Mamá psicóloga -
Capítulo 100
Capítulo 100:
POV Beatriz
“Lamento meterte en este lío”, susurro.
“Yo, no planeaba ponerme mal y tu madre no me dejo explicarle que yo… yo”
“Está bien, yo me encargaré de arreglarlo más adelante”
Él me mira a los ojos.
“¿Te sientes mejor?”
Asiento.
Él examina mis ojos y mi temperatura antes de tomarme el pulso.
Mi doctor me ayuda a bajar de la encimera donde me ha sentado, mis piernas tiemblan haciéndome aferrarme con fuerza a su camisa y siento ese electrizante aura moverse una vez más a mi alrededor.
Miro al hombre frente a mí.
Mi corazón late como un loco mientras él traga fuertemente y sé que debería correr lejos, que debería marcharme de aquí antes de que comience a pensar en alguna cosa loca como besarlo o qué sensaciones provocaría en mi cuerpo, pero no puedo moverme.
Me quedo en silencio.
Mi doctor coloca un mechón de mi cabello detrás de su oreja y su mano se desliza delicadamente hacia mi hombro.
La mano ahí provoca aún más sensaciones que definitivamente deben ser causa del embarazo porque jamás me he sentido así aunque tampoco he estado a solas, con otro chico permitiéndole tocarme de esta manera.
Humedezco mis labios mientras él traga grueso.
Se inclina ligeramente hacia mí, tan cerca que su respiración se detiene a centímetros de mis labios.
Está tan cerca que puedo sentir su respiración y eso solo mueve una vez más esa extraña sensación en mi v!entre.
Pero antes de que algo pueda pasar unos pasos en el pasillo lo hacen apartarse de mí.
Ambos nos volteamos hasta la puerta del baño y mis ojos se encuentran con los de prácticamente toda la familia porque la hermana de mi falso novio no está junto a sus padres.
“¡De verdad esta chica está embarazada!”
“Sí padre”.
“¡Es tu bebé!”
Responde el hombre a mi lado.
Miro nerviosamente hasta él, pero simplemente toma mi mano antes de contestar de la última manera que esperaba.
“Si lo es, no quería contarles”, dice mientras lo miro incrédula.
“Porque fue algo que sucedió sin previo aviso, así que por favor no hagan un lío con esto”.
“No voy a hacer un lío”, dice su madre.
“Voy a hacer una fiesta, por esto”, responde sonriéndome.
“Ven a la sala mi niña, tengo muchos consejos para darte”
POV Lucas
Las cosas se han salido de control sinceramente.
No puedo negar que jamás imaginé mentirle a mi madre de esta manera, pero no podía hacer nada más cuando vi la situación en el baño.
“Luc me acompañas a llevar a Welly a hacer sus cosas”.
“¿No puedes esperar a llegar a tu casa?”
“No, Lucas, vamos fuera ahora”.
Suspiro, me pongo en pie mientras Beatriz me mira con temor cuando me pongo en pie, pero mi madre sonríe llamando su atención una segunda vez.
“Vuelvo en unos minutos y nos iremos”.
“Vale…”, susurra ella mientras me marcho junto a mi hermana y su feo perro que no deja de gruñirme.
Lucía me hace caminar unos cuantos minutos antes de que el animal se detenga en un arbusto cerca de los dos.
“¿Qué estás haciendo Luc?”
Me reprocha al instante.
“¿Cómo eres capaz de decirle a mamá que esa chica está esperando un bebé tuyo?”, niega.
“Estás pasando la línea claramente”.
“No podía hacer nada más”, respondo.
“Estoy igual de arrepentido ahora, pero no puedo ir ahí dentro y decirle a mi madre que todo es una mentira”, la miro.
“¿No crees que eso solo sería peor?”
“Sé que sería un problema, pero estás mintiendo sobre un bebé que pasa si el padre aparece,” cuestiona.
“Tienes alguna idea de cómo podrían terminar las cosas si esa chica decide aprovechar esta oportunidad y tomar el premio gordo”.
Ella me señala después de chasquear su lengua.
La miro molesta de que piense de esa manera, pero no puedo meter mis manos al fuego porque realmente no conozco a Beatriz.
Pero siento que debo defenderla de algún modo porque ella está aquí por ayudarme.
“Estoy seguro de que encontraré un modo”, respondo.
“Por ahora solo mantengámonos las cosas así, tengo tiempo de pensar”.
“¿Tiempo?”
Mi hermana suspira.
“Lucas, no hagas a mamá sentirse mal, no voy a formar parte de esto si le causas tanto dolor”.
“No voy a hacerle daño a mamá Lulu, te lo prometo”.
“No lo sé Luc, esto es demasiado importante, ella cree que esa chica tiene un bebé tuyo en su v!entre”.
“Lo sé, lo sé y te prometo que voy a arreglarlo de alguna manera en la que todas las partes salgan bien paradas, ayúdame como acordamos Lulu”.
“No lo sé Luc yo…”
“Te compraré ese columpio que querías en el jardín”, sonrío.
“Además tú también viste lo feliz que está mamá, eso te da más tiempo”, le recuerdo.
“Y sabes muy bien a lo que me refiero”.
Mi herma niega.
Luego me abraza como solía hacer cuando éramos niños y sé que es difícil para ella todo esto, pero mi madre no la va a dejar pasar el resto de su vida sola en una cabaña.
Paso una mano por su cabello, la abrazo hasta que el perro molesto se acerca gruñendo y mi hermana sonríe mientras le da un pequeño beso al animal.
“Ese perro no me agrada”, repito.
“Creo que deberíamos llevarlo a un refugio”
“Vete tú al refugio Lucas”
Ella acaricia a su perro.
“Ignóralo bebé, mi hermano es muy molesto y dice muchas tonterías”.
Nos quedamos en el jardín unos minutos más y cuando el perro parece estar satisfecho regresamos a casa.
La expresión de felicidad en el rostro de Beatriz me hace sonreír ligeramente.
Corro a rescatarla de mi madre con prisas, me despido de mi familia, incluso si mi madre insiste en que debemos quedarnos y cuando estamos sobre el auto conduciendo de regreso a la carretera mi acompañante habla.
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