, nunca te perdonaré», susurró. El calor de su aliento filtrándose en mi oído me hizo temblar.

Después de abrir y cerrar la puerta, Charles se fue sin mirar atrás.

La fría ráfaga de viento que entraba en el coche por la ventanilla consiguió calmarme.

Mientras veía a Charles alejarse desde el interior del coche, mi corazón se sentía pesado. Me sentía inquieta y triste por cómo habían acabado las cosas entre nosotros.

Cuando la puerta se abrió de nuevo, Janet entró y explicó: «He llamado a Richard para que recoja al Señor Moore. Te llevaremos a casa».

Cuando llegué a casa, la conversación que había tenido antes con Charles seguía resonando en mi mente.

Si realmente está tratando con el Grupo Lively, entonces eso explicaría las noticias que se propagan por todo Internet, pero incluso si se está enfrentando a ellos de frente, no creo en él.

Los pensamientos y planes de Charles eran tan misteriosos que me sentí muy nerviosa. Después de beber un vaso de agua, golpeé accidentalmente mi teléfono al dejarlo caer.

Me detuve un momento, desbloqueé mi teléfono y encontré su número en mi lista de contactos. Sin embargo, no me atreví a llamarle.

Se negó a hablarme de ello antes, así que, aunque le pregunte ahora, probablemente no me dirá la verdad».

El tiempo pasó rápidamente.

Charles parecía haber desaparecido sin dejar rastro.

Después de la última vez que nos vimos, no volví a verlo. Ni siquiera escuché una sola noticia sobre él.

Una semana después.

«¡Scarlett, mira las noticias que te he enviado!» Me dijo Nina por teléfono.

Acababa de terminar mi ducha cuando me llamó. Mientras me secaba el cabello, hice clic en sus mensajes.

Era una foto. En ella, vi a Charles en medio de la multitud sin siquiera hacer zoom. Su traje negro azabache le hacía dar un aspecto noble y distinguido entre todos los demás.

«Charles fue al extranjero para asistir a la boda de alguna familia noble. ¡Pero ese no es el punto de la historia! Mira el siguiente mensaje». La verdad es que no pude escuchar la voz de Nina tan claramente por el altavoz.

Por un momento, me quedé aturdida, pero pronto recuperé la compostura. La siguiente noticia era una sobre la detención de Nate por sospecha de fraude.

En la foto, se le veía muy desaliñado. Estaba inclinado sobre un coche de policía y su rostro parecía demacrado. Esta angustiosa experiencia le hacía dar la impresión de ser una década más viejo que de costumbre.

«¿Lo hizo Charles?», preguntó Nina.

“No estoy segura», dije. Hice clic en la primera foto que me envió Nina y amplié la imagen de Charles. Cuando sentí una sensación de frío en el hombro, me di cuenta de que aún no había terminado de secarme el cabello. Así que continué limpiando mi cabello con una toalla.

«Supongo que él debe haber hecho esto. De todas maneras, es bueno que ese hombre malvado haya recibido finalmente su karma. ¿Quieres celebrar su arresto?» exclamó Nina con alegría.

«En realidad, tengo una cita con William más tarde. ¿Te gustaría venir conmigo, en cambio?» Le ofrecí.

«¡Eso también suena bien! Nos vemos luego». respondió Nina.

Después de colgar el teléfono, le envié a William un mensaje de texto. [Voy a traer a una amiga más tarde. Es Nina. Ya la conoces].

Poco después, me envió una respuesta. [Estoy más que encantado de tener la compañía de dos hermosas señoritas].

Una vez vestida, me dirigí al restaurante señalado junto con Nina.

Tras entrar en el local de dicho restaurante, el camarero nos condujo a nuestra mesa.

Por el camino, nos topamos con dos conocidos nuestros; Spencer y David.

Sintiéndome nerviosa, miré a mi alrededor, pero no vi a Charles.

Spencer me saludó y sonrió. «¡Scarlett, qué casualidad! ¡Oh! Veo que vienes con, Nina, ¿Les gustaría unirse a nosotros?», sugirió.

«Quizá la próxima vez. En realidad, estoy aquí con Nina para ver a alguien», respondí.

Después, charlé con ellos durante brevemente antes de tomar la mano de Nina y salir, pero justo cuando empezamos a alejarnos, lo que dijo David me detuvo. «Scarlett, Charles estará aquí, pronto. Tomemos una copa juntos», dijo.

Al principio me quedé atónita, pero luego sacudí la cabeza y sonreí. «Disfruten sin mí. No puedo acompañarlos hoy», respondí.

De camino a la mesa que nos habían asignado, Nina no dejaba de mirarme, y yo le devolví la mirada.

«¿Qué pasa?» le pregunté.

«Si realmente ya no te gusta Charles, eres libre de encontrar otro hombre. No te enfades tanto. Ha pasado mucho tiempo desde que te vi sonreír por última vez»

Nina se acercó a mí y me tocó la mejilla.

Fue entonces cuando llego William, con un traje de tirantes y una brillante sonrisa.

Después de saludarnos, nos sentamos todos.

Aparentemente emocionada, Nina susurró: «Oye, ¿Qué te parece William? Es guapo y un caballero. Tú harías una pareja perfecta con él”

Le fulminé con la mirada y respondí: «¡Cállate, Nina! No digas esas cosas».

«William, ¿Estás soltero ahora mismo?» Obviamente, Nina no pareció entender mi indirecta. Miró a William con gran interés.

«¿Es esa tu manera de decir que estás interesada en mí?» Había una sonrisa en el rostro de William mientras cortaba gentilmente su filete.

«¡Claro que no! ¿Por qué piensas eso?» Nina contraatacó.

«Bueno, Scarlett está casada, así que ¿Por qué me haces esa pregunta? ¿Tienes otra amiga soltera?»

«¡No, Scarlett ya está divorciada! ¿No puedo hacer una pregunta en su nombre?» Nina le guiñó un ojo.

Me empezó a doler la cabeza. Llamé a Nina para que dejara de hacer de casamentera.

«Lo siento, William. No nos entretengamos con esas bromas». Dejé escapar un suspiro exasperado, agarrando la muñeca de Nina por debajo de la mesa para que sirviera de advertencia.

Nina se encogió de hombros y se calló.

«Entonces, William, ¿Por qué me invitaste a salir esta noche?» Decidí cambiar de tema.

«Sinceramente, es porque me siento aburrido comiendo solo». William levantó su copa hacia mí.

Me sentí incómoda por eso.

De repente, la puerta se abrió de un empujón y me sorprendió ver un rostro conocido que se dirigía hacia mí.

La persona que irrumpió en la habitación era tan elegante que parecía haber salido directamente de una película. Desde todos los ángulos posibles, parecía impecable.

«¡Oh, mi$rda! ¿Ha oído lo que acabo de decir? ¡Estoy en problemas!» Nina jadeó asombrada. Me agarró la mano, esperando lo mejor.

Charles paseó su mirada por la habitación, todavía con una mirada severa. Finalmente, se acercó a mi mano, colocó una en el borde de la mesa y la otra en el dorso: «Scarlett, hablemos cuando ambos hayamos terminado de cenar». Su aura frígida e intimidante casi me congeló.

Tragué saliva, sintiéndose demasiado nerviosa para encontrarme con su mirada. «Entiendo. Te enviaré un mensaje cuando termine».

¡Maldita sea! ¿Por qué me siento culpable ahora mismo? pregunté para mis adentros.

Charles se inclinó cerca de mi oído. El calor de su aliento me hizo cosquillas. «Bebe un poco más”. Su rostro estaba tan cerca de mí, y en ese momento supe que debía de estar sonrojada. «De todos modos, no molestaré más tu encantadora cena». Dicho esto, Charles siguió su camino.

Mientras lo veía alejarse, mi cabeza explotaba con un sinfín de emociones.

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