Monica -
Capítulo 26
Capítulo 26:
POV: Mónica.
En el resto de nuestra estadía en Sicilia, Martha fue muy fría en comparación a otras ocasiones y Mario ni nos dirigió la palabra si no era necesario eso fue lo único malo.
Estuvimos un mes con el abuelo, la parte buena es que él y Alonzo se llevan muy bien y eso me alegra.
Llego el momento de volver a Los Ángeles, pero el verano aún sigue.
Tomamos el vuelo de regreso, este último mes hemos estado juntos todos los días, incluso él se quedaba a dormir en mi habitación o yo en la de él, va a ser extraño no tenerlo ahí las veinticuatro horas del día.
El avión privado aterrizó en la pista privada, había dos autos esperando por nosotros, fue un vuelo largo, entiendo que él debe descansar, pero no me quiero despedir tan pronto.
Bajamos del avión y una vez nuestras maletas estaban en nuestros respectivos autos lo miré con tristeza.
“¿Qué sucede?”
“Ya me acostumbre a verte todos los días”
“Nos vamos a ver todos los días hasta que me vaya a la universidad amor”
Eso me puso aún más triste y me abrazó.
“No quiero dormir sola”
Eso lo hizo reírse.
“Amor, yo quisiera dormir contigo lo que me resta de vida, pero en este momento te aseguro que si dormimos juntos tu papá nos dejará sin hijos, mírame”
Tomó mi rostro entre sus enormes manos para que lo viera.
“Mañana nos vamos a ver, lo prometo”
Me dio un largo beso. Junto su frente con la mía aun con los ojos cerrados.
“Te amo”
“Yo también te amo”, contesté con una sonrisa.
Me llevó a mi auto y me volvió a dar otro beso antes de cerrar la puerta, después de un largo recorrido llegue a casa, lamentablemente quien me recibió fueron mi madrastra y su hija.
“Debiste quedarte todas las vacaciones, lo estábamos pasando mejor sin ti”, dijo Ester.
“Tuvimos que acortar nuestro crucero por tu culpa, papá insistió en que debíamos estar aquí por ti”
“Pudiste quedarte allá Ester, créeme prefiero estar sola qué contigo”
“Óyeme niña malcriada, no le respondas así a mi hija”, dijo Nicol.
“Dile a tu hija que cuide sus palabras también”
“Eres una insolente, cada vez que vienes de donde ese viejo regresas más mal educada”
“Sí, lo que digas Nicol”
Subí a mi habitación, no quería lidiar con ellas, a los minutos alguien tocó mi puerta y mi nana asomo la cabeza.
“Mi niña”
Se acercó para abrazarme.
“Me hiciste tanta falta, ¿Qué tal estuvo tu viaje?”
“Creo que solo te hice falta a ti nana, estuvo bien, te traje algo”
“No debiste molestarte, a tu papá también le hiciste falta”
Saqué los regalos para mi nana y se los entregué, hablamos sobre el viaje, sobre Alonzo, lo sucedido con Mario y Martha, con mi nana puedo hablar de todo.
Después me dejó sola para que me diera una ducha, pero antes de entrar tenía un mensaje de mi guapo novio.
[Ya te extraño]
[Yo también]
Conteste.
Me bañe, me puse ropa cómoda y me dormí, el cambio de horario me tenía agotada, me desperté cuando alguien acarició mi mejilla, abrí los ojos y era papá.
“Princesa, ¿Cómo estuvo tu viaje?”
“Muy bien papá”, dije con una sonrisa.
“Siempre te extraño cuando vas con tu abuelo, me alegra tenerte de vuelta”
Me abrazó y yo me fundí en su abrazo.
“Vamos a cenar, sé que estás cansada, pero debes comer”
Bajamos juntos al comedor, ahí estaban Nicol y Ester, la primera no dudo en hacer su acto frente a papá
“Mónica cariño, espero hayas descansado, mande a hacer tu plato preferido para la cena”
“Gracias”, contesté de forma cortante.
“Hija, si no te gusta puedo mandar a hacer otra cosa, tú sabes que yo solo me preocupo por ti, tu papá, Ester y yo te extrañamos mucho, solo queremos consentirte”
“Sí hermana”, la siguió Ester.
“Así está bien gracias”, dije seria.
Papá me miró extrañado, pero no dijo nada.
Cenamos y fingimos ser la familia perfecta como de costumbre, este teatro frente a papá está empezando a fastidiarme.
Así que conteste de forma cortante a las preguntas de Ester y Nicol, papá lo noto y varias veces me reprendió con la mirada, pero no me disculpe.
Al terminar la cena volví a mi habitación y de repente sonó mi teléfono, era Alonzo.
“Hola, ¿Cómo estás? ¿Descansaste?”, dijo del otro lado de la línea.
“Sí, dormí todo el día ¿Y tú?”
“Yo también, el problema es que ya no tengo sueño”
“Yo tampoco”
“¿Quieres que vayamos por un helado?
“¿A esta hora?”
“Sí, todavía hay lugares abiertos, ¿Qué dices?”
“Está bien”
“Paso por ti en media hora”
Me puse unos jeans y un suéter de capucha, además de unos tenis y cola alta, baje las escaleras y Nicol estaba en la sala de estar.
“¿Vas a algún lado?”, preguntó alzando una ceja.
“Sí”
“¿A esta hora?”
“Sí”
“Mira muchachita, ya me está cansando tu actitud, estas no son horas de salir para una muchacha decente, pero claro tu no lo eres, voy a tener que hablar con tu papá”
“Haz lo que te plazca Nicol”
Cayó la notificación con el mensaje de Alonzo qué estaba afuera.
“Volveré más tarde”
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar