Monica -
Capítulo 42
Capítulo 42:
POV: Alonzo.
“Cuando llegue a Los Ángeles no te quiero en mi casa ¿Me entendiste?”
Isabel se acercó a mí con los ojos llorosos e intentó tocarme.
“No me pongas una mano encima”
“Alonzo, yo te amo, lo hice por amor, no tengo donde ir, tú eres mi todo, me dediqué enteramente a ti”
“Ya te lo advertí, al llegar a Los Ángeles todo lo que encuentre en mi casa que te pertenece lo quemaré, tienes dos días, en dos días daré la orden de que te impidan entrar y cambiaré las cerraduras, el tiempo corre Isabel, así que mejor ponte en marcha”
“Me las pagarás, tú y esa idiota me las pagarán”
“Sí te acercas a ella te va a ir muy mal, recuerda quien soy y el poder que tengo así que no me tientes”
Salí de esa habitación, no puedo creer que haya sido tan ingenuo, me vio el rostro por dos años, si no hubiese llegado en ese momento seguramente le hubiese creído que había vuelto a quedar embarazada y era mío, me retendría a su lado.
Subí al auto y de manera inconsciente llegué a la hacienda de Mónica, miré la casa, había solucionado lo de mi compromiso con Isabel, pero me sentía terrible,
Me sentí tan idiota ¿Cómo es que no dude de ella?
Bajé del auto y entré en la casa, Mónica y Antonio estaban en la sala riendo de no sé qué. Me vieron con el ceño fruncido cuando entré.
“¿Sucede algo?, ¿Por qué regresaste?”, preguntó Mónica.
“¿Puedes darme un trago?, lo que sea”, le dije.
Hizo una seña a Antonio y este fue por unos vasos y una botella.
“¿Me vas a decir por qué traes esa cara”
“No era mío, no lo perdió por mí, ella lo ab%rtó”
“No entiendo”
“Me engañó, dos años me engaño diciendo que el bebé que perdió era mío y no era así, yo le había creído y uso la culpa que yo sentía para retenerme”
Ella me miró afligida, no estaba feliz, estaba triste.
“Alonzo, yo lo lamento tanto”
“Me siento un estúpido, no sé el mundo en el que vivo, alejé a muchas personas de mí porque intentaron aprovecharse, le di un sermón a Miguel cuando supe que le gustabas porque creí que solo se quería aprovechar de la chica rica y mírame como un idiota dejé que Isabel se aprovechara, yo que me jactaba de conocer las intenciones de las personas jamás vi las de ella, desde la universidad, tú me lo dijiste muchas veces y solo pensé que exagerabas y se aprovechó de mi por dos años”
“Todos hemos creído que las personas son buenas, eso no nos hace idiotas nos hace humanos, queremos creer que nadie se acerca a nosotros con el fin de obtener un beneficio, pero eso rara vez ocurre, te entiendo y entiendo lo que es vivir así, no eres idiota, al menos no te casaste con ella”, dijo con tono irónico la última parte.
“Eso sí hubiese sido catastrófico”
Comencé a beber en compañía de Antonio y Mónica.
POV: Mónica.
Me estaba burlando de Antonio porque Maga lo tiene castigado sin contestarle ni los mensajes ni las llamadas hasta que no se decida.
No ha pasado mucho desde que Alonzo se fue así como me sorprendió verlo entrar con un rostro sombrío y desilusionado.
Le pregunté qué sucedía y a medias me explico que el hijo que Isabel esperaba no era suyo y que no lo perdió por la discusión, ella lo ab%rto a propósito.
Me partió el corazón que una pequeña criatura pagará por los caprichos de esa mujer, de verdad no entiendo como alguien puede ser así de cruel y atentar con la vida de un ser indefenso.
Alonzo me pidió algo para tomar.
Antonio y yo le hicimos compañía, pero él estaba bebiendo como si el whisky fuese agua, después de un rato estaba muy borracho, con ayuda de Antonio, lo llevamos a una habitación.
Lo colocó en la cama.
“Déjalo, yo me hago cargo desde aquí ve a descansar”
“¿Estás segura de que puedes?, el tipo es enorme”
“Tranquilo, solo le quitaré los zapatos y lo dejaré dormir”
“Está bien, estaré al otro lado del pasillo si me necesitas, mocosa”
“Buenas noches”
Cuando Antonio salió comencé a quitarle los zapatos a Alonzo, lo arropé con una sábana, pero cuando lo iba a dejar solo me jalo de la muñeca y me acerco a él abrazándome.
“¿Sabes? Me gusta beber porque cuando lo hago tú siempre estás conmigo, te extraño mucho mi amor”, dijo arrastrando las palabras.
“No sé con quien hablas, pero deberías soltarme”
“No, no te vayas, quiero estar contigo, sentirte y hacerte mía”
“Alonzo, estás muy tomado”
“No, no lo estoy o tal vez sí, pero así puedo ver a Mónica, mi amor”
Sonrió de manera tonta.
“De acuerdo, deberías dormir”
“No, si me duermo te iras”
“No iré a ningún lado”
“Está bien”
En lugar de soltarme me abrazo más, iba a esperar que se durmiera del todo para soltarme de su agarre, pero yo también estaba cansada y algo tomada así que me quedé dormida sin darme cuenta. A la mañana siguiente intenté levantarme, pero unos brazos alrededor de mi cintura me lo impidieron, recordé que me quedé dormida con Alonzo.
“Despierta”
“Un rato más, me gusta dormir contigo a mi lado, auch, me duele la cabeza”
“Sería extraño que no te duela si te tomaste casi todo el whisky de la casa”
“Deja de regañarme”
Me pegó más a su cuerpo y besó mi cuello.
“No tienes una idea de cuanto te extrañé”
“Oye deja de hacer eso, primero tienes que aclarar todas tus ideas”
Abrió sus ojos y me miró con el ceño fruncido.
“Yo tengo claras mis ideas, te amo y quiero estar contigo”
“Ayer estabas muy mal por lo que hizo Isabel no creo que no te haya importado en absoluto”
“Bueno, a fin de cuentas, me mintió dos años, obvio me sentí traicionado, pero no porque sintiera algo por ella, si no porque de verdad me ilusioné con ese niño en su tiempo”
“No lo sé, creo que te han pasado muchas cosas en solo unas pocas horas, lo mejor es que te des un tiempo”
“Yo no quiero tiempo, te quiero a ti”
“Cuando lo dices así, suena a que soy un capricho tuyo”
“Sabes que no es así”
Parece un gato olfateando mi cuello y dejando pequeños besos.
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