Mamá correcta, papá equivocado -
Capítulo 47
Capítulo 47:
Tamara no podía creer lo que había escuchado, definitivamente era el hombre más descarado que había conocido en su vida. No podía entender cómo estaba celebrando que tenía una mujer preñada mientras trataba de seducirla a ella, pero que no creyera que la iba a agarrar de burla. Antes de que pudiera decir algo, ella lo enfrentó.
“Eres el colmo del descaro, vienes a decirme que estás interesado en mí y ahora celebras porque tu moza de turno está embarazada de ti”. Expresó molesta.
“No, no es mi moza de turno es…”. Pero sus palabras fueron interrumpidas por una molesta Tamara.
“O sea que es otra, sabes, ya no quiero saber más de ti. No vengas más a visitarme, ve y busca a esa mujer, a la madre de tu hijo y caliéntale la oreja a ella, quizás sea lo suficiente estúpida para creer tus mentiras. Ve, búscala y te le metes en su casa a jugar a la casita feliz ¡A mi déjame en paz!”.
“Pero Tamara déjame explicarte, no es lo que crees… ¡Por Dios! Por qué siempre eres así”. Dijo preocupado, trató de explicarse, pero ella no lo dejó y lo terminó sacando de su apartamento.
Alondra, que había estado en la cocina, salió corriendo hacia la sala al escuchar la discusión.
“¿Qué ocurre?”. Interrogó preocupada.
“Qué su sobrino es un… un p%to”. Dijo indignada”. Me viene a calentar la oreja cuando tiene una mujer embarazada”.
Ante las palabras de Tamara, la tía del hombre abrió los ojos de par en par.
“¿Una mujer embarazada? ¡No puedo creerlo!”. Exclamó sorprendida.
Luego se acercó a Tamara y le colocó una mano en el hombro, tratando de calmarla.
“Tranquila, Tamara. Siéntate y vamos a hablar con calma”. Dijo Alondra, guiándola hacia el sofá.
Tamara se dejó caer en el asiento, aún se sentía furiosa. Observó a su alrededor, buscando algo que pudiera arrojar para liberar su ira, pero no encontró nada.
No podía creer que Xavier hubiera estado tratando de enamorarla, mientras que tenía una mujer embarazada. ¿Cómo podía ser tan deshonesto? ¿Cómo se atrevía a tratar de conquistarla mientras estaba esperando un hijo con otra persona?
Respiró profundo y decidió escuchar lo que Alondra tenía que decir.
“Mi sobrino será un mujeriego, pero no es un patán”. Dijo Alondra con voz tranquila.
“Es lógico que lo defienda es su sangre”. Mientras ella hablaba, la mujer negaba con la cabeza.
“Te aseguro que no soy así, ante todo soy mujer y cuando alguno de los hombres de mi familia se portan mal no lo solapo, porque uno predica con el ejemplo. No me gustaría que a mis hijas, sobrinas o nietas me le hagan algo similar, pienso que debiste escucharlo… aunque como lo echaste, voy a llamar a Gálata para saber si ella sabe algo y me cuenta”.
“Si quiere hacerlo por usted misma, para que conozca lo que ocurre, puede hacerlo, pero si quiere hacerlo por mí, mejor no se moleste. Ya le dije que el suripanto de su sobrino no me importa”. Expresó dejando en evidencia su molestia.
“Para no importante el suripanto de mi sobrino, estás simulando muy bien lo contrario”. Declaró Alondra con sarcasmo, pero la joven no le respondió: “Creo que será mejor que me vaya, si me necesitas no dudes en llamarme”.
“¿Por qué se va? La estoy pasando bien con usted, si es porque le estoy hablando mal de su sobrino, le prometo que no volveré a mencionarla. De esa manera usted y yo no tendremos problema alguno”.
“No te preocupes, no me voy por eso, sino porque Felipe me está escribiendo, dice que me extraña… pero te prometo que seguiremos en contacto, igual yo voy a averiguar lo del bebé que está esperando Xavier y si sé algo, te lo digo”.
Tamara se despidió de Alondra y se quedó en la sala pensativa… si el lunes no tuviera una cita con el doctor, se habría ido a la casa de su familia de nuevo. Aunque había hablado con sus padres, no quiso darle detalles de lo que realmente ocurría, porque consideraba que ese era un tema que era mejor tratar en persona.
Para su buena suerte, no duró mucho tiempo sola, porque llegó su amiga Freya y enseguida la puso al tanto de todo lo que había ocurrido.
“¡Madre de Dios!”. Exclamó sorprendida la mujer, todo lo que le había contado su amiga parecía sacado de una telenovela: “Definitivamente lo patán de Joel está a un nivel impresionante, sabes muy bien que nunca me gustó él, había algo que no terminaba de convencerme. Si lo toleré y no me alejé es porque no quería arruinar mi amistad contigo”.
“Lo sé, tienes esa cualidad de saber qué tipo de persona es alguien, y casi nunca te equivocas”. Le dijo Tamara.
“¿Cómo que casi? ¿Con quién me he equivocado según tú?”.
“¿Acaso no escuchaste lo de Xavier? Lo has defendido a capa y espada, pero ahora resulta que tiene una mujer preñada”. Expresó rechinando los dientes molesta.
“Sabes que soy tu amiga y siempre te digo la verdad. Así que… número uno, deja de portarte como una mujer tóxica y celosa, porque no tienes nada con él…”.
Antes que siguiera hablando, Tamara la interrumpió.
“Ah no, bonito consejo, voy a creer que te mandó la Señora Anabella, que no dijo ni pío en contra del nieto porque al parecer es su consentido, tú estás igual ¿Qué pretendes que un hombre comprometido me pinte pajaritos en el aire y yo le crea?”. Inquirió con irritación.
“No es eso, sino que no deberías sentirte ofendida a menos que reconozcas que el hombre si te gusta. Por otra parte, está muy mal que no lo escuches, debiste dejar que se explicara, seguro concibió ese hijo antes de conocerte, la emoción es por el niño y no por la madre. Entiendo tu desconfianza, y también al pobre que le ha tocado estar cerca de ti en esta situación.
Sé no confías mucho en él por su pasado, si Xavier sigue insistiendo en conquistarte le va a tocar demostrarte que cambio. Entiendo tu punto porque eres una mujer sensata, cualquiera con un poco de sentido común no va a ir a abrírseles de piernas a un tipo que, aunque está bueno, se la ha pasado de cama en cama. Desde que lo conociste no ha demostrado ser confiable, pero mis alarmas no se activan cuando lo tengo cerca, lo cual me indica que no es un hombre malo”.
“Malo como Joel no es, pero tampoco es bueno si se ha acostado con media Eur%pa, y media Am$rica”. Declaró con amargura y enfado, lo cual desapareció segundos después ante las ocurrencias de Freya.
“¿Qué exagerada? ¡El miembro maravilla pues!”. Exclamó
Las dos soltaron una carcajada, hablaron un momento más y luego decidieron salir a comer juntas. Cuando apenas bajaron, en el vestíbulo del edificio estaban dejando una notificación del tribunal para Tamara.
Ella se acercó al hombre que le dio el sobre y lo rasgó, al abrirlo no pudo contener la sorpresa.
“Mira, ve por ti misma el intento de Joel de arruinarme la vida. Me está demandando por daños psicológicos y morales ¿Puedes creer esto?”. Expresó furiosa.
“No te preocupes, yo me encargo de eso, hoy interpuse la demanda por violencia intrafamiliar, de eso venía a hablarte. Cuando lo vi a punto de golpearte, supe que él no se detendría… también me sorprendí al escuchar los planes que tenía para quitarte al niño, quien sabe si va a querer usarlo como moneda de cambio. También pedí una orden de restricción, Joel no podrá acercarse a ti sin sufrir las consecuencias. Así que no tienes nada de qué preocuparte, tú solo procura que mi ahijado esté bien, de lo demás me encargo yo. El lunes también voy a acompañarte para saber el motivo de la cita”.
Ella asintió y con esas palabras se sintió un poco más tranquila. Al final se fueron a comer en un restaurante cercano, bastante acogedor y con deliciosa comida.
Disfrutaron mucho de la comida, se sentían relajadas por primera vez en mucho tiempo. El ambiente era cálido y acogedor, el chef paso saludando por cada una de las mesas, así que la atención fue exquisita.
Comieron cangrejos con salsa blanca, camarones al mojo de ajo y algunos platos chilenos deliciosos. Al terminar de comer decidieron caminar para disfrutar del ambiente y distraerse admirando las pintorescas vistas panorámicas. Se detuvieron a conversar con algunos vendedores de un mercadito que ofrecían sus artesanías y terminaron comprando un recuerdo para recordar aquel momento juntas.
Se sintió tan feliz que terminó comprándose un cintillo plateado con cristales azules que habían hecho manualmente.
“Está hermoso, ¿Viste mi cadenita?”.
“Si me encantó”. Respondió Tamara y dio un suspiro de preocupación.
“¿Qué pasa?”. Interrogó Freya sin dejar de observarla.
“No quiero irme a encerrar a la casa, es que voy a pensar mucho y creo que no estoy lo suficientemente cansada”.
“Entonces no lo hagamos, te propongo que nos vayamos al cine y veamos una película de comedia romántica”.
Tamara lo pensó un momento, sintió que necesitaba distraerse, por lo que terminó aceptando.
Juntas se dirigieron hacia el cine más cercano, riendo y bromeando en el camino. Llegaron justo a tiempo para comprar las entradas y palomitas de maíz antes de que empezara la película. Se instalaron en sus asientos cómodamente, preparándose para disfrutar de la película.
La comedia romántica que habían elegido comenzó con una escena divertida y Tamara no pudo evitar reír a carcajadas. Freya la miró y sonrió, satisfecha de haber logrado distraerla. Durante toda la película, ambas chicas soltaron risas y aplaudieron en los momentos más emocionantes, disfrutando de la historia de amor en pantalla.
Cuando la película terminó, salieron del cine con una sonrisa en su rostro. La noche había sido perfecta y Tamara se sentía más relajada.
El fin de semana pasó en un abrir y cerrar de ojos, la pasaron juntas con Freya buscando que la mujer no pensara en su tragedia. Pronto llegó el lunes, Tamara se levantó temprano, se duchó, se vistió con rapidez y cuando Freya tocó el timbre ya estaba lista.
Enseguida salieron a la clínica, en pocos minutos estuvieron allí. Cuando entraron vio a una enfermera palidecer, Tamara se dio cuenta de que era la misma que se había quedado viéndola la otra vez.
“¿Me puede decir cuál es el problema que se presentó? ¿Y por qué nos está llamando un doctor distinto?”. Interrogó Tamara.
“Espere un momento, el Doctor Santorini es quien le va a explicar todo”.
Pasaron a Tamara al consultorio y vio al doctor, se supuso que era Santorini, el mismo que había tropezado con Freya cuando supo de su embarazo.
“Doctor ¿Puede decirme por qué estoy aquí?”. Interrogó la chica sintiéndose nerviosa.
“Será mejor que aguardemos a la persona que estamos esperando…”. Comenzó a decir el hombre y ella negó.
“Usted no va a esperar que nadie venga, usted me va a decir ahora la verdad ¿Cuál es el problema que hay?”.
El hombre suspiró profundo y se pasó la mano por la nuca en un gesto nervioso.
“Señora Castelli, hubo un error el día de la inseminación artificial”.
“Si, ya sé que mi hijo no es de quien es mi esposo, las muestran eran de un amigo de él. Créame, ya eso me causó el suficiente estrés por estos días, pero a mi hijo lo amo porque es parte de mi independientemente de quien sea su padre”. Habló Tamara con firmeza.
“Me alegra que piense así y espero que continúe haciéndolo luego de contarle todo. Señora Tamara, el día que se hizo la inseminación artificial, otra mujer que yo estaba atendiendo también iba a ser inseminada, y esta casualmente también se llama Tamara Castelli… por un error, la muestra que usé para inseminarla a ella le pertenecía a su esposo, o como acaba de decir, al amigo de su esposo”.
Tamara abrió los ojos de par en par negándose a creer en esa nueva tragedia de su vida, tanto así que hizo la pregunta a pesar de saber la respuesta.
“Si no me inseminaron con esa muestra ¿Cuál me pusieron?”. Interrogó.
“La destinada para la otra Tamara, perteneciente a un hombre que no quería casarse para tener hijo, sino que quería tenerlo aun siendo soltero. Siento decirle que lo más probable es que no se quede quieto y la demande por la custodia de su hijo”. Dijo el doctor mientras la mujer sentía que el mundo se tambaleaba bajo sus pies.
“¿Quién ese hombre?”. Interrogó.
“Es…”. Antes del doctor continuara, entró Xavier en el consultorio.
“Santorino, ¿Cómo es que hubo un error?”. Cuando vio a Tamara se detuvo: “¿Qué haces aquí?”
“No ¿Qué haces tú aquí?”. Preguntó ella.
“Déjenme explicarles, los dos tienen derecho a estar aquí, porque la muestra con la cual la inseminaron a la Señora Castelli es de usted, Señor Sebastini”.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar