Mamá psicóloga
Capítulo 104

Capítulo 104:

POV Beatriz

Al principio es un poco difícil y debo admitir que me aterro de salir a la avenida principal, pero conforme conduzco la confianza en mí crece, así que cuando llego a la clínica de Lucas siento que he ganado una batalla muy importante para mí misma.

Salgo del auto sonriendo, debo admitir que estoy emocionada por verlo, aunque no sé si eso es un buen sentimiento, pero lo aparto de mi mente mientras atravieso el lobby para llegar a su oficina; sin embargo, una mujer que he visto antes se interpone en mi camino.

“¿A dónde crees que vas?”, me dice.

“No tienes cita, así que no puedes pasar”.

“Ohm, Lucas dijo que no la necesitaba, que yo podía…”

“¿Lucas?”

Ella chasquea su lengua.

“Así que ya lo llamas por su nombre”

La sonrisa en el rostro de la chica desaparece.

“Escúchame bien mosquita muerta, conozco a las de tu tipo, lo ven, sienten que pueden conseguirlo dando lástima y luego quitarle todo el dinero que puedan, pero no te lo voy a permitir”

“No, yo no estoy…”

“Cierra la boca, agradece que te están dando unas limosnas y deja de soñar que puedes conseguir más dinero metiéndote en su cama”

Me hace sentir terriblemente mal.

“Lucas merece alguien mejor, no una puritana que le abrió las piernas al primer hombre que vio porque por ustedes”, me señala.

“Ustedes son las más p$tas, toda esa represión que llevan solo es una fachada porque quieren follarse al primer imbécil que les guiñe un ojo como unas put…”

La mujer no es capaz de terminar su frase porque mi mano se estampa fuertemente contra su rostro.

Los pacientes en la sala de espera a unos metros de nosotras nos miran y quedo conmocionada por lo que acabo de hacer, así que esa chica aprovecha para abofetearme con fuerza.

“¿Acaso estás loca maldita?”

La chica me toma del cabello.

“Tú realmente debes creer que puedes engañar a todo el mundo, ¿Verdad?”

La mujer que me sujeta del cabello me empuja.

Mi espalda golpea el buró de la recepción.

Trato de defenderme, pero ella es mucho más alta que yo, así que no tengo mucho por hacer y soy abofeteada una segunda vez.

“Vete por donde viniste, no trates de tomar lo que es mío porque una mosca muerta como tú no va a…”

“¡Claudia!”

La mujer que me tiene sujeta me suelta de golpe.

El hombre que acaba de aparecer nos mira antes de correr hasta mí para checarme.

Mi rostro escuece y las lágrimas están cayendo sin control mientras el miedo me hace tambalearse.

Él me oculta contra su pecho, haciéndome sentir a salvo.

“¿Qué demonios crees que haces, Claudia?”, grita él.

“Está embarazada, cielos, estás loca”.

“No, solo estoy tratando de cuidarte, esta mujer es una trepadora, ella es…”

“¡Ese no es tu maldito asunto!”, gruñe.

“Estás en el trabajo y no tienes absolutamente nada que opinar sobre lo que hago o dejo de hacer, eso no tiene nada que ver contigo”.

“Pero, esa mujer…”

“Es mi problema, he tratado de sobrellevar las cosas porque eres realmente buena en tu trabajo, pero creo que tengo que ser más claro contigo”, su voz es furiosa.

“No me interesas, no lo has hecho y no vas a hacerlo jamás, así que o te mantienes en tu trabajo siendo implemente mi asistente o puedes marcharte”.

“Pero…”

“Nada de peros y no vuelvas a tocar a Beatriz o alguien más como si tuvieras algún derecho, es mi vida y tú no eres nada más que una compañera de trabajo en ella”

Soy llevada dentro de la consulta mientras la mujer que me agredió se queda completamente muda en su lugar.

“¿Te lastimaste?”, dice él.

Una vez estamos dentro de la oficina, niego sin poder hablar todavía y el hombre frente a mí acaricia mi mejilla ahí donde esa mujer me agredió.

Sus palabras siguen clavadas, hondo en mi pecho, mi tristeza crece al pensar que probablemente tenga razón en eso de que dormí con el primero que aprecio, pero no quiero nada del hombre frente a mí, él es amable y estoy agradecida, pero siento que necesito aclararle que realmente no me interesa su dinero o algo así.

“Lo que esa mujer dijo”, le digo.

“No es cierto, yo no quiero tu dinero o algo, de verdad estoy agradecida yo no…”

“Lo sé”, responde.

“No tengo idea de lo que dijo Claudia, pero no lo tomes en cuenta y quiero que sepas que ella no es nadie para mí, no tengo o tuve algo con ella, así que ignóralo”.

“No necesitas decirlo yo…”

“Quiero decirlo”, responde él.

“Quiero que sepas que no me he interesado en nadie hace bastante tiempo y… “, sonríe.

“No quiero que pienses que tengo a alguien más”

POV Lucas

No puedo creer lo que acaba de hacer Claudia, llevo a la chica golpeada dentro de mi oficina y le pido esperar ahí mientras salgo para traerle un poco de agua.

Me enfurece saber que esto sucedió por mi culpa.

Sé que debí ser más claro con mi asistente, pero incluso en ese caso ella no desvío de atreverse a hacer algo como esto.

Beatriz es mi paciente, está embarazada y Claudia debió pensar con más claridad porque aunque ahora es solo mi asistente, ella sigue siendo una enfermera.

Cuando salgo de la oficina la encuentro llorando tras su escritorio, camino hacia la derecha directamente hasta el bebedero en ese lugar y sirvo un vaso de agua, cosa que mi asistente aprovecha para abordarme.

“Lucas, de verdad, lo siento, yo estaba tratando de ayudarte”

“No quiero hablar contigo ahora”, respondo.

“No quiero escucharte, Claudia”.

“Te prometo que no soy así, es solo que las mujeres como ella me molestan a tal punto que no puedo controlarme”, afirma.

“Usted sabe que lo quiero y solo trato de protegerlo de una casa…”

“No quiero tu protección, te aconsejo que dejes de sentir algo por mí, por qué yo realmente no siento absolutamente nada por ti y no creo hacerlo jamás, así que evita volver a hacer algo como esto, no con Beatriz sino con nadie más”.

“Pero…”

“Pero nada Claudia, voy a decir esto una última vez”.

Tomo el vaso de agua.

“No te veo como algo más que mi secretaria, eres buena en ello y realmente me agrada trabajar contigo, pero no me gustas, no lo vas a hacer nunca, así que toma tus propias decisiones y discúlpame por no haber sido lo suficientemente claro antes”.

Regreso a mi oficina después de decir esto.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar