Mamá psicóloga -
Capítulo 45
Capítulo 45:
POV Jeremías
Me inclino un poco más cerca y ese dulce aroma que desprende me está volviendo completamente loco.
Trago la sequedad en mi garganta.
Tomo la mano de mi esposa para llevarla a mis labios y beso cada uno de sus dedos antes de rodear su cintura con mi mano e inclinarla directamente a centímetros de mis labios.
“Jeremías esto es…”
Ella resopla.
“No creo que sea buena idea complicar las cosas involucrándonos de ese modo, esto es solo un contrato y…”
“No veo porque tendría que complicar las cosas”, respondo.
“¿Sientes o amor por mí?”
“No, yo no creo que…”
“Somos adultos”, respondo.
“Y sé que me deseas”.
Deslizo mi dedo pulgar por sus labios.
“Yo por algún motivo te deseo, te deseo tanto como no lo he hecho en mucho tiempo por ninguna mujer, así que, ¿Por qué no intentarlo?”
“No sé si sea buena idea, mi vida es bastante complicada, pero…”
“No quiero hacerte la vida complicada, no te propongo algo a largo plazo y en el preciso instante en que decidas o decidamos terminarlo, lo haremos”.
“Lo sé si…”
Me inclino ante ella para besarla en los labios, mi esposa se tensa durante unos minutos, pero luego permite a mi lengua acariciar la suya.
Mi deseo se eleva una vez más.
El agarre en la cintura de mi mujer se hace instintivamente más fuerte y ella se pega un poco más a mi cuerpo.
Un pequeño g$mido escapa de sus labios.
Me deleito con ese sonido y solo me detengo cuando ella me empuja lejos para respirar.
Nuestras miradas se cruzan.
Puedo ver el deseo, la necesidad y mucha incertidumbre en sus ojos.
Ella abanica su rostro nerviosamente, peina su cabello hacia atrás antes de ponerse en pie con rapidez para luego hablar con voz temblorosa.
“Iré a ver a los niños”, musita evitando mirarme.
“Y quizás piense en tu propuesta”, suspira.
“Sobre el colegio deberíamos comenzar mañana”.
Mi esposa no me permite decir o hacer nada más.
Ella escapa de mi oficina después de sus palabras y me permito quedarme un poco más pensando en lo que realmente deseo.
En lo que mi madre dijo y el comportamiento de mi tío. me apoye
POV Lizbeth
“¿Qué te parece este lugar?”
Miro a mi esposo desde el otro lado de la mesa donde estamos, e intento no sentirme extrañamente emocionada, me digo a mí misma que estamos tratando de ayudar a los niños más que nada.
“Estuvo bien”, comenta mirando su móvil.
“Creo que podemos concertar una cita con la directora”, suspiro mirándolo teclear rápidamente en su móvil.
Trato de quedarme en silencio, pero no puedo evitar sentirme mal con el hecho de que está aquí aun cuando tiene trabajo que hacer.
“De verdad no tenías que venir, incluso si dices que estás ocupado”, suspiro.
“Puedo notar que lo haces”.
Aparto mi plato de ensalada antes de mirar el reloj.
Aún faltan diez minutos para que termine mi turno de almuerzo, pero me niego a seguir robándole su tiempo.
Mi marido me observa ponerme en pie.
Peino mi cabello hacia atrás mirando un segundo hacia la ventana de cristal desde la que puedo ver el hospital.
“La semana que viene tenemos la consulta con mi antiguo profesor”, le informo.
“Me haré cargo desde aquí, así que puedes ocuparte de tu trabajo”
“Aún hay tiempo, podemos hablar un poco más sobre lo nuestro, no necesitas irte”.
“Estás ocupado y me dijiste que me darías tiempo”, sonrío ligeramente nerviosa.
“Pensé que esto de conseguir colegio sería más fácil, pero resulta que encontramos un buen lugar en el primer intento.
Me suelto de su mano.
“Ahora regresa a tu trabajo yo haré lo mismo”.
“¿Cenamos esta noche?”; dice él empujándome una vez más contra su cuerpo.
“Con los niños, quiero decir”.
Mi corazón se acelera.
Mi respiración se acelera y cuando Jeremías besa rápidamente mis labios, el pánico de que alguien pueda verme me hace querer alejarme mucho más
Mi marido sonríe ligeramente.
Me aferro al asa de mi bolsa.
“Me parece bien, cenar esta noche”, suspiro.
“Llamaré al ama de llaves, nos vemos en la noche”.
Él sigue mirándome.
Muerdo mi labio, sintiendo que necesito hacer algo más que despedirme e ignoro las palabras que siguen diciéndome en mi mente, que no me meta en más problemas y beso rápidamente la comisura de los labios de mi esposo.
Salgo del restaurante sin que él pueda decirme una palabra, la sonrisa en mis labios se hace más ancha a medida que bajo las escaleras y supongo que estoy pensando seriamente en su propuesta.
Mi mente sigue luchando contra el hecho de lo complicado que puede ser esto silo llevamos a algo mucho más íntimo y el hecho de que realmente podría ser una buena experiencia.
Estoy casada con él, por un tiempo indefinido en el que definitivamente no voy a dormir con nadie.
Además, después de lo que pasó con David, lo último que voy a hacer es comenzar alguna relación emocional con alguien, pero el se%o…
¡Puede que sea buena idea!
Ahora las cosas están calmadas, pero apenas comience mi preparación para la graduación y el examen final podría necesitar tener a alguien conmigo, para relajarme o al menos sentirme acompañada.
Llego a mi oficina junto al molesto doctor Luis y este me da una mirada de completo disgusto, mira su reloj tratando de encontrar algo con lo que regañarme, pero no lo consigue porque he vuelto cuatro minutos antes.
Me acerco a mi escritorio para tomar los documentos que ayer.
Él me ordenó fotocopiar y los dejo sobre su mesa.
“Aquí está lo que…”
Mi móvil suena.
Esto son los…”
Chasqueo la lengua tomando el móvil.
Ignoro el molesto reclamo de mi tutor cuando noto el número de mi madre en la pantalla del móvil.
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