Monica -
Capítulo 65
Capítulo 65:
POV: Mónica.
Gracias a los cielos Antonio estaba con el porque me estaban buscando y me ayudó a separarlos Alonzo estaba hecho una furia tuve que pararme frente a él para que no se le fuera encima de nuevo a Rodrigo.
“Calma, amor, mírame”, yo estaba llorando por el susto, cuando sus ojos se conectaron con los míos se tranquilizó y me abrazo.
“¿Ves cómo reacciona la bestia esa? No puede aceptar que todas sus mujeres me buscan a mí porque él no sabe complacerlas”, dijo Rodrigo desde el suelo con el labio y la nariz partida, sentí como Alonzo se tensó, tomé su rostro entre mis manos.
“No vale la pena”, le dije.
“Si te le vuelves a acercar o siquiera respirar el aire que ella respira juro que te matare”, le advirtió Alonzo
“Tienen que salir de aquí, la prensa está afuera, yo me encargaré de él”, dijo Antonio
Con Alonzo salimos por la parte trasera del edificio para evitar a los fotógrafos.
POV: Alonzo.
Mónica se veía hermosa como siempre, me siento tan orgulloso de ella, hoy estuvimos hablando con su abuelo, al menos el sigue de mi lado, su papá sigue con un poco de recelo pero poco a poco me lo ganaré de nuevo.
El abuelo nos pidió un bisnieto y yo más que encantado de complacerlo pero Mónica no quiere, tendré que convencerla, de todas maneras siempre estamos practicando hacerlos, se vería aún más hermosa embarazada y yo estaría más que feliz que ella fuese la madre de mis hijos.
Después de dar su discurso ella se disculpa y va a atender una llamada, yo me quedo con su familia y la mía pero por alguna extraña razón me siento ansioso.
Busco a Antonio y le pregunto por Mónica, me dice que no la ha visto desde hace rato que pensó que estaba conmigo y eso me hace sentir aún más ansioso de lo que estaba.
Encuentro a Rodrigo con la mirada por todo el lugar y no lo veo, maldición, con Antonio comenzamos a buscar a Mónica logro encontrarla por qué la escucho gritar en uno de los pasillos alejado.
El idiota de Rodrigo la besa a la fuerza y solo quiero matarlo, ella lo golpea y logra separarse un poco de él pero se atreve a levantarle la mano.
Toda esa escena transcurre en lo que yo corrí hacia ella con Antonio detrás de mí, tomó la mano de Rodrigo y lo aparto de Mónica, la ira se apodera de mí y comienzo a golpearlo, solo me detengo por que
Antonio me separa de él con ayuda de Mónica que se pone enfrente de mí se ve asustada y está llorando, la abrazo y ella esconde su rostro en mi pecho.
Rodrigo al parecer no ha tenido suficiente y comienza a rearme, le quiero cerrar la boca de un puñetazo pero Mónica me lo impide, ella tiene razón el no vale la pena.
Le advierto que si vuelve acercase a ella lo matare, Antonio nos pide que nos vayamos y eso hacemos, sacó a Mónica por la parte trasera del edificio para evitar a los periodistas, cuando el auto se detiene frente a nosotros me detengo y la inspecciono.
“¿Estas bien, no te hizo nada?”, preguntó con evidente preocupación, ella solo me abraza y se pone a llorar, juro que a ese idiota le van a costar caras todas y cada una de las lágrimas que Mónica está derramando en este momento.
“Tranquila amor, ya estás conmigo”.
La ayudo a subir al auto, una vez dentro le pido al chófer nos lleve a casa, la atraigo a mí y ella se sube en mis piernas escondiendo su rostro en mi cuello mientras me abraza con fuerza, se ve tan frágil, no hago más que pegarla más a mí y abrazarla mientras le digo que ya está a salvo.
Al llegar al edificio la cargo en brazos y la llevó hasta mi apartamento, subo a la habitación y la pongo en la cama, quito las lágrimas de su rostro con los pulgares y le doy un pequeño beso
“Prepararé la tina, ¿Quieres?”, no dice nada solo asiente con la cabeza.
Me quito el saco y voy al baño a preparar la tina una vez lista voy por Mónica, la llevo al baño y la ayudo a desvestirse.
Yo también me quito la ropa y ambos nos metemos a la bañera, ella con la espalda apoyada en mi pecho y por fin la escucho hablar cuando toma mi mano e inspecciona mis nudillos que están destrozados por la golpiza que le di a ese infeliz.
“¿Te lastimaste?”.
“No es nada cariño, gracias”.
“No tienes por qué, más bien discúlpame tu por dejarte sola”.
“Nunca pensé que Rodrigo fuese a reaccionar así, parecía una persona racional”.
“Está enojado, por la investigación que tienes contra él”.
“¿Sabías de la investigación?”.
“Se muchas cosas cariño, pero si tu no quieres hablarlo conmigo tus motivos tendrás, pero ten en cuenta que si necesitas ayuda aquí estoy”.
“Pensé que lo podía manejar, soy una tonta”.
Comienza a llorar de nuevo.
“No amor, no eres tonta eso es lo que tiene furioso a Rodrigo, no te preocupes yo te ayudaré a buscar lo que necesitas”, la abrace y la deje llorar hasta que se calmó.
“Te amo”, dijo de la nada lo que me hizo sonreír. Le di un beso en el cuello.
“Yo también te amo y mucho”.
Salimos de la bañera ya un poco más relajados, ella se terminó de quitar los restos de maquillaje se puso una camiseta mía porque según ella tiene pereza de buscar un pijama y nos metimos a la cama acurrucados.
“Alonzo…”.
“¿Mmm?”.
“¿De verdad quieres tener hijos conmigo?”, pregunta.
“Amor, si no hubiese estado asustado de que tu papá y tu abuelo me despellejaran vivo si sabían que había tocado a su princesa cuando éramos adolescentes desde la primera noche te hubiera embarazado, siempre supe que tú eras la indicada para ser la madre de mis hijos, quiero una vida entera a tu lado”, levanto su rostro y me miro con una pequeña sonrisa.
“Si, te hubieran despellejado”.
“Pero hubiese valido la pena”, le di un beso que ella correspondió.
“Así me hubiera evitado esos seis años que sufrí separado de ti”.
“No exageres”.
“No estoy exagerando”, se rio y su risa me lleno el alma.
“Te amo”.
“Yo también te amo, pero antes de tener hijos deberíamos casarnos ¿No crees?”.
“¿Me estas proponiendo matrimonio?”, dije de forma divertida
“No, eso lo tienes que hacer tú”.
“Mi vida te lo he propuesto muchas veces”.
“Si, pero no de la forma correcta”.
“Está bien”, le di un pequeño beso y ella se volvió a acurrucar en mi pecho.
Ella es una consentida y le gusta que las cosas se hagan a su manera pero no voy a negar que me gusta consentirla.
…
A la mañana siguiente me desperté con ella en mis brazos por primera vez no es ella la primera en despertar, le doy un beso en la cabeza y se remueve dormida, alcanzó mi teléfono y veo muchas llamadas perdidas de mis papás, mi suegro y el abuelo de Mónica.
Reviso los mensajes al principio, todos preguntan dónde estamos y después me dicen que Antonio ya les explico la situación que ellos se ocuparán de todo.
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