Monica -
Capítulo 30
Capítulo 30:
POV: Mónica.
Entramos a la casa, la mamá de Alonzo había preparado un almuerzo de bienvenida para su hijo, aunque solo eran él, su esposo, ella, Isabel y yo.
Mi relación con los papás de Alonzo es maravillosa y pude notar que eso incomodaba un poco a Isabel, ella es una chica alta, tez blanca, cabello castaño claro, de ojos café, es muy guapa.
Terminamos de comer y fuimos a la sala, estuvimos hablando un poco, yo estaba sentada a lado de Alonzo él tenía su mano en mi cintura y de repente Isabel se paró.
“Sí me disculpan, me retiro a descansar, estoy un poco cansada imagino que Alonzo está igual” dijo con una pequeña sonrisa.
“Oh, claro querida”, respondió la mamá de Alonzo.
“Tú también ve a descansar hijo, tu papá y yo tenemos trabajo”
Todos se levantaron, los papás de Alonzo se retiraron y quedamos nosotros tres en la sala, Isabela no dejaba de verme.
“Mónica, ¿Tienes algo que hacer hoy?
“¿Por qué la pregunta Isabel?”
“Curiosidad, ya que nosotros vamos a descansar”
Me está echando de la casa de mi novio, no lo puedo creer y él no dice nada, la miro molesta.
“Sí, lo mejor es que los deje descansar, tomé mis cosas”
“Isabel ve a descansar, descuida”, dijo Alonzo con un tono amable mientras tomaba mi brazo, ella me miró furiosa y se retiró.
“¿Qué pasa?, desde que llegué te noto molesta”, dijo mientras me miraba a los ojos.
“No es nada, tú descansa”
Ladeo la cabeza con una pequeña sonrisa.
“No quiero descansar, quiero estar contigo cada minuto, te extraño todos los días, voy a aprovechar estos días a tu lado”
Me tomó de la cintura y me besó, me levantó del piso y yo volví a mi pose de Koala, subimos juntos a su habitación sin dejar de reírnos y besarnos, la ropa fue estorbando y una cosa llevo a la otra.
Por la noche bajamos e Isabel estaba sentada en la sala, nosotros con radiantes sonrisas.
“Voy a salir con Mónica”, le dijo Alonzo.
“Perfecto ¿A dónde vamos?”, respondió Isabel.
Noté como Alonzo se puso tenso, pero no se atrevió a decirle que no estaba invitada.
Y así terminamos en una fiesta los tres, ella no se despegaba de mi novio con la excusa de que no conocía a nadie.
Al salir de la fiesta Isabel estaba muy tomada, Alonzo tuvo que ayudarla a caminar, pero mientras íbamos al auto de repente ella se le fue encima y lo besó frente a mí.
Me quedé dura en mi lugar cuando vi esa escena, Alonzo la apartó y no se veía molesto.
“Vaya que si estás ebria”, dijo en tono divertido y yo no lo podía creer.
Gire sobre mis tacones en busca del auto de Joseph sé que siempre está cerca, aunque no lo vea.
Mientras iba hecha una furia buscando el auto de mi guardaespaldas sentí que me tomaban del brazo.
“Amor ¿A dónde vas?”
“A casa”
“Yo te voy a llevar”
“No, gracias, voy a ir con Joseph”
Y como si lo invocara, apareció en mi campo visual.
“Oye, ¿Estás molesta?”
Lo mire a los ojos.
“Sí, estoy molesta, esa chica te beso frente a mí y no hiciste nada, te pareció gracioso”
“Isabel suele hacer eso cuando está ebria, no le des importancia”
“Lo ha hecho antes, increíble”
Me solté con brusquedad de su agarre.
“Mónica, no hagas una escena aquí por favor”, dijo en tono severo.
“Tú eres el que está haciendo escenas, no quiero estar cerca de ti en este momento, quiero irme a casa”
Suavizó su tono y me miró con preocupación.
“Amor, por favor, déjame llevarte a casa, hablemos sobre esto, te aseguro que entre Isabela y yo no pasa nada, solo somos amigos, yo no tengo ojos para nadie más que para ti”
“Ahora no Alonzo”
Joseph se acercó.
“Niña, ¿Necesita algo?”, preguntó mi guardaespaldas.
“Sí, llévame a casa”
“Como usted diga”
Me fui con Joseph dejando a Alonzo ahí parado viendo como nos alejábamos, sé que debo hablar con él, pero en este momento estoy tan molesta que diré cosas que no siento.
Crecí siendo una persona insegura, Nicol y Ester siempre recalcan qué no estoy a la altura de Alonzo, qué no soy lo suficientemente bonita y aunque a su lado me siento segura, él se ha encargado de hacerme sentir así.
Muy dentro de mí, siguen los comentarios de mi madrastra y su hija.
Sé que Isabel es una mujer muy guapa, de la edad de Alonzo, a su lado soy una niña no puedo evitar compararnos.
Subí al auto y todo el camino a casa no dije nada, solo me dediqué a mirar por la ventana.
Al llegar le agradecí a Joseph y subí directo a mi habitación, una vez sola mis lágrimas comenzaron a salir solas, sentía una presión en mi pecho y lloré como una niña pequeña.
No sé a qué hora me quedé dormida.
Desperté, fui al baño y tenía el rostro hinchado por haber llorado toda la noche, tomé una ducha, me puse ropa cómoda y bajé a desayunar.
Matilde ya estaba cocinando para la cena de esta noche, había planeado solo estar un rato en la cena de mi familia y después ir a casa de Alonzo, pero ya no tengo ganas de hacer eso último.
“Mi niña, ¿Tienes hambre?”, preguntó mi nana.
“Sí, nana”
“Ya te sirvo tu desayuno”
De repente papá entra a la cocina con una gran sonrisa.
“¿Puedes preparar el mío también, Matilde?”
“Claro señor”
“Cariño, sé que quieres pasar la mayor parte del tiempo posible con Alonzo ahora que está en la ciudad por eso se me ocurrió la idea de invitarlo a él y su familia a nuestra cena de acción de gracias”
Lo miré con sorpresa.
“Papá…”
“Lo sé, te sorprendí, pero no puedo dejar de pasar esta fecha contigo y sé que eres testaruda, por lo que es mejor traerlo aquí con su familia a que tú te vayas, ellos igualmente son como de la familia, cuando tu mamá estaba aquí pasábamos esta fecha los cuatro juntos no será extraño”, dijo con una sonrisa.
Suspiré, y sonreí lo mejor que pude, no quiero ver a Alonzo y no quiero a Isabel en mi casa, pero no le voy a pedir a papá que retire la invitación, eso sería descortés.
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