Capítulo 75:

Tamara sintió que el mundo se detenía a su alrededor. No podía creer lo que estaba escuchando, Xavier y Laurent tenían una hija juntos. Todas las emociones y pensamientos se agolparon en su mente, pero trató de mantener la calma.

“Xavier, ¿esto es cierto? ¿Tienes una hija con ella?”. Preguntó, tratando de controlar su voz.

Xavier parecía igualmente sorprendido y confundido. Sus ojos se encontraron con los de Tamara, pudo ver la sinceridad en su mirada.

“No tenía conocimiento de esto, Tamara. No sé de qué está hablando, Laurent”. Respondió con una mezcla de incredulidad y frustración.

Laurent se rio con desdén y miró a Tamara con superioridad.

“Supongo que esta es la sorpresa que te tenía guardada, ¿verdad? ¿Qué tal te sientes al saber que no eres la única mujer en la vida de Xavier?”.

Tamara sentía una mezcla de ira y confusión. Pero confiaba en Xavier, él le había dicho que la amaba y ella le creía. Se acercó más a él y colocó su mano en el brazo sosteniéndolo con fuerza

“No sé qué estás tratando de lograr con esto, Laurent. Xavier y yo estamos comprometidos, tú eres parte de su pasado y yo soy su futuro. Tu querida, no eres la caspa que me tumba el cabello, si resulta verdad que tienes una hija con él, no hay problema, eso es parte del pasado y su responsabilidad será con su hija. No importa cuál sea la verdad, estamos juntos y eso es lo que importa ahora”.

Laurent pareció enfurecerse aún más, porque esperaba hacerla enojar, pero la mujer parecía calmada. Dio un paso hacia adelante, de manera desafiante.

“No permitiré que te quedes con él. Xavier y yo tenemos una historia juntos, y él tiene responsabilidades que cumplir con nuestra hija”.

Xavier se había quedado en silencio, intentando procesar la información que acababa de escuchar. No podía creer que tuviera una hija con esa mujer, y mucho menos que ella tuviera la audacia de presentarse en su casa para exigirle responsabilidad.

Miró a Tamara defendiéndose de los ataques de la víbora y se sintió orgulloso de ella, le provocaba besarla. Aunque estaba visiblemente preocupada, sus ojos reflejaban el apoyo inquebrantable que sentía por él.

“No sé las razones por las cuales vienes a decir eso, nunca supe que estabas embarazada ¿Y por qué te apareces después de trece años a contármelo?”. Dijo Xavier intentando mantener la calma.

“Desde que me dejaste supe que habías dejado algo tuyo dentro de mí, y si no me aparecí fue por las amenazas de tu querido padre… anda. Pregúntale qué hizo para alejarme el tiempo que estuviste convaleciente”. Respondió Laurent con una sonrisa torcida.

Tamara sintió un escalofrío recorrer su cuerpo ante la actitud desafiante de la mujer y su tono amenazante.

“Hice todo lo que un padre haría por su hijo, nunca fuiste una buena mujer, no podía permitir que estuvieras revoloteando alrededor de él, cuando necesitaba recuperarse… para irte me pediste dinero y te lo di con tal de alejarte, pero nunca me dijiste que estabas embarazada, porque de haberlo sabido no te habría dejado irte con mi nieta”. Espetó furioso Matteo, tanto que las venas se le prensaron.

Xavier volvió a hablar con determinación.

“Si es cierto que tenemos una hija, lo comprobaremos. Lo primero es hacerle una prueba de ADN, si resulta positiva la prueba, asumiré mi responsabilidad con ella, tú no entras en la ecuación. Nuestro tiempo pasó, ahora Tamara es mi prioridad, mi pareja y espero que pronto mi esposa, eso no cambiará tenga o no una hija, tenemos una relación sólida y nada de lo que digas lo cambiará”.

Aunque Tamara se sintió abrumada por la situación, confiaba en Xavier y en su amor. Sabía que juntos podrían enfrentar cualquier obstáculo. Se giro hacia Laurent con decisión para hablarle.

“Laurent, si realmente tienes una hija con Xavier, tendremos que resolverlo adecuadamente y encontrar una solución que sea lo mejor para todos. Pero no voy a permitir que intentes separarnos o causar más daño. Ahora mismo, te pido que te vayas de esta casa y nos dejes en paz”.

Laurent pareció considerar sus palabras por un momento y luego soltó una risa despectiva.

“Esto no ha terminado, vamos a ver si te atreves a echar a tu hija también de tu casa”. Dijo mirando a Xavier.

En ese momento la mujer salió y volvió a entrar con una sonrisa y una adolescente como de doce años. Era delgada, con ojos azules, mirada p$netrante, cabello negro, de baja estatura y actitud temerosa.

Todos se quedaron en silencio observando a la jovencita con interés.

“Vamos, Xavier, dile a tu hija que no es bien recibida aquí hasta que se haga una prueba de ADN”. Dijo Laurent burlonamente.

Xavier se quedó pasmado viendo a la chica, no sabía cómo reaccionar, no pudo evitar buscar las facciones suyas en la niña.

Tamara se dio cuenta y le habló al oído.

“Háblale”.

“No tengo idea de qué se le dice a una adolescente que crees que es tu hija”. Susurró Xavier en tono bajo.

“Lo que sientas en tu corazón”. Murmuró ella.

“No lo sé”.

“Vamos, sé que puedes”.

Él respiró profundo poniendo su interés en la jovencita.

“Lo siento mucho, no es nada personal, esto ha sido sorpresivo, no sabía que tenía una hija, pero es necesario comprobar que eso es verdad… cómo comprenderás, el hecho de que tu madre lo haya mantenido oculto por mucho tiempo no juega a su favor”. Declaró con sinceridad.

“Entiendo, mi padre…”. Se detuvo al darse cuenta de que sus palabras podían ser malinterpretadas: “Quien me crio, murió hace un par de semanas y mi mamá se tuvo que hacer cargo, aunque no de muy buena manera… en realidad por muchos lujos que tenga esta casa, extraño la mía y entiendo que deba comprobar que es mi padre biológico, sería idiota si no lo hiciera y usted no tiene cara de idiota”.

La adolescente la miró con curiosidad y confusión. Después de un momento de silencio, se soltó de la mano de Laurent y se acercó a Tamara.

“¿Eres la esposa de quien dicen que es mi papá?”. Preguntó con una mezcla de curiosidad y vulnerabilidad en su voz.

“Soy su prometida”. Dijo Tamara con suavidad y una sonrisa.

“¿Estás embarazada?”. Siguió interrogando con interés.

“Si son trillizos”.

“¡Wow! Son muchos”. Pronunció la chica con admiración.

Laurent escuchó el intercambio entre ellas, pareció enfurecerse al ver la conexión entre Tamara y la adolescente.

“¡Esto no puede estar pasando! Ángela, deja de socializar con esta mujer”. Gritó furiosa, luego posó su mirada en Tamara: “Respecto a ti, no voy a permitir que te metas en la vida de mi hija y de Xavier, tú no tienes ningún papel en esto”.

Xavier finalmente intervino, firme y decidido.

“Basta, Laurent. ¡Ya es suficiente! Estás muy equivocada, Tamara es parte de mi vida ahora y juntos resolveremos esta situación de la mejor manera posible. Si Ángela quiere quedarse aquí puede hacerlo, si es mi hija merece conocerme y yo merezco conocerla a ella, pero no creas que eres bienvenida en mi casa, tampoco voy a permitir que interfieras en eso. Ahora, te pido que te vayas y nos des tiempo para resolver esto en paz”. Declaró con determinación.

Laurent miró a Xavier y a Tamara con frustración, pero finalmente dio media vuelta saliendo de la casa.

Todos se quedaron en silencio, asimilando todo lo que acababa de suceder.

La adolescente permaneció parada sin saber qué hacer, agarrándose una mano con otra.

Xavier haló a Tamara y la abrazó con fuerza.

“Lo siento, amor. No tenía idea de esto. Pero quiero que sepas que mi compromiso contigo no ha cambiado, Te amo y juntos enfrentaremos cualquier desafío que se nos presente”.

Tamara apoyó su cabeza en el pecho de Xavier y suspiró.

“Confío en ti, Xavier. Sé que saldremos de esto fortalecidos”. Le dijo Tamara y él la besó con suavidad.

“Disculpen mi interrupción, pero ¿Qué van a hacer conmigo? Por qué creo que tener una adolescente entres ustedes no estaba en sus planes”.

Xavier y Tamara se separaron del abrazo para dirigirse a la adolescente con amabilidad.

Xavier se acercó a ella y se inclinó un poco para estar a la altura de la adolescente, luego le dedicó una sonrisa amable.

“No tienes que preocuparte, Ángela. Sé que esto es abrumador para ti. Lo primero que haremos es confirmar si realmente eres mi hija a través de una prueba de ADN, si los resultados confirman que eres mi hija, entonces encontraremos la mejor manera de integrarte a nuestras vidas y asegurarnos de que recibas el amor y la atención que mereces. Tendremos que establecernos en una relación padre hija y construirla desde cero. ¿Qué te parece?”.

La mirada de Ángela se encontró con la de Xavier y su corazón se calmó. Ella asintió, aparentemente aliviada de que estuvieran dispuestos a considerar su situación.

“Entiendo, y si resulta que no soy su hija ¿Qué pasara entonces? ¿Me echaran a la calle?”. Preguntó con voz temblorosa.

Tamara se acercó a ella y le puso una mano en el hombro.

“Independientemente de los resultados, quiero que sepas que no tienes la culpa de ninguna de estas circunstancias. Eres una niña y mereces ser tratada con amor y respeto. Si no resultas ser la hija de Xavier, encontraremos la manera de ayudarte y apoyarte en lo que necesites”.

La joven asintió de nuevo, visiblemente emocionada por el cuidado y la comprensión que recibía. Era evidente que había pasado por momentos difíciles en su vida y estaba buscando una conexión familiar.

“Gracias, Tamara, Xavier. Aprecio su amabilidad y disposición a resolver esto de manera justa. No quiero causar problemas, solo quiero saber la verdad sobre mi padre biológico. Ahora estoy cansada ¿Dónde dormiré?”. Interrogó y todos se miraron unos a otros, al ver cómo los nervios de la chica se habían calmado repentinamente.

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