Mamá correcta, papá equivocado -
Capítulo 49
Capítulo 49:
Xavier se quedó sentado en la silla del consultorio, con el corazón acelerado y la mente llena de pensamientos, procesando lo que acababa de suceder. Había intentado ser diplomático, pero Tamara no había cedido ante sus palabras.
No quería llegar a una demanda, pero tampoco podía permitir que Tamara le quitara la posibilidad de estar con su hijo. Decidió que lo mejor era hablar con su abogado y buscar la mejor manera de solucionar este problema de forma pacífica.
Mientras tanto, Freya se acercó a él poniéndole una mano en el hombro de manera reconfortante.
Él le agradeció el gesto con una sonrisa triste.
“Xavier, no vayas a hacer algo de lo que te vayas a arrepentir, puedes ir a un proceso judicial y ganar, obligarla a ella a convivir contigo, chantajearla o hacer lo que quieras, pero si estás interesado en Tamara, esa no es la forma de llagar a su corazón. Hasta ahora no le has demostrado que eres confiable y lamentablemente su experiencia con Joel, que es el único punto que ella tiene para comparar, no es bueno… debes demostrarle que no eres él, que eres distinto, que quieres lo mejor para tu hijo y para ella”.
“Dime ¿Qué hago? Ella ni siquiera me deja hablar, siempre está a la defensiva”. Dijo el hombre con una expresión de tristeza.
“Entonces déjame ayudarte… pero no inicies una demanda, eso sería es sacar el hacha de la guerra”. Articuló Freya y salió del consultorio, no sin antes intercambiar fieras miradas con Santorini.
“Así que ella es Tamara ¡Válgame Dios! Pobre de ti, debido a su embarazo y a las hormonas estará peor… así que debes tenerle paciencia”. Expresó su amigo y Xavier suspiró.
“¿Qué hago mientras tanto?”.
“Hazle caso a la sabionda de su amiga”. Pronunció con un chasquido de la lengua: “Entra a un curso de padres, haz algo que le haga ver a ella que vas por todo. Tratar de no pelear, porque recuérdate que, si ella se enoja, el bebé percibe eso ¿Entendiste?”.
“No me queda otra sino entender”. Susurró con un suspiro, por primera vez en su vida no sabia que hacer con una mujer.
Tamara estaba molesta, hizo el recorrido hacia el auto despotricando de Xavier.
“¡Idiota! Amenazarme a mí con demandas… que lo haga, que si quiere vaya a la corte celestial, pero no haré lo que él quiera”.
Minutos después llegó Freya, se quedó viéndola mientras subían al auto.
“¿Dónde está la Tamara civilizada?”. Interrogó.
“No están, se fue por el caño… necesito que nos preparemos para demandarlo, por muy Sebastini Ferreri que sea”.
“Nena, sabes que yo soy objetiva siempre te digo las cosas, aunque no las quieras oír. Creo que si él interpusiera una demanda la ganaría”. Declaró Freya con sinceridad.
“¿Por qué es un Sebastini Ferreri?”.
Freya negó con la cabeza.
“No, porque tiene las de ganar, nadie es culpable de lo que pasó y deben llegar a un acuerdo. Es más, considero que lo puedes dejar vivir en la habitación más lejos de la tuya y ver su comportamiento, para cuando el bebé nazca sabrás si es confiable”. Propuso Freya, pero Tamara no estaba convencida.
“No estás siendo objetiva, estás de parte del bonito porque quieres que yo tenga algo con él y no te daré el gusto. Como no quieres representarme, voy a llamar a mi padre y le pediré ayuda”.
Sin perder el tiempo, marcó a su padre y este la atendió en el primer repique.
“Mi pequeña ¿Estás bien?”.
“No mucho, me han pasado tantas cosas últimamente, creo que yo debí robarle el biberón al Niño Jesús. A mí ya traumático matrimonio y mi separación, súmale que a Joel le gustaban los hombres, es estéril y la muestra que usaron para inseminarme eran de su amante… pero ahora resulta que tampoco era porque se equivocaron y me inseminaron con el s%men de Xavier. Ahora me está amenazando con demandarme porque quiere mudarse a mi apartamento y para ‘compartir’ con el bebé, como si pudiera jugar canicas con él desde mi barriga”. Expuso indignada: “Por eso necesito de tus abogados”.
“¿Y qué pasó con Freya? ¿Por qué no te representa?”. Interrogó su padre confundido por toda la información que le había dado su hija.
“Pues la traidora de Freya empezó a darme consejos, dice que me recomendaba hacer un trato con él. ¿Puedes creerlo?”.
“Bueno Freya es tu mejor amiga, siempre ha estado contigo en los tiempos difíciles y ella tiene mucho sentido común. Confía en ella, siempre debes buscar lo mejor para ti y tu hijo; quizás debas probar de qué madera está hecho, eso sin involucrarte sentimentalmente con él”. Aconsejo su padre: “Pero le haré una llamada a mis abogados y los pondré al tanto de la situación”.
Después de la llamada con su padre, Tamara se sintió un poco más aliviada. Sabía que podía confiar en él y en sus abogados para ayudarla en este difícil episodio de su vida. Pero todavía había una cosa que la preocupaba, si llegaban a decir que lo más recomendable era no ir a juicio y llegara un acuerdo ¿Cómo iba a lidiar con Xavier?
Cuando cortó la llamada vio a su amiga sonriendo.
“Ya veo que tu padre es sensato, y quienes en realidad te queremos no te vamos a dejar que te vayas por un desfiladero. Si vas a juicio con Xavier, aparte de que será un proceso largo, lo más probable es que te veas envuelta en escándalo. Tendrás a la prensa acosándote y al imbécil de tu ex hablando por ahí, diciendo quien sabe qué”. Siguió aconsejándola su amiga.
“Él tiene rabo de paja”. Debatió ella.
“Se hará la víctima, sabes cómo es… además, no trates de engañarme, no quieres al bonito en tu casa porque es tener el árbol del fruto prohibido a la mano, así que reconócelo y no me engañes… no es necesario que vivan peleando, llévatelo y lo pones en una habitación. Pero antes hablas con su tía de la cual te hiciste amiga y pregúntale que es lo que le gusta a su sobrino. Si de verdad no deseas tenerlo en la casa, haz todo lo que a él no le guste, también puedes aprovecharte para que te satisfaga todos los caprichos. Cierra los ojos e imagínatelo por un segundo.”
‘Xavier, ráscame el dedo meñique del pie izquierdo’.
Él se inclinó y rascó con suavidad su dedo, pero enseguida comenzó a hacerle masajes en la planta del pie, y de la boca de Tamara empezaron a salir suspiros de placer.
Sacudió la cabeza y prefirió en su imaginación darle otra tarea.
‘Xavier me duele la espalda’.
Enseguida el hombre comenzó a darle masajes en la espalda, mientras sus manos se posaban en su cuerpo, ella sintió como especie de corriente eléctrica recorrerla y el hombre terminó regándola de besos.
No, debe ser otra cosa que no tenga que tocar mi cuerpo ni pueda seducirme. Pensó.
‘Xavier aliméntame’
Ordenó y de inmediato el hombre comenzó a darle bocados de una fresa, mientras acariciaba sus labios con la fruta.
Después de pensar en todo eso, terminó pegando un grito.
“No Freya, ese hombre es un peligro andante, él y yo no podemos estar en un espacio de menos 200 metros cuadrados”.
Freya se carcajeó ante las cosas de su amiga, porque si algo no le gustaba a Tamara era sentirse acorralada.
Llegaron al apartamento y la primera sorpresa llegó, cuando estaba un grupo de hombres armados en la entrada del complejo, revisando a todos quienes entraban.
“¡¿Qué diablos pasa aquí?!”. Dijo Tamara y Freya bajó los vidrios.
“Somos la nueva seguridad del edificio ¿Usted es la Señora Castelli?”. Preguntó el hombre y ella asintió: “¿Puede pasar?”,
Las dos mujeres se quedaron viendo sin entender, hasta que la verdad se le abrió pasó a Tamara.
“¡Xavier!”. Dijeron las dos al unísono.
“¿Acaso no ve que los vecinos me odiarán por perturbar su paz? ¡Ese hombre está loco!”. Reclamó molesta.
Pero la traidora de Freya estaba suspirando.
“¡Ese hombre me mata! Dime si no es hermoso como está cuidando a su bebé”. Dijo su amiga.
“Definitivamente, eres tan anormal como él”. Expresó bajándose del auto.
Luego se dio cuenta del par de hombres que la siguieron hasta el ascensor y rodó los ojos de mal humor.
Subió hasta su piso. Cuando bajó, había cualquier cantidad de cosas para bebé, cunas, coches, lámparas, peluches, biberones, ocupando todo el pasillo.
“Juro que esto es una pesadilla”. Susurró negando con la cabeza, tenía ganas de ponerse a llorar.
Freya llegó junto a ella y no pudo dejar de reírse a carcajadas.
“Te juro que pensé que mi vida no podía ser más bizarra, pero esto superó cualquier cosa que podría imaginarme. Necesito una orden de restricción para Xavier”.
“¡Estás loca! ¿Qué vas a alegar? ¿Qué te pagó seguridad? ¿Qué le trajo regalos al bebé no nacido? Y mira hacia atrás, trajo comida para alimentar un regimiento”.
Ante las palabras de su amiga se giró, vio una gran cantidad de cajas llenas de frutas y verduras. Mientras Tamara abría los ojos de paren par, luego entró corriendo a la casa con Freya y cerró la puerta, para no dejar entrar nada.
“Necesito ayuda de mi papá”.
Marcó de nuevo.
“Papá, ayuda, manda a tus abogados, ese hombre me está acosando”. Comenzó a contarle todo a su padre, y lo que pudo escuchar fue las fuertes carcajadas del otro lado de la línea: “¿No me vas a ayudar?”.
“Hija, puedo poner a disposición mis abogados, pero me han dicho que Xavier tiene las de ganar, que lo mejor es que lleguen a un acuerdo amistoso”.
“Gracias por nada, Lorenzo Castelli”. Le cortó molesta… porque se negaba a aceptar a Xavier en su vida. Pensó con los ojos llenos de lágrimas.
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