Mamá psicóloga -
Capítulo 134
Capítulo 134:
POV Lucas
“Beth es mi mujer, esos bebés son mis hijos desde que eso sucedió y puedo hablar con mamá más adelante”
Estaba molesto.
¿Por qué mi madre no podía entenderme?
¿Por qué tenía que actuar así?
A veces…
Me resulta molesta.
“Lucas, me mentiste sobre tener una relación, hiciste que Beatriz me mintiera también y que ustedes dos terminaran enamorados, no quita que están mintiendo sobre sus bebés, por favor dile a nuestra familia la verdad para que podamos disfrutar de nuestra verdadera vida”
POV Beatriz
Me despierto aún mareada.
Mis piernas duelen ligeramente, pero es un dolor soportable.
Paso una mano por mis ojos para intentar calmar el mareo, pero no soy capaz de hacerlo.
Miro alrededor de la elegante habitación donde me encuentro.
Mis ojos se encuentran entonces con la silueta de alguien en un sofá.
Me incorporo ligeramente en la cama y puedo ver con más claridad a la que ahora reconozco como mi cuñada.
La chica en el sofá se pone en pie, lleva la misma ropa de la noche anterior, pero su rostro está cansado.
Ella mira en mi dirección antes de ponerse en pie de un salto.
“Oh cariño, estás despierta”
Lucía corre hasta mí.
“Estábamos tan preocupados, pero Luc dijo que era normal que durmieras”
Su voz es apresurada.
“Quieres que traiga a los bebés, están hermosos, son un amor de niños”.
“¿Puedo verlos?”
“¡Oh, por supuesto que puedes”
Lucia sonríe.
“De hecho, la enfermera dijo que debería despertarte en un rato para que les dieras de comer por primera vez”
Mi corazón se vuelve loco ante esas palabras.
Todo parece mucho más tangible ahora, pero me extraña que Lucas no esté aquí.
Mi cuñada suspira antes de cruzarse de brazos y hablar como si pudiese leer mi mente.
“No te preocupes por Lucas, está haciendo papeleo, ya sabes análisis y cosas de los bebés, mi cuñada señala la puerta.
“Ahora voy a ir a buscar a la enfermera para que traiga a los niños aquí, ¿Vale?”
Asiento sintiendo que hay algo mal aquí.
Algo que no me están diciendo y me preocupa.
No puedo ir a ningún lugar, así que solo me quedo en la habitación hasta que unos diez minutos después mi cuñada regresa acompañada de una enfermera que lleva con ella a dos pequeños bultitos envueltos en mantas de color naranja.
“Hola, mamá”, sonríe la amable mujer dejando a uno de los bebés en mis brazos.
“Estos bebés están estupendos, pesaron ocho onzas el pequeñín”
Mi cuñada deja a la otra bebé también en mis brazos.
“Oh, la bebé pesaba cinco onzas, pero todo está bien es un buen peso”
La mujer se cruza de brazos.
“Debería darle la clase estándar para mamás primerizas, pero usted es la esposa del doctor así que debe saber mucho de esto”
Mira a mi cuñada.
“Su madre dijo que quería hablar con usted”.
“Oh, iré en unos minutos”, murmura, incómoda.
La doctora se despide y Lucía se deja caer a mi lado, toma a uno de los bebés en sus brazos para ayudarme a acomodarme sobre la cama.
La bebé en mis brazos comienza a llorar, paso mis manos por su pequeña carita enrojecida. Miro a mi cuñada cuando el otro bebé comienza a llorar.
“Creo que debes empezar a darles de comer”, sonríe ella.
“¿Sabes como hacerlo verdad?”
Asiento.
He leído los libros, así que maniobro rápidamente con la bata de hospital y coloco al primer bebé sobre mi pecho.
Al principio el pequeño no sabe exactamente qué hacer, pero siento el suave mordisco de mi bebé antes de que la succión comience.
Paso una mano por la cabecita de mi bebé.
Las lágrimas caen una y otra vez ante este íntimo momento.
Mi cuñada sonríe mientras aúpa a mi pequeño bebé, la puerta de la habitación se abre.
Lucas aparece entonces arrastrando una camita para bebés y su rostro me sonríe cuando ve a la pequeña bebé alimentándose en mi pecho.
“Veo que no tienes muchos problemas con eso”.
Deja la cuna junto a mi cama.
“¿Cómo te sientes?”
Besa ligeramente mi frente.
“¿Tienes algún dolor?”
Niego notando que mi bebé deja de comer.
Él baja sus ojos hasta él y después de pedirme silenciosamente con la mirada mi aprobación toma al bebé en brazos.
Lucía se acerca para darme al otro bebé, hago el mismo procedimiento que con la bebé orgullosa de verla alimentarse.
“¿Has pensado en un nombre?”, comenta Lucas sentándose a mi lado.
“Tenemos tiempo, pero podemos ir pensando en…”
“Lucas, voy a hablar con mamá”
La voz de mi cuñada hace que mi esposo frunza el ceño un instante.
“Estaré fuera, pero creo que deberías hablar con ella también”.
“Sí, iré en unos minutos”.
Él trata de sonreír, pero me doy cuenta de que algo está pasando.
Pretendo no hacerlo y cuando al fin termino de alimentar a los niños.
Lucas se excusa para salir de la habitación.
Muerdo mi labio inferior dudando, pero después de mirar a mis bebés dormidos hago todo lo que puedo para ir silenciosamente fuera de la habitación.
El dolor entre mis piernas es molesto, pero consigo llegar hacia la sala de estera más allá del bloque de habitaciones donde me encuentro.
Me detengo junto al final del pasillo cuando veo a mis suegros y a Lucas, el rostro de mi cuñada es de completo disgusto mientras la voz de mi suegra se eleva en el solitario salón.
“¿Me mentiste?”, comenta.
“¿Todo este tiempo me mentiste?”, trago grueso.
“Esa mujer, esos bebés ni siquiera son tuyos, ¿Por qué Lucas?”
Mi corazón duele ante esas palabras.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar