Mamá correcta, papá equivocado -
Capítulo 62
Capítulo 62:
“¡Oh por Dios, Tamara! Esto es asombroso ¡Tendremos tres hijos! Son perfectos. Estoy tan agradecido de poder compartir este momento contigo”.
Aunque Tamara estaba feliz, al mismo tiempo estaba sorprendida y nerviosa por la noticia, no sabía qué haría para cuidarlos.
“¡Dios! ¿Y cómo voy a cuidar de tres bebés? ¡Voy a enloquecer!”. Exclamó preocupada.
“Tamy mi amor, no estarás sola, yo voy a estar a tu lado y cuidaremos juntos de nuestros bebés”. Le dijo acariciando su mano, lo cual la hizo sentir aliviada.
“Como el embarazo es producto de un procedimiento de fertilización, es común que termine tratándose de un embarazo múltiple”. Explicó el doctor.
Los dos asintieron, mientras el doctor continuó explicándoles cada detalle sobre el embarazo, la salud y el desarrollo del bebé. Xavier y Tamara escuchaban atentamente, absorbiendo cada palabra con gratitud.
“Bueno papás, todo parece estar en orden. Sus bebés están creciendo saludablemente. ¿Tienen alguna pregunta o inquietud?”.
“Solo queremos asegurarnos de hacer todo lo posible para que nuestros hijos estén bien. ¿Hay algo en particular que debamos tener en cuenta?”.
El doctor les proporcionó consejos valiosos sobre la dieta de Tamara, los ejercicios recomendados durante el embarazo y cómo cuidar adecuadamente de su bienestar.
“Doctor ¿Existe alguna limitante para tener relaciones se%uales?”. Preguntó Xavier y Tamara se cubrió el rostro, mientras este se le teñía de rojo producto de la vergüenza.
El doctor sonrió mientras respondía.
“No existe ninguna limitación, pueden disfrutar normalmente de su vida se%ual”. Respondió, mientras Xavier sonreía con alegría.
Después de la consulta médica, Xavier y Tamara salieron del consultorio con una sonrisa en su rostro. El doctor había confirmado que sus bebés estaban creciendo saludablemente y les había dado los consejos necesarios para cuidar adecuadamente de Tamara durante el embarazo.
Mientras caminaban hacia su auto, Xavier tomó la mano de Tamara y la acercó hacia él. La miró fijamente a los ojos diciéndole: “No sabes cuánto me alegra que podamos seguir teniendo una vida se%ual normal durante el embarazo. Me encanta hacerte el amor y no quería perder ese vínculo que tenemos”.
Tamara sonrió tímidamente, pero sintió cómo su cuerpo se encendía con solo pensar en tener relaciones se%uales con él.
Ambos se abrazaron sin poder contenerla la felicidad compartida.
Tamara lo abrazó con lágrimas en los ojos.
“Estoy tan agradecida de tenerte a mi lado, Xavier. Ver a nuestros bebés juntos ha sido una experiencia increíble”.
Xavier llevó su mano al vientre de Tamara y con una expresión de ternura en su rostro le habló con un tono conmovido.
“Yo estoy igualmente agradecido de tener a una mujer tan maravillosa como tú. Sabes que estaba ansioso por ser padre, pero me parecía que ninguna de las mujeres que conocía era suficiente para ser la madre de mi hijo, por eso preferí contratar a alguien para que me sirviera de madre sustituta. Cuando te conocí me sentí atraído, me pareciste la mujer perfecta con todas las cualidades que buscaba en una. Desde ese día no pude sacarte de mi cabeza… el día que me dijeron que la mujer a quien contraté no había quedado embarazada me sentí triste, pero luego pensé en ti, que quizás el procedimiento con esa chica no se dio porque el destino había decidido que los tuviera contigo”.
“Pero luego te dijeron que si ibas a tener un hijo”. Afirmó ella.
“Sí, y me sentí feliz porque es lo que siempre había querido. Tú también estabas esperando un bebé y pensé que los dos podíamos cuidar juntos a nuestros hijos, luego cuando me enteré de que tú eres la madre porque te habían inseminado con mi muestra de manera equivocada. En ese momento me sentí el hombre más feliz del mundo… y ahora que serán trillizos, es la bendición más grande que puedo recibir, estoy comprometido a hacer todo lo posible por ellos y por ti”.
“Yo tengo la corazonada de que serás un padre increíble, Xavier. Me tranquiliza saber que compartimos la misma determinación y amor por nuestros hijos”.
“Ahora vayamos a dar un paseo al parque”. Dijo con una sonrisa y una alegría desbordante: “¿Qué te parece celebrar este hermoso momento con un paseo en el parque cercano?”.
“Me parece una maravillosa idea, y allí quizás podamos avisarles a mis padres en una videollamada”. Propuso ella y él asintió.
“Y a mis padres o toda mi familia. Creo que terminarán haciéndote una escultura en la entrada a la casa de mis padres”. Bromeó él.
“Me pueden encargar el trabajo a mí”. Siguió ella entre risas: “Por ser la familia de mis hijos, le puedo hacer un descuento”.
“Y también tu familia política, porque no tengo la menor duda de que tarde o temprano aceptarás ser mi esposa”. Declaró con seguridad.
“Esperemos a ver que dice el tiempo… yo no quiero embarcarme en un matrimonio; no ahora, sé que estuvimos juntos, pero hay cicatrices que no se curan de buenas a primera, ellas van cicatrizando poco a poco”.
Llegaron al parque donde habían decidido pasear, caminaron tomados de la mano disfrutando de la naturaleza y hablando sobre los planes de futuro.
Xavier miró a Tamara con amor, mientras acariciaba suavemente su mano.
“Me imagino a nuestros hijos corriendo y riendo en este parque. Quiero que crezcan en un ambiente lleno de amor, alegría y seguridad”.
Tamara asintió sin dejar de sonreír.
“Yo también quiero brindarles las mejores experiencias y oportunidades. Quiero que se sientan amados y respaldados en cada paso que den”.
Se detuvieron en un banco cerca de un estanque y se tomaron un momento para descansar. Observaron los patos nadando, disfrutaron de la serenidad del entorno.
“¿Estás preparada para darle la noticia a mis padres?”. Preguntó Xavier.
“¿Acaso ellos no saben de mi embarazo?”. Respondió con otra interrogante.
“Si lo saben, lo que desconocen es que son trillizos y que a partir de hoy somos una pareja”. respondió.
“Xavier, yo no sé si será buena idea… tal vez tus padres no quieran a tu lado una mujer divorciada y…”. Él no la dejó continuar hablando.
“Tamara ¡Por Dios! ¿Qué son esos pensamientos? Ni mis padres, ni nadie de mi familia va a pensar de esa forma, ¿Acaso no te recuerdas cuando todas las mujeres de la familia te visitaron? ¿En algún momento te hicieron sentir mal?”.
Ella negó de manera enérgica.
“Todo lo contrario, me ayudaron, sobre todo tu tía Alondra”. Respondió con sinceridad.
“Entonces no busques excusas, así que llamemos a mis padres en una videollamada”.
“¡Qué vergüenza! ¿Cómo conoceré a tu padre así?”.
“Te van a encantar, también podemos ir en persona”. Ante esa propuesta ella abrió los ojos de par en par.
“¡No! Prefiero la videollamada”.
Él soltó la carcajada ante la expresión de su rostro.
“Mis hijos pueden ser inteligentes y tener tu sonrisa, pero por nada del mundo pueden ser miedosos como tú”. Se burló mientras ella le pellizcaba el vientre.
Justo en ese momento cayó la llamada y los padres de él vieron mientras Tamara lo pellizcaba.
“Tamy, ya tendieron mis padres… ¿Cómo están?”. Saludó y ella pensó que era mentira.
“Solo quieres librarte de mí reprimenda”. Pero se quedó paralizada cuando escuchó a Gálata.
“Pellízcalo duro para que sepa quién manda”.
“¡Oh por Dios Xavier! ¡¿Por qué no me dijiste nada?!”. Exclamó Tamara sintiéndose avergonzada al darse cuenta que la veían sus padres.
“Yo te dije y no me creíste”. Se burló mientras sostenía el teléfono en sus manos y se veían los rostros sonrientes de sus padres: “Papá, conoce a la mujer de mi vida, Tamara, este es mi padre”.
“Hola hijo, Tamara”. Dijo Matteo saludando con las manos.
“Hola, es un placer conocerlo señor, ¿Cómo está Señora Gálata?”. Saludó Tamy.
“Hola, mi niña, todo bien. Pero vamos a empezar hablando claro, llámame Gálata”.
“Entonces a mí dime Matteo”. Replicó el padre de Xavier,
“¡Tengo una noticia emocionante que quiero compartir con ustedes!”. Comenzó a decir Xavier.
“Ay, cariño, siempre me emociona verte. ¿Qué sucede? Tienes una sonrisa tan radiante en tu rostro”.
“Estamos ansiosos por saber qué tienes que decirnos. Parece que tienes algo emocionante para contarnos”.
“Bueno, mamá, papá… ¡Tamara y yo vamos a tener tres bebes!”.
Hubo un momento de silencio en la pantalla mientras sus padres asimilaban la noticia. Luego una mezcla de sorpresa y alegría se reflejó en sus rostros.
“¡Oh, hijo mío! ¡Eso es maravilloso! ¡Van a ser papá de trillizos, ¡No puedo creerlo! Debes cuidar mucho a Tamara, alimentarla bien, consentirla”. Pronunció Gálata emocionada.
“¡No puedo creerlo! Es la noticia más emocionante que hemos recibido en mucho tiempo. Estamos tan felices por ustedes, Xavier”.
“Gracias, mamá y papá. No podríamos estar más emocionados. Además, Tamara y yo hemos decidido vivir juntos, ella me ha aceptado en su vida. Y no te preocupes que tarde o temprano, será mi esposa, debo convencerla de que soy el hombre que ella necesita en su vida”.
“Por ahora viviremos juntos, y veremos a nuestros pequeños crecer, sé que serás un buen padre”. Le dijo Tamara tomándole la mano.
“De verdad que me siento feliz y orgullosa de ti, hijo. Siempre he sabido que serías un gran padre. Tus hijos serán afortunados de tener a alguien como tú a su lado”.
“Nos llena de alegría saber que nuestra familia crecerá con tres nuevos y hermosos nietos. No podemos esperar para conocerlos y consentirlos. Además, creo que deberían venir a visitarnos para que Tamara conozca a los hombres de la familia”.
“Allí estaré cuando Xavier me lleve”. Respondió Tamara, sintiéndose cómoda con los padres de Xavier.
“Papá, mamá, gracias por su amor y apoyo incondicional. Quería compartir esta noticia especial con ustedes, porque sabía que se alegrarían. Claro que estaremos por allá o también pueden venir”.
“¡Por supuesto que iremos a verlos! Queremos estar presentes en cada etapa de esta maravillosa experiencia, ser unos abuelos activos y brindar todo nuestro amor a esos pequeños angelitos”.
“Vamos a ser los abuelos más orgullosos y entusiastas del mundo. Estoy seguro de que Tamara será una madre increíble y que tú serás un padre ejemplar”.
La emoción y el amor llenaron la videollamada mientras Xavier y Tamara compartían detalles sobre el embarazo al igual que su próxima ecografía. Sus padres escuchaban atentamente y hacían preguntas con entusiasmo.
Después de una conversación llena de risas y buenos deseos, se despidieron con promesas de mantenerse en contacto.
“¿Qué te parecieron?”.
“Me encantó conocerlos, son muy amables y alegres”. Dijo ella con sinceridad.
“Me alegra, ahora regresemos a casa”. Declaró Xavier.
“Ahora que recuerdo, veo que ni siquiera estás cojeando ¿Qué pasó con tu pie?”.
Él soltó una carcajada al verse descubierto.
“En realidad exageré, y el poquito dolor que sentía se me curó con tu amor”. Expresó Xavier, mientras ella lo miraba de manera reprobatoria.
“¡Te has pasado! Me has engañado”.
“Estamos parejos, porque tú metiste esa cucaracha en la ducha… aunque en honor a la verdad te lo agradezco, porque si no fuera por eso ahora no estaríamos juntos”. Ella suspiró y salieron del parque tomados de la mano.
Cuando llegaron al apartamento de Tamara, ahí los estaba esperándolo el asistente de Xavier.
“¿Qué pasa Emiro?”. Interrogó preocupado al ver el rostro del hombre.
“Se ha presentado un problema en uno de los hoteles que se está construyendo en Mil%n, los proyectistas se niegan a continuar si usted no se presenta… aparte de eso, hubo un accidente en la construcción del proyecto en Los Áng$les y las cosas no están muy bien, están amenazando con demandas millonarias”.
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