Mi asistente, mi misteriosa esposa -
Capítulo 403
Capítulo 403:
Ruby, dispuesta a empezar a comer, se detuvo ante las palabras de Bryan. Vio la sinceridad en su expresión y supo que no podría relajarse hasta que no se tratara el tema.
Dejando la cuchara, habló: «Bueno, necesito saber algo. ¿Puedes asegurarme que los problemas del pasado no se repetirán?».
A Eileen le sorprendió la franqueza de Ruby y se volvió hacia Bryan, curiosa por ver qué respondía.
«Puedo garantizarlo, no sólo con palabras, sino con hechos», declaró Bryan. Acto seguido, se puso en pie, colocó con cuidado a Gabriela en su cochecito y sacó unos documentos que Josué había preparado pero que no podía entregar personalmente. Dada la gravedad del asunto, le preocupaba que las cosas pudieran empeorar con la presencia de Josué.
«Estos documentos son las notificaciones de transferencia de acciones del Grupo EB, junto con todas las propiedades registradas a mi nombre. Se los he cedido a Eileen incondicionalmente», le explicó mientras le ponía los papeles delante. «Todo es legítimo. Una vez que los firmes y estén notariados, entrarán en vigor inmediatamente. A partir de ese momento, no seré dueño de nada; todo será tuyo».
Atónita por el alcance de los preparativos de Bryan, Eileen no pudo ocultar su asombro. ¿Incluso sus acciones en EB Group?
«No, no…» Ruby intervino, claramente sorprendida. «Eso no es lo que estaba pidiendo. No pretendía que lo cedieras todo a Eileen».
Bryan retomó su asiento con calma y volvió a alzar a Gabriela en sus brazos con delicadeza. «Hice esto voluntariamente como un compromiso con los dos. Es mi manera de demostrarles a las dos lo serio que soy».
Su seriedad era evidente, y estaba claro que lo había pensado detenidamente, preparándolo todo con antelación.
Eileen miró a Ruby, que desvió la mirada, sintiendo de repente que tal vez se había excedido. «No debería haber sacado el tema. Es tu decisión», murmuró Ruby, sintiendo una punzada de culpabilidad por haber arrinconado a Bryan.
«Lo discutiremos más tarde». Eileen empujó suavemente los documentos hacia Bryan, sugiriendo: «Comamos primero».
Bryan, sin embargo, estaba decidido, deslizando los papeles de nuevo a ella. «No puede esperar. He dejado clara mi decisión y necesito que la aceptes ahora».
Sus ojos se clavaron en Eileen, su expresión inflexible, instándola a firmar allí mismo.
Eileen, sintiéndose abrumada, respondió: «¿Por qué iba a transferirme las acciones del Grupo EB? Gestionar la empresa sin acciones te complicará las cosas en el futuro». No tener acciones seguramente le pondría en desventaja con los accionistas.
Bryan respondió con calma: «Me recuperaré de mis lesiones durante unos meses, y el Grupo EB no puede interrumpir sus operaciones así como así. Con las acciones en tus manos, es perfecto que supervises las cosas».
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