No te pertenece
Capítulo 1079

Capítulo 1079:

Punto de vista de Helen:

Desde que empecé a trabajar con ella, la había mantenido alejada de los casos de divorcio porque acababa de terminar sus estudios y no había experimentado el amor.

No quería arruinar su hermosa fantasía de amor.

Había experimentado personalmente cómo los matrimonios acaban fracasando.

Aunque había tenido una vida dulce con George antes de nuestro divorcio, cuanto más lo amaba, más sufría.

Mi divorcio había sido un gran golpe para mí, y aún lo era…

Ya ni siquiera quería creer en el amor, pero para Clare era diferente.

Era una chica sencilla, y aún no necesitaba conocer el lado trágico del matrimonio.

Sin embargo, a Clare eso no le importaba en absoluto.

Sonrió y dijo:

“No soy tan frágil. Ocuparme ahora de los casos de divorcio no es malo para mí. Al menos, puedo saber qué tipo de hombre es más fiable y ser más precavida cuando empiece a salir con alguien. Cuando me convierta en abogada de verdad, me encargaré de todo tipo de casos, me ocuparé de ellos por mi cuenta. Tengo que aprender más de ti ahora que todavía estás ahí para enseñarme”.

Sonreí sin poder evitarlo.

Clare era cada vez más madura y tenía una visión cabal de los problemas.

Tal vez no debería haberla tratado como a una niña pequeña que necesitaba protección.

“Bueno, nuestra litigante ha sido maltratada físicamente por su marido, así que tenemos que comprobar sus lesiones e identificarlas. Puedes ir con ella esta tarde”.

“Entendido”.

A Clare se le iluminaron los ojos en cuanto lo oyó.

Le recordé:

“No te olvides de recordarle que, dada su situación económica actual, si realmente quiere renunciar a los bienes gananciales, puede que le resulte difícil tener ventaja para ganar la lucha por la custodia.”

Clare apretó los dientes y dijo enfadada:

“Nuestra litigante es la víctima. No puede renunciar a los bienes gananciales sólo por la custodia. No puede dejar que esa escoria se lleve dinero. Es mejor que se quede sin un céntimo”.

Me hizo gracia su enfado y tuve que recordarle:

“No puedes decir esas cosas delante de ella. La decisión final la tomará el tribunal, no nosotras. Sólo tenemos que luchar por sus intereses”.

“Lo sé, Helen. No diré tonterías”.

Clare sonrió torpemente y se calló.

En ese momento, mi teléfono sonó de repente.

Era una llamada de George.

Se me hizo un nudo en el corazón al ver su nombre, e inmediatamente corté la llamada.

Me sentía culpable desde que volví de Nueva York.

Sabía que aún no había olvidado a George, pero también sentía lástima por Platt.

Ahora sólo quería cortar todo contacto con George y expulsarlo de mi apacible vida.

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