Monica
Capítulo 12

Capítulo 12:

POV: Mónica.

Voy a la habitación donde se está quedando Alonzo, toco la puerta y no tarda en abrir.

“La cena está lista”

“Puedo acostumbrarme a esto”, dice mientras me sonríe.

“¿A qué?”

“A que vengas a avisarme que la cena está lista”

“Ester también te puede avisar, hace rato la vi salir de tu habitación, ¿Se divirtieron?”

“¿Estás celosa?”, dijo y su sonrisa era aún más grande.

“No, solo no hagas cosas indebidas con Ester, apenas tiene 14 años, físicamente ya parece una mujer, pero tienes 18, puedes ir preso”

“jamás, no tengo ojos para Ester, digamos que desde hace días toda mi atención está en una chica que parece no notarlo”

Se acercó a mí y me tomó del mentón, nuestras miradas se encontraron, de verdad es atractivo, pero no pienso caer en su juego.

Si lo que papá y su mamá dicen es cierto, no le va a estar fácil, primero tiene que demostrarme que no solo está jugando como con las demás.

“La cena está servida”

Me di media vuelta y caminé por el pasillo, a los pocos segundos él venía detrás de mí. Ester al parecer seguía de muy mal humor a tal grado que se disculpó y no cenó con nosotros. Papá se preocupó, pero la dejo descansar.

Papá subió a su habitación.

“¿A dónde vas?”, me preguntó Alonzo al verme salir de la casa en dirección al jardín.

“Aún es temprano, voy a despejar un poco mi mente”

“Puedo acompañarte”

Me encogí de hombros, la verdad es que me gusta estar sola, pero tampoco me disgusta su compañía, además puedo darme una idea de cómo es él realmente.

Salimos al jardín, y nos sentamos en una banca, me quede viendo el cielo, a mamá le encantaba ver la luna y las estrellas, siempre salía a contemplarlas, más cuando estaba aquí. El cielo se ve muy estrellado.

“Es la primera vez que me siento a hacer esto”, dijo Alonzo mirando al cielo, lo que me hizo verlo a él.

“¿Hablas en serio?”

El me miró y nuestros ojos se conectaron.

“Sí, la vista es hermosa”, dijo viéndome a los ojos, lo que hizo que mi corazón se acelerará.

Se acercó a mí muy lento y acarició mi rostro con el pulgar lo que me hizo cerrar los ojos por su suave tacto.

Me dio un beso suave y delicado.

Al principio pensé en apartarlo, pero pensé en las palabras de papá, que debía darle una oportunidad a ver qué pasaba.

Correspondí a su beso, nos separamos para tomar aire y el me miró sonriendo y pegando su frente con la mía.

“No sé qué estoy haciendo”, dije mirándolo a los ojos. Mi cerebro me gritaba aléjate de él, solo está jugando, pero mi cuerpo hacía lo contrario.

“Yo tampoco”, dijo él con la sonrisa en su rostro.

“No seas mentiroso”, le dije apartándolo un poco.

“No estoy mintiendo Mónica, es la primera vez que una chica me interesa para algo más que no sea físico”

“Tienes que demostrarlo, puede que solo sea un capricho tuyo y no estoy dispuesta a ser tu juguete”

“No eres un capricho créeme, y no quiero jugar contigo, de verdad, desde el primer día de clases no he podido sacarte de mi cabeza y me enfurece verte con otros chicos, no sé qué me pasa, nunca me había sentido así por una chica, me gustas”

Sus ojos parecían estarme diciendo la verdad, pero no quiero confiarme.

“Tienes que demostrarlo, tú mejor que nadie conoces la reputación que tienes”

“Lo sé, me la gane a pulso, voy a lograr que te guste también, ya verás”, dijo convencido con una gran sonrisa.

“Como sea, vamos que está empezando a hacer frío”

Cuando íbamos de regreso a la casa, de la nada tomó mi mano y lo mire sorprendida.

“¿Qué haces?”, le pregunté, solo se encogió de hombros y siguió caminando.

Al entrar, Ester venía bajando las escaleras y, al vernos tomados de la mano, su semblante se tornó más seria y oscura.

“¿De dónde vienen?”, preguntó en un tono un poco brusco.

“Del jardín”, contestó con frialdad Alonzo.

Pasamos a lado de ella y hasta estar frente a mí habitación, Alonzo no soltó mi mano.

“Buenas noches”

Me dio un beso en la frente que hizo que me sonrojara y él sonrió.

“Buenas noches”, dije un poco apenada por su acción y entré rápido a mi habitación.

Diablos, siento que el corazón se me quiere salir, espero de verdad no esté jugando conmigo. A la mañana siguiente volvimos a ir, Alonzo, papá y yo, a las bodegas.

Hoy regresamos a Los Ángeles, no vengo todos los fines de semana, pero me gusta estar aquí. Lamentablemente tengo responsabilidades como estudiante, quiero ser la mejor de mi clase, entrar a una buena universidad y encargarme de la empresa familiar.

También me gusta divertirme con mis amigos y ya estoy en edad de ir de fiesta con ellos por lo que reservo algunos fines de semana para ellos.

Anoche lo estuve pensando a fondo, y sí pienso darle una oportunidad a Alonzo, pero tiene que ganarse mi confianza, él no es de fiar.

Hoy me saludó muy alegre por la mañana y antes de que papá bajara me dio un pequeño beso en los labios mientras estábamos en la bodega. No se separó de mí y me sonreía dulcemente, no se parece en nada al Alonzo que suelo ver en la escuela.

Regresamos a Los Ángeles, cuando el helicóptero aterrizó, Alonzo se apresuró a bajar para ayudarme a mí a bajar. Desde ayer, Ester está con el rostro de amargada solo bajó del helicóptero y se fue directo a la casa.

“¿Qué vas a hacer hoy?”, pregunto Alonzo mientras íbamos a la casa.

“Tareas, aún tengo un par sin terminar”

Hizo un pequeño puchero que me pareció tierno.

“Cierto, olvidé que tengo un proyecto que entregar mañana”

“¿Tenías un proyecto y aun así fuiste a la hacienda?”

“Es la primera vez que me olvido de ella, hay una chica en mi mente que hace que me olvide de todo”

“Me estás culpando a mí, entonces”

“No, solo digo que no sales de mi mente”

“Ve a casa a terminar tu tarea”, dije con una sonrisa.

Ambos sonreímos y lo acompañé a la salida. Antes de bajar los pocos escalones de la entrada volteo y me dio un pequeño beso que me hizo sonreír.

“Te veo mañana en la escuela”

“Está bien, adiós”

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