Mamá psicóloga
Capítulo 90

Capítulo 90:

POV Beatriz

Limpio mis ojos con el dorso de mi mano.

“Dije tantas mentiras que cuando traté de desmentir al padre de mi bebé nadie me creyó”.

“No creo que eso sea la misma situación”, responde él.

“Además, ese hombre que te mintió es el verdadero culpable y tus padres no debieron dejarte sola”.

“Es muy fácil decirlo, pero quizás sí que tuve la culpa por mentir y dejar que ese hombre me engatusara”

“Eso no es verdad”, responde él.

“Créeme, esto es la vida y a pesar de todo tus padres debían apoyarte, así que no te sientas culpable, ¿Vale?”

Me siento tan agradecida con escucharlo decir eso que mi corazón se desboca.

Mis ojos dejan caer las lágrimas.

El cuchillo se mueve y un g$mido escape de mí cuando corto uno de mis dedos.

Bajo la vista sintiéndome como una tonta.

Pero ni siquiera tengo tiempo de mirar realmente mi herida porque Lucas corre llevando mis manos bajo el agua del grifo.

“¿Estás bien?”

“¡No!”

Lloro agotada.

“Me siento sola, me siento culpable de todo esto y estoy tan aterrada de no ser lo suficientemente buena para cuidar a mi bebé después de todo esto”.

“No tienes que sentirte así”, dice él envolviendo mi mano en un paño de cocina.

“Eres una chica capaz de todo y si aceptas mi propuesta te prometo que te ayudaré hasta que estés lista para seguir tu camino por ti misma”.

Pienso en sus palabras.

Lo miro una vez más y puedo ver la sinceridad en sus ojos, soy llevada hasta la habitación, veo al chico entrar al baño para regresar después de unos minutos con un botiquín de primeros auxilios que ni siquiera sabía que estaba en casa.

El doctor me hace sentarme en la cama, desenvuelve mi mano que ahora está sangrando menos.

Lo veo rebuscar algo de ungüento en la herida.

Hago una mueca cuando ese producto escuece ligeramente y no puedo evitar sentirme aún más agradecida de él.

“Debes tener mucho cuidado a la hora de cortar las verduras”, me dice.

“Llorar durante el embarazo es bastante común, pero debes tener mucho más cuidado”, me mira.

“Incluso podría suceder algo peor si el cuchillo cayera al suelo así que por favor prométame que tendrá más cuidado”.

“Lo prometo”.

Susurro viéndolo colocar la curita alrededor de mi dedo, organiza las cosas una vez más en el botiquín y me guiña un ojo ligeramente antes de ponerse en pie para regresar el botiquín a su lugar.

Miro la curita en mis dedos.

Siento la tristeza una vez más consumir mi cuerpo y cuando mi doctor sale del baño me pongo en pie.

“Vamos a terminar la cena”, me dice.

“Comamos y hablemos un poco más, mañana tendrás tu primera ecografía, así que vas a poder ver a tu bebé”.

“¿De verdad?”

Mis lágrimas salen una vez más, mi voz se rompe ante las emociones y este hombre encantador da un pequeño apretón a mi hombro reconfortándome con sus próximas palabras.

“Por supuesto que sí, también podremos escuchar el latido del corazón, ya que estamos justo en las semanas para ello”.

“Gracias doctor, de verdad que es un ángel, usted es…”

“Le dije que no me diera las gracias, vamos a cenar”.

Esta vez no digo nada.

Me dejo llevar fuera de la habitación, como él dijo, terminamos de hacer la cena y comemos en silencio antes de despedirlo.

Él trata de convencerme de que le ayude, pero le pido hasta mañana para darle una respuesta.

Una vez estoy sola, camino hasta el sofá y me dejo caer en este con cuidado antes de tomar el teléfono inalámbrico para marchar el número de mis padres.

Espero en silencio a que alguien conteste y siento mi corazón alegrarse al escuchar la voz de mi madre.

“¿Buenas noches quién habla?”

“Mamá…”

Dudo unos segundos.

“Yo quería… quería saber…”

“¡Dije que no llamaras a esta casa!”, me grita.

“Dije que no quería saber nada de ti, ¿Acaso no entendiste?”.

“Mamá quería pedirte una vez más que me escucharas, que me creas que yo realmente pensé que me casaría con…”

“Cierra la boca, no puedo escuchar a una mentirosa, pecadora que ha manchado el honor de nuestra familia y que nos ha puesto en pena ante cielos por loca”.

“¡Mamá, por favor yo…!”

“No soy tu madre ya, no llames más, mi hija murió y tú no eres más que una pecadora, pero trataré de rezar por ti para que no vayas al infierno junto a ese pobre niño que vas a traer al mundo siendo fruto del pecado”

La llamada es finalizada.

Mi respiración está entrecortada y siento que la tristeza va a acabar conmigo.

Camino rápidamente hasta el bolso donde dejé el número del doctor.

Marco con dedos temblorosos el número, pero ni siquiera tengo que esperar mucho antes de que conteste.

“¿Estás bien?, ¿Sucedió algo?”

“Haré lo que me propuso”, le digo.

“Me haré pasar por su novia”.

POV Lucas

Miro a mi asistente escribir demasiado fuerte sobre la hoja de registros los datos para el sistema de chequeo de Beatriz.

Trato de ignorar el hecho de que parece haberse dado cuenta de que la chica y yo estamos teniendo una relación inusual, pero prefiero ignorarlo.

“¿No cree que está tomándose demasiadas molestias con esa chica?”, niega.

“Ni siquiera la conoce y pagará un tratamiento VIP”

“La chica está sola, Claudia”, le digo.

“¿Que tiene de malo ayudarla?”.

“Que puede ayudarla, pero no gastándose tanto dinero”.

“¿Es tuyo el dinero?”, le cuestiono a ella con voz molesta.

“Solo… creo que las cosas están saliéndose de control”

La miro.

“No olvides que la relación que tenemos es simplemente profesional, no juzgues mis decisiones como si fueras algún tipo de pareja”.

La chica deja de escribir.

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